sábado, 29 de septiembre de 2012

Ima Galguén, "la Loreena McKennitt española"

Ima Galguén, nombre artístico de María del Carmen González, es una cantautora canaria que vive en Tijarafe, La Palma. Casada con el pintor Pedro Fausto, conocido en Alemania por haber expuesto allí en diversas ocasiones, ejerce como maestra de primaria en su pueblo natal en el área de Educación Artística.
Esta cantante ha sido reconocida en programas de Radio 3, en los que fue calificada como “la Loreena McKennitt” española. Es una mujer valiosa y aunque por su estética y su elaboración artística no llegará a ser una cantante de masas, tiene mucha dignidad su trabajo.
Estos vídeos han sido grabados en la isla de La Palma por su marido Pedro Fausto y son de una gran belleza. La mayor parte de los asistentes a sus conciertos son extranjeros que viven en la isla.
“Espérame en la orilla”, con letra de Pedro Fausto y “Canto de fe” son los dos temas que presentamos, y que recogen los hermosos paisajes de la isla, en la que residen varios miles de europeos, sobre todo alemanes.


viernes, 28 de septiembre de 2012

La esperanza es lo último que se pierde

Me quedaban unos meses de vida. Si la enfermedad tiene un componente psicosomático, no queda más remedio que fortalecer la voluntad para darle la vuelta al asunto. Tal vez el atropellado expolio de los recursos del planeta hace brotar con mayor frecuencia los procesos degenerativos. Pero la esperanza es lo último que se pierde.
Me curaré, decía. Los fármacos y las pruebas me dejaban mal, mi mente se evaporaba. Piense en imágenes positivas, decía el médico. Entonces daba la vuelta al mundo en pos de islas paradisíacas. Por entonces yo opinaba que la felicidad consiste en agarrarse a la cola de un avión para ir en busca de mujeres-niñas de cabellos sueltos y atrayente boca.
Necesitaba revestirme de la filosofía de los antiguos, hacerme duro como un diamante. Pensaba que la verdadera muerte habría de ser la ausencia de amor pero yo contaba con amor, ella era mi refuerzo.
Lo importante era desplegar un caudal de energía que me permitiese afrontar cuestiones pendientes. Busqué en escuelas arcanas y gnósticas, trataba de evadirme con el tantra. Se distanciaron algunos amigos, no hay tiempo para la misericordia. La gente se lava las manos, no quiere verse comprometida con un aguafiestas; su tiempo es precioso para visitas a un hospital. Pero también descubría solidaridades instintivas.
El gota a gota resulta insoportable: en dos horas te introducen cinco botellas de ese líquido radiactivo que te deja un sabor metálico en el paladar. Me iba hinchando por todas partes, repta por tus cavernas interiores un aluvión destinado a quemar las partes innobles de tu interior. Me tomaban la vena del brazo izquierdo para aplicarme el río ardiente. Pero el organismo trataba de rechazar esa invasión, los vómitos cada vez más frecuentes. Deseaba la muerte, el viaje en ligera nave de seda.
El mal se aposentaba entre los tejidos, ahondaba sus raíces, extendía sus ramificaciones. La vida es una evasión continua, y yo me hallaba ante un valle sombrío. Cuando se hallaba a mi lado recibía su calidez pero no dejaba de pensar en una extinción plácida que daría paso al verdadero conocimiento.
Por primera vez me habían dado habitación individual, me sabía de memoria cada detalle. Silvia me trajo libros con reproducciones impresionistas. Admiro los almuerzos en la hierba y los floreros con peonías, los cambios de luz en las fachadas de las catedrales y las campiñas de nieve, los salones de danza y los estanques, las escenas de cabaret y las armonías de Polinesia.
El líquido me abrasaba por dentro. Me aplicaron un catéter, un conducto permanente junto a mi cuello: a través de la sonda se establecía un contacto más rápido, las membranas rebosantes de ese caudal espeso. Somos criaturas torpes, obstruidas por la negatividad. Mis células se habían saturado, eran presa del herpes. Se me infectaba la espalda, me escocía el cuello, llagas en las axilas.
Poco a poco fueron deteniéndose los nódulos, yo era un jinete que saltaba los primeros obstáculos. Lo bueno de la enfermedad es que lo relativiza todo, te hace ver las cosas de otra manera. Saboreas los momentos, intentas dar más afecto. Me volví más sereno y tolerante porque lo más urgente era no pensar nunca en el después. Alargar los minutos, capturarlos.
Mi cuerpo físico salía a la superficie. Me hallaba en plena depuración. Se reducía la metástasis, lo declaraban biopsias y escáneres. Pero algo iba mal: Silvia se estaba distanciando. A menudo los hombres nos quedamos en la superficie, nos sobra el culto al onanismo, el ímpetu. Como si sólo intentáramos batir marcas, nos inyectamos con las mujeres. ¿Acaso nos habíamos limitado a darnos refugio, sin que hubiese nada verdadero entre los dos. Al entrar en el cuerpo a cuerpo nos hacíamos daño: hemorragias, cicatrices de las que nunca sales indemne.
Tardaba días en eliminar la quimioterapia. Me costaba enunciar pensamientos, y sabía que los artistas acceden al nivel más alto de conciencia sólo si han culminado su aprendizaje, ya que de lo contrario se debaten entre sus apetencias de espiritualidad y el tirón de la materia. Lo importante radica en perder el lastre que nos retiene en las regiones inferiores. La verdadera paz consiste en liberar la conciencia.
Se contraían las venas y se hacía más difícil que me pudiesen inyectar. Necesitaba colocar los brazos largo rato bajo agua caliente para que las venas se hinchasen y las atraparan.
Cada uno de nosotros vive en un compartimiento estanco. Y la pasión significa una ruptura más allá de lo razonable. Ya no eres tú mismo, puesto que tus células han extraviado el buen juicio. Necesitas esa fuerza salvaje, pero te asusta. Su vaho adormece tus miembros, te predispone para dejarte vencer. Tan desvalido que das pena, un sedimento agridulce, entre el néctar y el acíbar. Quizás procede de los agujeros negros donde nace el no-tiempo y se aposenta el no-lugar.
Sólo me vence el amanecer cuando, rendido y cansado, consigo unas horas de olvido.
         Tenía pensado acabar de una vez, así que dejé una nota de despedida. Me vi cayendo como un fardo pesado sobre el asfalto, un golpe sordo y terrible me sumerge en la nada. La única forma de sentir alivio.
Pero era una pesadilla dentro de una pesadilla.
Eso sí: cada vez que me lanzo por la ventana y planeo sobre los coches de allá abajo, me gratifico al sentir la potencia de mis alas, la forma en que sobrevuelo el parque, la manera en que regreso al alféizar de la ventana, la decisión con la que de nuevo me coloco la vía del suero.
 (De Los dioses palmeros, Cajacanarias, colección La Caja Literaria, relatos. Ilustraciones: “Anillos”, obra de Nadia Brito Melado. Imagen de la isla de Phuket, Tailandia)

