Delvaux
es un pintor frío, intelectual, que habla del misterio, de la soledad, de la
incomunicación. En su obra aparecen ambientes oníricos y erotismo casi a flor
de piel. Cuerpos desnudos, estaciones de tren vacías, escenas nocturnas,
composiciones con esqueletos. Dicho con sus propias palabras, “en la obra de
Chirico me di cuenta de que era posible el clima que tenía que desarrollarse,
el clima de calles silenciosas con sombras de personas que no pueden verse,
nunca me he preguntado si es surrealista o no.” No se consideraba un
surrealista en sentido estricto, y siempre mantuvo una relación fuerte con su
infancia, que es su motor artístico y vital.
Su
obra se conserva en la Tate Gallery
de Londres, el Museo Nacional de Arte Moderno de París, el Moma de Nueva York,
e incluso el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
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