Paul Delvaux, pintor surrealista
belga (1897-1994) está influido por las tendencias expresionistas, con
evolución hacia el surrealismo (Piero de la Francesca y Chirico), tendencia a
la que se adhirió partir de 1934 junto a
Magritte, Dalí, Max Ernst, Miró. De técnica pulida y académica, presenta una
temática basada en el misterio junto a atmósferas inquietantes e irreales, en
unos espacios místicos cargados de erotismo. Del renacimiento heredó sus largas
perspectivas, sumadas a decoraciones y arquitecturas clásicas entrelazadas con
mujeres solitarias y absortas de poses estáticas e inexpresivas en la mayoría
de los casos completamente desnudas, mientras que los hombres de sus obras
aparecen en un plano secundario, vestidos y con semejante frialdad al de las
protagonistas femeninas en unas escenas nocturnas y oníricas. Delvaux pinta el
erotismo, el misterio, la soledad y la muerte. Tiene obra en el museo
Thyssen-Bornemisza de Madrid, donde habrá un exposición dedicada a él en febrero de 2015. Aquí podemos apreciar "La Venus dormida", de 1944; "El Congreso", del mismo año; "El despertar del bosque", de 1939, y "Pigmalión", del mismo año.
Los hombres son unos mirones, unos "voyeurs" absolutamente circunstanciales. Las mujeres están absortas en una misión metafísica que no los incluyen, a pesar de su desnudez o aparente provocación. Ellas protagonizan mientras ellos sólo miran sin poder interactuar activamente como mirándolas afuera de una vitrina de cristal....
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