jueves, 27 de septiembre de 2012

La independencia de Cataluña

Las desgracias nunca vienen solas. En este annus horribilis una cadena de desastres económicos e institucionales se dan la mano. Alemania, Finlandia, Holanda y otros cuantos dicen que te van a ayudar y al día siguiente dicen que nanay de la China, que no se fían ni un pelo de nosotros. La prima de riesgo y la bolsa suben y bajan con inaudita celeridad en cuanto se producen altercados callejeros o noticias como la secesión de Cataluña. Precisamente el hecho de padecer un presidente iluminado, Zapatero, y otro timorato, Rajoy, ha creado el caldo de cultivo para que sigan prosperando las corruptelas, los abusos, los cohechos, las maniobras que unos pocos ejecutan contra la inmensa mayoría a la hora de seguir recibiendo millonarias indemnizaciones. Por ejemplo, los altos cargos de las entidades bancarias tras las fusiones. Tiempos de sangre, sudor y lágrimas se avecinan. Nadie se salva: hasta el presidente del Tribunal Supremo se endosaba miles de euros con viajes, hoteles y comilonas.
La debacle económica va unida al desgaste que la institución monárquica está padeciendo en los últimos tiempos. La cara del Rey y la cara de Mas en el último encuentro de Barcelona son muy explícitas al respecto: nada que decirse, nada que hablar. Quizá si la caza de elefantes y los episodios con la rubia cuarentañera no se hubiesen producido don Juan Carlos tendría aún réditos suficientes para ser respetado como la más alta institución del Estado. Pero las cosas ya han cambiado, y en esta algarabía los catalanes dicen que se van. Cuando comparo nuestra situación con la de Italia, me sorprendo de que allí el Estado haya seguido funcionando a pesar del terrorismo de las Brigadas Rojas, los asesinatos de altos dignatarios o la omnipresencia de la mafia. Sin olvidar el amago separatista de la Padania. Italia, nuestros primos hermanos, saben convivir con la crisis sin desgajarse. Y eso que son un país ocupado durante siglos por los Estados Pontificios, los príncipes regionales, los señores feudales. Tuvo que venir Garibaldi y pelear la unión casi anteayer. España, uno de los Estados más antiguos, se ve que estuvo mal cosida desde el principio, de tal manera que el señor Mas con su demagogia y su arribismo puede salirse con la suya en los próximos tiempos. ¿Y detrás irán los vascos?

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Dos poetas Premio Nobel: Josef Brodsky, ruso, y Wislawa Szymborska, polaca


CANCIÓN DE AMOR
Si te estuvieras ahogando, acudiría al rescate,
te envolvería en mi manta y serviría té caliente.
Si fuera un comisario, te arrestaría
y te mantendría en una celda bajo siete llaves.
Si tú fueras un ave, batiría un récord
y escucharía toda la noche tu trinar de tono agudo.
Si fuera un sargento, serías mi recluta,
y, muchacho, te aseguro que amarías el ejercicio.
Si tú fueras china, aprendería la lengua,
quemaría mucho incienso, usaría vestiduras raras.
Si tú fueras espejo, me abalanzaría al baño de damas,
te daría mi lápiz labial rojo y te empolvaría la nariz.
Si tú amaras los volcanes, yo sería lava,
incansablemente eruptando de mi oculta fuente.
Y si tú fueras mi esposa, sería tu amante,
porque la Iglesia se opone tenazmente al divorcio.

UN TERRORISTA: ÉL OBSERVA
La bomba explotará en el bar a las trece veinte.
Ahora apenas son las trece y dieciséis.
Algunos todavía tendrán tiempo de salir.
Otros de entrar.
El terrorista ya se ha situado al otro lado de la calle.
Esa distancia lo protege de cualquier mal
y se ve como en el cine:
Una mujer con una cazadora amarilla: ella entra.
Un hombre con unas gafas oscuras: él sale.
Unos chicos con vaqueros: ellos están hablando.
Trece diecisiete y cuatro segundos.
Ese más abajo tiene suerte y sube a una moto,
y ese más alto entra.
Trece diecisiete y cuarenta segundos.
Una niña: ella va andando con una cinta verde en el pelo.
Sólo que de repente ese autobús la tapa.
Trece dieciocho.
Ya no está la niña.
Habrá sido tan tonta como para entrar, o no,
eso ya se verá cuando vayan sacando.
Trece diecinueve.
Y ahora como que no entra nadie.
En vez de entrar aún hay un gordo calvo que sale.
Pero parece que busca algo en sus bolsillos y
a las trece veinte menos diez segundos
vuelve a buscar sus miserables guantes.
Son las trece veinte.
Qué lento pasa el tiempo.
Parece que ya.
Todavía no.
Sí, ahora.
Una bomba: la bomba explota.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Chico busca chica, chica busca chico, chico busca chico, chica busca chica


         A Antonio Abdo y Pilar Rey
El, Alberto, tiene 35 años, y ella, Iris, 34. Ambos jóvenes y guapos, habían aprobado unas sustanciosas oposiciones y se compraron un chalecito en las afueras. Les iba todo bien, buen trabajo, coches de gran cilindrada, gimnasio para conservarse en forma, incluso tuvieron un niño muy mono. El pequeño David es un primor. Mimoso, al ser el primer nieto los abuelos de ambas partes lo tienen consentido, aún así está para comérselo.
                Claro que, a pesar de tantos parabienes, en la vida de los humanos nada es perfecto. Parece que siempre tienes una conciencia añorante de algo, y por ello es difícil considerarse saciado.
                La vida íntima de ambos era bastante buena, aunque ya se sabe que con el estrés, el exceso de trabajo y las malas noches que da el pequeño siempre surge alguna dificultad. La vida en las ciudades tiende a ser compulsiva, siempre andas corriendo de un lado para otro y al final del día es casi inevitable que te asome un poco de desencanto.
                Nadie es feliz del todo.
Algunas veces Iris no tiene ganas de hacer el amor. Alega múltiples cansancios, últimamente el despacho le resulta un espacio compulsivo, acaparador de sus energías. Alberto se viene quejando de la falta de impulso erótico de su mujer. Ella, que tanto adora el cuerpo, se muestra remisa a los combates nocturnos. Se excusa con el cansancio, dolores de cabeza, músculos tensos.
Otras Alberto llega tarde: reuniones de última hora, urgentes convocatorias que le marca su empresa cuando se presentan asuntos conflictivos. Los bancos andan algo remisos con los promotores, las vacas gordas se esfuman. Una de esas etapas-puente en las que el dinero aguarda mejores definiciones.
Iris se refugia en el ordenador. Se introduce en los chats más sugestivos, es increíble la cantidad de personas solas. O que necesitan un punto de excitación en su vida amorosa. A las treintañeras suelen pasarle eso: de pronto se dan cuenta de que el tiempo se escapa, la vida es tan breve que sólo constituye un sorbo de historia, hay que aprovechar el tiempo, indagar en las experiencias más excitantes.
 Sus amigas hablan. Alguna incluso le ha confiado que su exploración de internet le ha dado resultados muy apetecibles, le han reverdecido su vida, han reintroducido el estímulo, hacen galopar el deseo. Tan sólo hay que tener discreción, procurar no herir a las otras personas.
-¿Sabes que me estoy enamorando? –le dijo una mañana Miriam, una de sus íntimas.
-¿Qué me dices? ¡Le vas a hacer eso al pobre Javier!
-Ya. ¿Y tú qué sabes del pobre Javier, si ya le he pescado un montón de mensajitos en su móvil?
-Vaya. ¿Entonces piensas que te es infiel?
- Si te digo la verdad, hasta creo que me da igual.
-Ah ¿por qué dices eso? ¿No crees que está en peligro vuestra relación?
-Hay que vivir. Me gusta que me digan palabras bonitas con buen estilo, y me las están diciendo. Pero, si te digo la verdad, lo que me da miedo es el contacto real. El pasar de las palabras a los hechos, el meterme en una cama de hotel. No me importa tener sexo virtual, a fin de cuentas la webcam tampoco te compromete tanto. Pero otra cosa es verse en persona.
A Miriam le gusta la conquista, conocer gente. Cree que en la pantalla de su ordenador se muestra realmente como es. Claro que hay quienes no parecen sino actores de barrio, son unos comediantes consumados. Pero Iris tiene claro que Eric69 parece otra cosa. Es romántico, tierno, ingenioso. Sabe adular, necesita sentirlo con más frecuencia que antes. Ambos han pactado no encender la webcam ni enviarse fotos, prefieren adivinar sus perfiles mientras se descubren interiormente. Ella se siente desinhibida, chatear es como beber el mejor champán francés, muy frío y sabroso. Eric69 no es un donjuán, a veces lo encuentra desamparado, incluso triste. Le preocupa esa tendencia a la depresión, le cuenta que su pareja se ha vuelto insensible, egoísta. Incluso le anuncia que él ya desea a otras.
A Iris –que en el chat se transforma en AdrianaLeve- le da pena esa soledad que confiesa él. Le gustaría poder hacer algo para remediarla, pero por el momento no se atreve.
-No estoy preparada todavía –le explica a su galán-. Ten paciencia, puede que todo llegue en su justo momento.
Así que se engolosina con la posibilidad de ver en persona a su chica. Ella es una mujer sensible y preparada, le gusta la ópera, ama la literatura, desglosa a la perfección las últimas películas que ha visto. Una mujer encantadora, y ojalá sepa poner la directa cuando llegue el momento del encuentro.
Eric69 empezaba a pasarlo mal. AdrianaLeve le tejía unas redes tan impenetrables que ya no podía sacudírselas. Debía reconocerlo: se consideraba atrapado. Se aplicaba al gimnasio con mayor intensidad, pero no lograba quitársela de encima.
-Me estoy obsesionando –se decía, como si intentara convencerse de que debía expulsarla de su mente.
Porque ella en absoluto era leve, sino profunda, generosa, amplia. Una mujer preparada para los retos de hoy, alguien que sabe estar a la altura de las circunstancias. Tenía, eso sí, un deseo sin cumplir: ser madre. Necesitaba un hombre capaz de darle un hijo vivaracho, inteligente, capaz de luchar.
Este deseo lo excitaba vivamente. Pensaba: esta mujer tan valiosa no tiene la pareja adecuada. ¿Por qué no puede engendrar un hijo conmigo? La hipótesis le generaba pánico, un terror inmenso. Pero también constituía una excitación mucho más completa que la de hacer el amor en una cama de hotel.
-Sin ti las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las emociones pasadas.
Le dedicó esta frase de una de sus películas preferidas, Amélie. Cómo le había gustado Le fabuleux destin d’Amélie Poulin. Esa chica que vive de fantasías, y que con su aspecto de niña pequeña nos recuerda la infancia, las ilusiones, de las que nunca deberíamos desprendernos. Le parecía un hallazgo. Incluso le mandó una segunda frase, de un filósofo llamado Hipólito: Sin ti, las emociones de hoy son la mugre de ayer.
Había llegado a la conclusión más peligrosa para su integridad futura. Pero tenía que ponerle rostro a aquella presencia, escuchar su voz, aunque seguía negándose, argüía cien inconvenientes, hablaba del miedo a engancharse definitivamente a un desconocido. El trataba de hacerle razonar que después de dos meses de profundas conversaciones en absoluto eran unos desconocidos. Se habían contado todo tipo de experiencias con sus respectivas parejas, él conocía casi todo lo de Mario, ella sabía mucho de Patri. Difícil continuar así, deseándose y ocultándose. Porque eso sí habría de ser un sufrimiento innecesario. No estaba dispuesto a pasar por eso, había llegado a un punto de máxima excitación.
Le estaba poniendo fecha al encuentro. El mejor hotel, la suite más distinguida para una tarde inolvidable. No la retendría en exceso, no harían sospechar a nadie. De 6 a 8, dos horas que no llamaban la atención y en cambio podrían resultar prodigiosas. Algo para recordar el resto de tus días.
Ella alegaba problemas. Falsos problemas, en realidad. Siempre se puede cambiar la agenda argumentando imprevistos. Y por otro lado el encuentro sucedería en unas horas que todavía forman parte de la jornada laboral.
-Dime que sí, anda. Dime que sí.
Era su ruego en los últimos días. Un deseo que le creaba una tensión nerviosa y le estaba dificultando el descanso. Pero estaban tan bonitos los atardeceres en la playa… Era una pena no aprovechar aquellos días de octubre. Con un poco de suerte, se vería el Teide encaramado al fondo: el padre protector les enviaría buenas vibraciones.
-Dime que sí.
Insistía, estaba segura de que iba a ocurrir lo inevitable. Ojalá no se arrepintiera. Pero es que aquel hombre era un aguijón en sus sentidos. Tenía una potencia tan desmesurada que no podía dejar de pensar en él ni un solo instante.
-Entonces, este jueves.
-Deja que me lo piense.
-No lo permitiré, tienes que decidirte ya. Cariño: no me tortures más de esta forma, voy a morirme.
Se lo pedía de cien maneras, se lo estaba suplicando con todas sus mejores intenciones. No deseaba otra cosa que verla aparecer radiante y triunfal. Adornaría el espacio como ella se merece: con ramos de flores, con el mejor licor del mundo. Cuanto pudiera desear estaría allí, a su alcance.
-No te vas a arrepentir, mi amor.
Era cada vez más atrevido. Pero hablaba de pasión con un toque de delicadeza, justo como a ella le gustaba. En absoluto estaba dispuesta a encontrarse con un hombre torpe y mezquino. Todo lo contrario: ella era una mujer evolucionada, y él tenía que rayar a la misma altura.
Cada noche ella disfrutaba mejores vibraciones, chateaba sin parar. Había conocido otra mucha gente, pero ninguna tan interesante como Eric69. Lo peor de él es que tenía unos horarios bastante rígidos, y justo cuando se disponían a lo mejor argumentaba mucha prisa y cortaba de golpe la comunicación. Vaya: tendría que aclararle ciertas cosas en cuanto lo viese en persona. Por otra parte, su marido llegaba cada vez más tarde de sus reuniones y sus citas de trabajo. Es curioso: en su rostro creía ver también señales de alegría. Hacía tiempo que casi ni practicaban el amor, apenas dos o tres veces al mes, y lo más extraño es que no protestaba. Ya no exigía el cumplimiento de lo que había denominado el débito conyugal. Venía tranquilo, fresco, sereno. De tan buen humor que casi a diario preparaba él la cena, y a fe que sus facultades de cocinero estaban mejorando de día en día.
-No te vas a arrepentir.
La tenía conquistada, ya no podía negarse ni un minuto más.
Aquella misma tarde lo había decidido.
-Está bien, nos veremos mañana. Espero que no olvides que soy una mujer casada, que seas delicado y valores el encuentro.
-¿Crees que sería capaz de hacerte daño?
Necesitó tomarse una pastilla para dormir, pero aún así apenas descansó. El amanecer la pilló sudorosa y cansada. Para colmo su marido no había querido apercibirse del llanto de David, así que tuvo que levantarse para el biberón de las siete.
El tercer jueves de octubre en Las Canteras fue un día especial. Con ligera calima, pero el mar parecía un espejo de transparencias verdes. Marea baja, desde La Barra se alzaba una piscina iridiscente.
En el trabajo estuvo aturdida, no daba pie con bola. Incluso equivocó unos cuantos archivos, menos mal que Belén estaba al quite tan eficaz como siempre. Apenas almorzó, no tenía hambre. Su estómago no admitía ni siquiera un poco de lechuga.
¿Cómo habría de vestirse para causar el mejor efecto posible?
Tuvo que aplicarse muy a fondo para resolver tales dudas. Pero a la hora en punto, a las 18.03, pulsó el ascensor que la llevaría a la mejor suite del hotel. Llamó suavemente con los nudillos. Y, tal como habían pactado, él se acercó con muchísima ansiedad por sentir su calor. Sigiloso y tenso por la emoción, ni siquiera tuvo tiempo de mirar a la cara a la recién llegada sino que la estrechó contra su pecho.
Fue casi instantáneo que se diera cuenta de que aquel perfume le resultaba conocido, igual que aquel corte de pelo, aquellos ojos claros, aquellos labios sensuales, aquel divino rostro.
-¡Tú! –se dijeron simultáneamente.
(De “Los dioses palmeros”, relatos. Cajacanarias)   Ilustraciones: Gustav Klimt, Chagall

viernes, 21 de septiembre de 2012

Bon Jovi canta una gran "Aleluya"


Emociones a flor de piel, planteamiento de grandes preguntas (de dónde venimos, hacia dónde vamos), imploraciones a un Dios que está demasiado lejos de los humanos…
La vida y la muerte, el amor, la soledad, la búsqueda de la trascendencia, lo efímero de nuestro paso por la Tierra. Una interpretación magistral de un tema original del judío Leonard Cohen, clásico entre los clásicos.
Con subtítulos en español, pone los pelos de punta.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El gigoló


Nada hay más hermoso que el sol del Mediterráneo. Me molesta la gente que mira de lado, la que marcha encorvada por la calle, la que tiene cara de padecer estreñimiento. El futuro solo es de los que tienen fe en sí mismos, el futuro es el de los optimistas, aquellos que aprovechan el azar y no dejan escapar las oportunidades. Eso es lo que le quise transmitir a los condes rusos que me presentaron en una velada musical, en un palacete del Paseo de los Ingleses, aquí en Niza. Fue en una vida anterior, en la primavera de 1922, era la década más feliz de Europa, Hitler todavía no se había manifestado, el crack de las finanzas no había estallado.
La paz tras la primera Gran Guerra nos permitía vivir al día, derrochando lo que no teníamos, bebiendo el mejor champán, devorando las mejores viandas, gozando las mejores diversiones. Yo debía tener los treinta y cinco cumplidos, practicaba natación, me encontraba animoso y emprendedor. Niza era ya una ciudad de millonarios y de emigrantes con posibles, en el centro de lo que luego se llamó Costa Azul. Tenía yo un buen negocio de antigüedades y a la condesa Sofía Ivanovich le encantaban los muebles de estilo, razón por la cual me visitaba con asiduidad. Yo noté el despegue de su esposo, a fin de cuentas al conde lo que más le interesaba era jugar con el dinero que había logrado sacar de su país, siempre andaba buscando partidas ambiciosas.
Ella, en cambio, se aburría. Era una preciosa mujer de 52 años que reclamaba atención. Esbelta, la piel blanquísima, con unos ojos azules que encandilaban a cualquiera, con joyas auténticas, collar, brazalete. ¿De dónde eres? -me dijo la primera vez que tomamos té a solas, su samovar era de plata, con filigranas. -Soy gitano, le contesté, aunque ya ni me gustan los toros ni sé taconear. Ni siquiera toco bien la guitarra. La dejé sorprendida, pero más me sorprendió a mí lo que dijo a continuación: -Desde hace ocho años no tengo deseos, mi marido dice que soy frígida. Aquella declaración de principios me cogió de sorpresa. -¿No serás comunista, verdad? -me preguntó, azorada. -Qué va, me gusta el sexo y ya se sabe que Stalin no se andaba con chiquitas en ese y en otros aspectos. -Mi marido dice que por qué no hacemos un trío. Sí, dije al momento. Desde entonces Sofía me lee a Pushkin cada mañana. Soy feliz. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Merkel, Laudamus te

El otoño de un año extremadamente seco e incendiario va a ser de aúpa. En España la fuga de capitales en los últimos doce meses supera los 315 mil millones de euros, se disparan los precios, casi un millón se quedan sin tarjeta sanitaria. ¿Quién arregla esto, para cuándo la reactivación, para cuándo la creación de empleo? Entretanto, Alemania juega al gato y al ratón: un día anuncia que nos ayudará, al día siguiente se desdice, seguro que con ese vaivén ganan algunos listorros. A fin de cuentas los alemanes también contribuyeron a nuestra burbuja inmobiliaria, y a la corrupción de la banca. Los líderes no son eternos pero esta mujer ceñuda e incombustible no se baja del pedestal, esta mujer de mente inflexible no cae. La crisis se ha llevado por delante a los mandatarios de siete países y el IV Reich es puramente económico.
Como decía la vieja liturgia que nos enseñaron: Laudamus te, te adoramos, te bendecimos, te glorificamos. ¿Pero en verdad esta dama nos llevará a la gloria eterna? El tiempo de llanto y crujir de dientes que nos aguarda nos asimilará cada vez más a los pobres griegos, van a peligrar las pensiones. Pero esa fórmula de palo y tentetieso, la tentación de recortar y recortar, no hará que la economía crezca sino que siga hundiéndose (viene la estanflación, estancamiento más inflación, avisa Cristina del Río). Se nos incrementan los sustos con la prima de riesgo, las caídas de las bolsas, las puñeterías de las agencias de calificación y las argucias de los especuladores que dirigen el cotarro. A la grandísima señora se le reprocha su visión insuficiente, su indecisión y su sentido temeroso, pero ella, que nació en un país comunista y es hija de pastor, tiene una fe religiosa y severa en sus ideas. Dice que ayudará a los que andan mal pero advierte que ningún país de la UE se hará responsable de los errores de otro, no habrá perdón para quienes no cumplen. Pero al fin y al cabo hasta ella podría perder las próximas elecciones. La caída del euro no le saldría gratis, tendría muchos interrogantes sobre la mesa. A fin de cuentas, se ha visto que apretar en el cogote a los débiles griegos y a nosotros mismos no ha servido sino para reafirmar la melancolía en la que vivimos. Menos mal que ya empezó la Liga de Fútbol para aliviar tanta pena. 

martes, 18 de septiembre de 2012

Paul Auster y los okupas: crónica de una decepción

En Sunset Park (Anagrama) Paul Auster indaga en las vidas de unos okupas neoyorquinos, jóvenes y menos jóvenes desencantados con la marcha de la economía y de sus propias vidas. La crisis hace mella en todos ellos y por ello aparecen como personajes desarraigados, con importantes debilidades afectivas que truncan sus destinos. No es una grandísima novela, algunos críticos afirman que las últimas producciones del norteamericano (New Jersey, 1947) son historias medianas, pero lo cierto es que siempre muestran el oficio y el embrujo del autor.
Los fracasos emocionales no perdonan. Los humanos nunca acaban de hacerse, son seres perecederos, carenciales. Seres inmaduros, marcados por desgraciados accidentes, por rupturas. Las parejas nunca encajan de verdad, los jóvenes difícilmente llegan a sentirse adultos con plenitud. La novela avanza como un conjunto de relatos en los cuales los distintos personajes que se instalan en una casa abandonada van mostrando sus dudas y sus fracasos. El telón de fondo es el de las recientes convulsiones de la economía, con las hipotecas-basura, las argucias financieras y todos los demás desastres se han expandido desde EEUU al resto del mundo. Ese fatalista telón de fondo, que viene del Vietnam pero también de Irak y Afganistán, muestra el declive del imperio. El béisbol viene a ser un paliativo de las masas, similar al fútbol en nuestra empobrecida y convulsa España, por eso Auster se explaya en recordar las hazañas de deportistas y de equipos que marcaron la historia norteamericana.
Las heridas están muy a flor de piel. Los personajes más adultos y triunfadores también acumulan sufrimientos y derrotas. El joven Miles Heller vive abrumado por el recuerdo de un desafortunado accidente en el que causó la muerte de su hermanastro. “Las heridas son una parte fundamental de la vida, y a menos que uno esté herido de alguna forma, jamás se hará hombre”, leemos. Y el padre, Morris Heller, siente también su fracaso: los divorcios, la muerte del hijastro, la ausencia durante muchos años de su hijo Miles le muestra también un rosario de infelicidades.
En esta tesitura, el amor de Miles por la menor de edad Pilar, una hispana en el corazón yanqui, llega en las peores circunstancias y no encuentra un terreno abonado para expandirse.
En síntesis: el grandísimo autor de El libro de las ilusiones, La noche del oráculo, Un hombre en la oscuridad, Trilogía de Nueva York, El palacio de la luna o la optimista y vital Brooklyn Follies está melancólico. Quizá pesa sobre él su origen literario, la devoción mostrada por Kafka y Beckett. Claro que también se ha manifestado devoto de Cervantes, bien le iría recuperar la trascendencia, la ironía y el humorismo que destila su admirado Quijote.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Los enigmáticos desnudos del surrealista Delvaux

Un pintor surrealista belga que siempre nos ha llamado la atención es Paul Delvaux (1897-1994). Influenciado por De Chirico y Magritte, pasó de un realismo impresionista al cultivo de un universo propio, con un toque del absurdo. Quizá en ello influyan los graves acontecimientos que le tocó vivir: dos guerras mundiales, la ocupación y el éxodo de su país. Con una técnica bastante académica, representa personajes hieráticos, soñadoras y silenciosas mujeres desnudas, hombres distraídos, esqueletos, en un escenario clásico de templos griegos y jardines florentinos con perspectivas de arquitectura clásica.
Ultimamente, 1982, fue inaugurado en Bélgica un museo específico dedicado a su obra.
Delvaux es un pintor frío, intelectual, que habla del misterio, de la soledad, de la incomunicación. En su obra aparecen ambientes oníricos y erotismo casi a flor de piel. Cuerpos desnudos, estaciones de tren vacías, escenas nocturnas, composiciones con esqueletos. Dicho con sus propias palabras, “en la obra de Chirico me di cuenta de que era posible el clima que tenía que desarrollarse, el clima de calles silenciosas con sombras de personas que no pueden verse, nunca me he preguntado si es surrealista o no.” No se consideraba un surrealista en sentido estricto, y siempre mantuvo una relación fuerte con su infancia, que es su motor artístico y vital.
Su obra se conserva en la Tate Gallery de Londres, el Museo Nacional de Arte Moderno de París, el Moma de Nueva York, e incluso el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Dios salve a Grecia (vídeo con Mikis Theodorakis)


Pobre y mágica Grecia, madre del pensamiento y la cultura occidental. Un país todavía casi rural, en el que las huellas del glorioso pasado no ocultan el difícil presente de una economía devastada. Zarandeado por unos y por otros, maltratado por sus dirigentes y por sus millonarios armadores (el país más marinero del mundo) tiene poetas tan excelsos como Kavafis, Ritsos, Elytis, Seferis…
Mikis Theodorakis, el maravilloso compositor, el autor de Zorba el Griego y tantas otras composiciones memorables, homenajeado en 2007, al cumplir 80 años.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Pedro Lezcano: poesía y ética

Para empezar, hay que decir que Pedro Lezcano no es un poeta exclusivamente canario. Su calidad rompió barreras, en sus últimos años de su vida fue a Cuba, a Argentina y otros lugares de América Latina, donde tuvo ocasión de recitar sus versos. Para conmemorar el décimo aniversario de su muerte asistimos a un recorrido poético en Santa Brígida. Previamente se había inaugurado una exposición y después, con una concurrencia numerosa, comenzó la lectura de poemas que culminó en una velada poético-musical en la plaza. Nicolás A. Díaz Benítez, el animador incansable de estos encuentros que ha llevado a varios municipios dentro y fuera de la isla con su colectivo Aran Canarias, fue dando la voz a unos y otros. Pedro Lezcano es uno de los poetas fundamentales del siglo XX en Canarias, su voz fue cívica, su voz fue política, su voz fue estética y sin embargo es casi imposible encontrar un libro suyo en alguna librería de esta tierra. Ni siquiera en la del Cabildo, tan maltratada desde la anterior consejera de Cultura.
Esto quiere decir que aquel modelo de ética cívica y de humanismo crítico que predicaba incansablemente ha hecho mutis por el foro en estos tiempos de ligereza y evanescencia. Y, sin embargo, sus versos todavía están calientes como el pan recién hecho. ¿Cómo no emocionarse con aquel vigoroso comienzo del Consejo de Paz que provocó un consejo de guerra? Muchas veces elogié ante Pedro su humanismo, y respondía que no tiene mérito alguno, ya que sería tan absurdo como homenajear a los perros por ser perrunos.
En realidad, aquella conciencia panteísta, aquella identificación con la naturaleza, aquella vena polifacética y creativa, aquella sintonía con la calle, aquella noción de practicar una literatura arraigada y a la vez comprometida con su tiempo ya no son actitudes que defiendan los poetas de hoy. Muchas veces la poesía se ha vuelto abstracta, poesía del lenguaje, metapoesía que hay que abrir con un abrelatas. Pero Pedro nos daba una voz clara y bella como el agua limpia, acento poderoso que enardecía a las masas. En cierto modo Agustín Millares y él fueron nuestros Neruda mitineros con corazón del pueblo. Lo que queríamos decir es que es inadmisible que no haya libros suyos en las librerías de esta tierra, por lo cual los manirrotos políticos que tenemos deberían reeditar su obra.

CONSEJO DE PAZ
1
Muchachos que soñáis con las proezas
y las glorias marciales,
bajaos del corcel, tirad la espada;
los héroes ya no existen o están en cualquier parte.
Llegará la hora cero de ser héroes
Cualquier día cruzando cualquier calle.
2
Contables misteriosos
cerrarán un balance.
Decretarán la nada entre los hombres
misteriosos contables.
Cuando en los hondos sótanos,
valientes y cobardes
recen al Alto Mando
por un soplo de aire
no los oirá de Dios, que está más cerca;
no los oirá ya nadie.
3
Negación de los nombres.
Negación de las frases.
Si no sois primavera, espuma o viento,
Fuerzas de Tierra, Mar y Aire;
si el vendaval no sois ni la semilla,
ni la lluvia que nace de los mares,
usurpadores sois de las palabras
nobles y elementales.
4
Homicidas sin culpa se disfrazan
del color de la tierra y de los árboles,
con floridos ramajes en las frentes,
como en las bacanales…
Pero no son alegres las canciones
que inspira el mosto de la sangre.
5
Muchachos soñadores de epopeyas,
escuchadme:
el pecho es lugar que se designa
para el balazo de los mártires.
El pecho, nave heroica
donde retumba el corazón amante,
donde el plomo penetra limpiamente
como en templo de sangre…
Pero sucia de barro y excremento,
cae la estatua de Marte.
Vuestras definiciones,
vuestras sabias verdades,
la inteligencia es pus sobre las frentes
de miles de cadáveres.
Y en la tierra abonada por la muerte
solo he visto crecer la flor del hambre.

Muchachos soñadores,
bajaos del corcel, tirad el sable.
Cuando las botas pisen los olivos
y su símbolo aplasten,
coged su savia espesa, echadla al mar
y veréis como aplaca tempestades.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La alegre juventud de los 30 años

Al cumplir los cincuenta José Eugenio decidió emprender cambios trascendentes. En primer lugar, imponía que lo llamasen Cheché y además se dejó crecer el pelo, se instaló una coleta, compró ropa en la sección juvenil y empezó a ahorrar para una moto gran cilindrada. Le habría gustado una de esas norteamericanas míticas, pero su precio era tan prohibitivo que se conformó con una japonesa de segunda mano. Aparente, eso sí, superaba de largo los 200 kilómetros por hora. Lástima que en su comarca no hubiese carreteras sino de un carril de ida y otro de vuelta.
                Por la misma época Purificación, su exmujer, empleó parte de lo obtenido tras la sentencia de divorcio en un buen estiramiento de piel, una corrección de los pechos y un ensanchamiento de los labios al estilo de las actrices y las modelos. Se tiñó el pelo de rojo caoba y copió las ropas que utilizaban sus hijas.
                Ella también tenía grandes planes.
                En la capital de la provincia comenzaron a frecuentar los gimnasios para recuperar una figura más deseable. El ejercicio físico y las dietas acabaron por darles una presencia adecuada, de tal manera que ya estaban listos para acudir a los bares de encuentros. Al cabo de unos meses no fue extraño que con sus nuevas apariencias se tropezaran en un local de intercambio de parejas. Valencia es una ciudad excitante y vital, donde puedes realizar tus anhelos. Cuando se vieron en la barra a ambos les dio la impresión de que ya conocían a esa persona que les observaba, con lo cual tuvieron un motivo para comenzar a hablar. Antes de entrar en la pista de baile atravesaron el pasillo francés, y a través de los agujeros practicados en la pared fueron tocados sin misericordia por manos anónimas y anhelantes, ellos mismos pudieron sentir un sinfín de pieles. Había sofás en rincones de penumbra, jacuzzis y reservados por si llegasen a la intimidad con otras parejas. En medio de la excitación, quedaron tan locamente prendados el uno del otro que al día siguiente decidieron vivir juntos.
                -Te quiero para siempre –le prometió cuando instalaba en su dedo anular el anillo de compromiso.
                -Nunca digas para siempre, tonto, que igual llegamos a los setenta y nos apetecerán otras experiencias.
                Con la energía extra de una viagra de 100 miligramos se amaron como nunca. Y al final de aquel día Peter Pan encontró a su Penélope destejiendo su eterno bordado frente al mar. Extrañado, le preguntó qué estaba haciendo, por qué desandaba el trabajo tan arduamente emprendido. Ella le contestó que la menopausia era la mejor edad. Lo hablaron, y por supuesto que también él estuvo de acuerdo en superar el viejo mandato de tener una pareja, una ocupación y una casa para toda la vida como habían hecho sus abuelos y sus padres. Era necesario ponerse a la altura de los tiempos. Sólo se vive una vez, se dijeron por último antes de introducirse en el chat de sexo rápido para gente de 30.
                                      (De Los dioses palmeros, relatos)            Ilustración: pintura de Caravaggio

martes, 11 de septiembre de 2012

Un poema de amor de Giovanna Mulas (Cerdeña)

En estos días visita Canarias, dentro del programa Poetas entre Islas, esta poeta nacida en 1969 en Cerdeña, Italia, para la cual -pese a su juventud-  ha sido pedido dos veces el Premio Nobel. En compañía de Gabriel Impaglione, (Argentina), cofundador del Movimiento Poético Mundial, intervendrá en diversos actos tanto en Gran Canaria como en Tenerife, y con este motivo el municipio de Artenara inicia gestiones para hermanarse con el de Elini.
En este vídeo se ve su intervención, subtitulada, en el Festival de poesía celebrado en Medellín, Colombia, 2011.
Es miembro Honorario de la GSA, Asociación de Periodistas Especializados, de Milán. Está presente en diversas antologías y muestras internacionales. Tiene 27 libros publicados entre poesía, novela y ensayo. Entre los últimos: "Nessuno doveva Sapere, Nessuno doveva Sentire", novela; "Lughe de Chelu", novela, y "Di Carne Assente", drama teatral en cuatro actos. Posee numerosos premios literarios nacionales e internacionales, entre los más recientes el Premio a la Cultura (Ciudad de Ostia) y el Premio a la Carrera (Taormina 2010). Traducida a diversos idiomas.
Este poema se titula “La fragancia de mí siempre”, un buen ejemplo de poesía erótica.

lunes, 10 de septiembre de 2012

La gata más famosa del mundo


Venus, la gata más famosa del mundo, es norteamericana. Con tres años, tiene su propia página en Facebook con sesenta mil seguidores y un vídeo en YouTube que ha sido visto más de un millón de veces. La mitad de la cara es negro espeso con un ojo verde, la otra mitad tiene las típicas rayas naranja y un ojo azul. Los expertos andan asombrados: nunca han visto un gato igual. “Es muy raro, pero se puede explicar. Los gatos de esta raza carey a veces tienen un cromosoma extra, y de ahí podría surgir este efecto cromático. Pero eso sucede mayormente en los gatos machos, la excepción es Venus, que es una hembra. Y eso la hace más misteriosa.” Así se expresa Leslie Lyons, profesora de la Universidad de California, y que estudia la genética de los gastos domésticos.
A esta mascota podrían hacerle pruebas de ADN y comprobarían que cada una de sus mitades va por libre, diferente la una de la otra. Una teoría se refiere a que tal vez el color negro se activó al azar en todas las células de un lado de su cara, mientras que el color naranja se activó por el otro, y los dos “parches” se reunieron en su cuerpo mientras se desarrollaba. Además, extraña que haya desarrollado un ojo de color azul pues solo los gatos siameses los tienen de tal color. ¿Qué sucedería si en un humano la mitad de su piel fuese de un color y la otra de otro diferente?
La naturaleza es misteriosa.

sábado, 8 de septiembre de 2012

El hombre que fotografió la isla de San Borondón

Era un día de verano, a finales de los años 50. Unos niños se bañaban en un estanque, en el valle de Aridane, isla de La Palma. Un hombre, el fotógrafo Manuel Rodríguez Quintero, pasaba por allí. Le pidió a los niños que se fijaran bien en aquella sorprendente imagen que se manifestaba en el horizonte más allá de las plataneras, ellos fueron los testigos de excepción. La leyenda se hacía visible: San Borondón, esa isla encantada perseguida durante siglos, se mostraba ante sus ojos frente a Tazacorte. No podía ser El Hierro, que queda más al sur, frente a Fuencaliente. Era una isla que aparecía al oeste de la isla de La Palma. ¿Efecto óptico, espejismo? Las leyendas forman parte esencial de la historia humana.
La exposición de 80 fotografías de Manuel Rodríguez Quintero en el MAB, Museo Arqueológico Benahorita, de Los Llanos de Aridane, ha sido feliz iniciativa de María Victoria Hernández, consejera de Cultura. Aquel joven de rostro enteco llevaba consigo una carga de artista, a borbotones se expresaba su energía interior, su bohemia instintiva. Habla por sí sola una imagen en la que se le ve en su pobre “estudio” en compañía de otros hombres de su época. Fotos en blanco y negro, pero con tales matices que parecen sinfonías en color, por ejemplo las vistas de la Caldera. Se trata de documentos insuperables, y, exhibidos gracias a la generosidad de su familia, podemos contemplar algunos perfiles de aquella isla rural y pobre de la emigración, casuchas casi inhabitables, carreteras de tierra, isla de la larga dictadura, el miedo y los silencios.
Imágenes de un valor histórico innegable. Así la de los niños que transportaban a sus “señoritos” por el barranco de Las Angustias, y uno de ellos sigue fumando un orondo puro mientras es transportado. La estrecha y polvorienta carretera de tierra que solo llegaba hasta Candelaria, núcleo central de Tijarafe. La belleza edénica de Puntagorda, la expresividad salvaje de La Caldera. La construcción del ayuntamiento de Los Llanos, las primeras casetas de Puerto Naos, la presencia del alcalde Duque cuando empezaba a verse la necesidad de ordenar aquel entorno. Célebres fueron también sus fotografías del volcán de San Juan (1949). ¿Qué decir del increíble testimonio de los republicanos huyendo a La Caldera, aquellos a los que engañosamente se les denomina Los Alzados? ¿Y el contrapunto del mitin de Falange terminada la guerra, con el arco triunfal apoyado en la fachada de la iglesia de Los Remedios?
Y, aunque no esté presente, hemos de recordar la célebre imagen sanborondiana. Nos lo cuenta María Victoria Hernández en www.bienmesabe.org. Sucedió que una tarde de 1957 o 1958 él deambulaba, con su cámara al hombro, por Las Martelas de Arriba, cerca de Triana, en Los Llanos. En las represas-estanques propiedad de Gregorio Camacho Gómez se bañaban unos niños, entre ellos Arístides Sánchez y Evaristo Pérez Barreto. En un día de horizonte y cielo limpio de repente una isla se dibujó mar afuera, no era El Hierro, que estaría más al sur, a la altura de Fuencaliente. Era la isla encantada, no podía ser otra. Luis Diego Cuscoy daría amplio testimonio en el ABC de Sevilla, el 10 de agosto de 1958.
Rodríguez Quintero nació en 1897, Santa Cruz de La Palma, y murió en Los Llanos, 1971. Desde los 15 años trabajó como fotógrafo “ambulante”, al lado de su padre. Estuvo diez años en Cuba ejerciendo la profesión. Todo el mundo lo conocía por El Cernícalo, un apelativo que al parecer viene de sus años mozos, cuando él y otro joven estaban interesados por la misma chica, y alguien le advirtió que si no se andaba con ojo el otro se la levantaría “como un cernícalo.”

Ilustración: esta es la célebre imagen de San Borondón, que dio a conocer el periódico ABC

viernes, 7 de septiembre de 2012

"Imagine", de John Lennon: himno a la paz

El mayor éxito de los Beatles es un tema eterno, de intención y belleza sobrecogedoras. La utopía de vivir en mundo sin fronteras, sin guerras, donde se retorne a la fraternidad. En el vídeo se ve al genial Lennon con Yoko Ono.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Corrupción y corruptores

José M. Balbuena Castellano

 En un país verdaderamente serio, y no tan frívolo y de pandereta como el nuestro, todos los ministros, políticos, diputados, alcaldes, administradores, etc.  de la cosa pública, habrían dimitido de sus cargos cuando en su día  se les detectaron casos de corrupción o de actuaciones poco claras.
En España el “estado de corrupción” parece que se ha generalizado a  las instituciones y poderes públicos, lo cual no quiere decir que todos los que ahí laboran sean corruptos. Sabemos que existen políticos y funcionarios que son ejemplo de honestidad e integridad.
La corrupción es una enfermedad de la sociedad y, por tanto, hay que combatirla con todos los medios al alcance, y si no los hubiere, tendrían  que buscarse o inventarse.
Se ha empezado a tirar de la manta en lugares que parecían inaccesibles y con fachada aparentemente limpia, ¡vaya si sale polvo polilla y toda clase de basura! Por eso, muchos de nuestros encorbatados y a veces intocables políticos deberían sentase en el banquillo y ser juzgados, sin que les pueda librar ningún argumento esgrimido por sus prestigiosos abogados.
Pero hablamos de España, y al llegar a este punto, llegamos a un vivero de corrupción y corruptores. A veces me pregunto quién está libre de culpa, en esta nación que presume de soberana pero que, en realidad, es un títere que se bambolea  al ritmo que le marcan circunstancias exógenas.
Se puede ser corrupto de muchas maneras: no trabajando adecuadamente y con seriedad; no pagando el salario justo; acosando al trabajador o al sexo opuesto; aprovechándose de una situación de privilegio para medrar; llevándose las ganancias (legales o no) a paraísos fiscales; difundiendo infamias, calumnias o mentiras sobre otras personas; dando licencias de construcción , o de lo que sea, bajo cuerda, recibiendo comisiones, o intentando hacer una trampa a la ley. O se puede ser corrupto evadiendo impuestos; no pagando multas, contaminando el medio ambiente; explotando a seres humanos; practicando el nepotismo,etc. Etc. Cada cual que añada su lista que procede del entorno en el que vive.
¿Cuántos son los que van a la cárcel,como se hace en Estados Unidos u otros países, por haber defraudado a Hacienda? Pues en este país es un divertido juego para muchos, y además, desde las altas instancias parece que se les estimula para que lo hagan.
Sabemos que la corrupción siempre ha estado unida al poder, y a la historia de este país. Si ahondamos en el pasado, en las genealogías de lo  que llamamos “nobleza”, veremos que, en la mayoría de los casos, no ha habido tal nobleza, sino que han sido distinguidos por matar, por conquistar, por invadir, por humillar, por torturar,  y por apoderarse de  posesiones, tierras, castillos o pueblos, que tenían sus dueños.
Había corrupción incluso, en la dictadura de Franco, pese a las bendiciones del nacionalcatolicismo, de la beatería reinante, de la austeridad aparente y la rigidez de este Breogan ferrolano. Fueron muchos los que se enriquecieron a la sombra de su sombrilla y no trabajando honradamente, precisamente. Si escarbamos un poco en las grandes fortunas surgidas después de la “guerra incivil”, veremos que debajo encontramos toda clase de basura: especulación, estraperlo, concesiones interesadas, amiguismo, abusos de poder, privilegios, nepotismo, etc.
El propio “Caudillo” vendió su patria a los norteamericanos, para fortalecer su régimen,  concediéndoles bases navales, militares y aéreas como Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Rota, algunas de las cuales, continúan, vergonzosamente para España,  sirviendo los intereses bélicos y económicos de los yanquis hoy en día, como la de Rota. La gente ignora la cantidad de material bélico y peligroso que vuela por encima del territorio español  casi a diario. Y menos mal que Canarias ha escapado a la instalación de bases norteamericanas, aunque algunos de nuestros políticos y empresarios están coqueteando con el poderoso imperio para que se queden por aquí.
Pero claro, en el régimen dictatorial teníamos una férrea censura y todos los trapos sucios y escándalos  quedaban ocultos . No se quería que se supiera que todos estos corruptos eran adictos “a los principios fundamentales del Movimiento” y que estaban con el Caudillo, por la gracia de Dios.
Corrupciones y  prebendas hubo en la historia de este país. Y proliferaron en la llamada conquista y colonización de América, dedicándose buena parte de los mandatarios que España envió allá a la rapiña, al abuso de poder, al despojo y al desprecio por las culturas aborígenes. Todavía hay personajes que viven, tanto en los paises latinoamericanos como en España, de las rentas de lo que pudieron robar sus antepasados en tierras americanas..
Tenemos cierta prensa, radio y televisión incluida, que pretenden hacernos creer que todo esto de la corrupción es un invento que ellos han descubierto ahora. ¡Pobre ilusos! Lo que sucede es que nuestra democracia tiene escasos mecanismos para combatir la que tenemos actualmente y por eso tanto corrupto se ha hecho “demócrata”. En nuestra sociedad, desde las clases más bajas a las de alta alcurnia, la corrupción y la hipocresía son más normales de lo que se piensa.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Yo, el METROSEXUAL

Con esto de la depilación integral, la zona de nudistas bullía de pieles refulgentes, cuerpos perfectos cultivados en la disciplina del gimnasio. Cierto es que algunas pieles quedaban algo desnaturalizadas bajo infinitos tatuajes, los había de todas las tonalidades y con motivos de mucha imaginación.
-Debe ser que en el fondo todos quisieran ser como Beckham -dijo mi amiga Teresa.
-No creo que esté al alcance de cualquiera. Pocos están casados con la pija de su mujer, a la que por cierto siempre le molestó el olor de ajos que desprende la cocina española.
El hombre tiene la edad de la mujer que ama, dijo Confucio. Y el amor no mira con los ojos sino con el alma, añadió Shakespeare. Pero si no te adaptas a los tiempos, no te comes una rosca. Hoy las chicas los prefieren radiantes, inmaculados, con musculitos bien formados, sin pelo en pecho. Ellas se masculinizan, y nosotros nos hacemos más delicados. Sutil cambio de papeles que es alentado en los medios de comunicación, porque todo lo novedoso y efímero es lindo de veras.
Con este panorama, en Japón han aparecido los “kireos”, jóvenes urbanitas de cejas depiladas, cutis tratado, peinado milimétrico y mucho perfume francés. En occidente son los actores y cantantes quienes marcan estas tendencias, allá los hombres buscan la belleza que los distingan de los demás. Todos acaban cuidando meticulosamente la imagen, como lo hace el cantante Miyavi, ejemplar típico de “kireo” que se aleja de la estética uniforme y apagada del ejecutivo. Las sociedades industriales de occidente y oriente cultivan la soledad y el individualismo, y tal vez algunos necesiten reafirmarse en medio de un panorama tan gris como el presente, con tanta crisis, con tantas dudas.
El incremento de esta tendencia hace que los hombres gasten tanto o más que las mujeres en productos de estética, pues aparecen salones de belleza especializados, cremas para la cara y el pelo, afeitadoras para el vello del cuerpo y mascarillas reafirmantes. Incluso en Tokyo las tiendas 24 horas ofrecen paquetes con cremas, lociones y toallitas para hombres que se venden bastante. En 2011 los japoneses de hasta 34 años gastaron un 33 por ciento más que en el año anterior en productos de belleza, y la tendencia sigue. Hoy lo que mola es sentirse aniñado y afeminado. En el resto del mundo también los hombres se arreglan las uñas, se hacen tratamientos faciales, se ponen mechas en el pelo, usan cremas antiarrugas. Quieren ser admirados por las mujeres y los propios hombres, y si reciben un piropo de otro hombre al punto lo aclaran: “No soy gay, pero gracias.” Oscar Wilde y los dandys del XIX ya eran así, narcisistas y provocadores, pero ahora -en esta cultura de pasarela- lo importante es que te vean.
Foto: el cantante Miyavi, ejemplar de “kireo” japonés (extraída de RTVE)

martes, 4 de septiembre de 2012

Un gran tema de REM (no gustó al Vaticano)

Losing my religión, un gran tema del recién desaparecido grupo REM, con subtítulos en español. Al Vaticano no le hizo mucha gracia el mensaje de la canción. La interpretación está tomada de un concierto en vivo, el vídeo original con el que se promocionó la canción obtuvo un premio Grammy.