jueves, 27 de abril de 2017

Alonso Quesada y la isla (100 años atrás)


¿Tenemos todavía los insulares aquellos viejos complejos de inferioridad y aplatanamiento que nos achacaban? Obviamente, no. Pero, a falta de ciencia y de filosofía, los poetas han iluminado el sentimiento de tradición y de identidad en esta tierra. Alonso Quesada cultivó todos los géneros literarios en los que dejó constancia de su amargura existencial y de su profunda ironía. El compañero de viaje de aquella edad de plata de la poesía grancanaria, junto con Tomás Morales y Saulo Torón, después del impulso previo de Domingo Rivero, fue un hombre taciturno, un pesimista, un hombre que expresó una y otra vez la magua de ser insular, la derrota. Si Tomás Morales fue médico, vicepresidente del Cabildo y, en definitiva, un patricio cuya poesía rezuma optimismo y vitalidad, Rafael Romero, es decir Alonso Quesada, fue su antítesis. Pues su vida fue difícil, no en vano tuvo que mantener a varias mujeres de su casa, su esposa, su madre y varias tías, y con su menguado sueldo de empleado de los británicos (lo llamaban Lord Byron mofándose de él) no pudo librarse de sus complejos, de su infelicidad, de su enfermedad que le condujo a una temprana muerte. Al también poeta y ensayista Lázaro Santana debemos el encomiable favor de habernos rescatado su obra y su figura, sus deliciosas Crónicas de la ciudad y la noche, sus colaboraciones en La Publicidad de Barcelona, toda su prosa, su poesía y su teatro. Platanópolis, remedo simbólico de la ciudad de Las Palmas en Banana Warehouse, era el escenario de seres de vidas y ambiciones diminutas.
En un artículo titulado Regionalismo al fin, 17 de agosto de 1918, dice “son los mercaderes los que se han sentido primeramente los más hondos, los más íntimos regionalistas (…) ¿Pero los ciudadanos han variado? No, no ha cambiado el ciudadano insular. Este ciudadano es crédulo y aficionado al embrollo político (…) Nada que no sea esta metafísica del fraude y el serpenteo del negocio oculto logrará enderezarlos. Sobre la ciudad descargarán sus cañones las escuadras enemigas y el ciudadano dirá: ¡Caramba, hay escuadras que tiran balas! Lo que es yo no quiero líos. Déjame esconderme bien. –Pero ¿y el patriotismo? –nos aventuramos a preguntar nosotros. ¡Qué patriotismo ni que niño muerto! El patriotismo es un pellejo.”
El poeta desliza su mirada ácida sobre el paisaje y el paisanaje que le rodea. “A veces siento una gran tristeza por el abandono espiritual de este pueblo. A veces, me llena de alegría.” Y en su Brevísimo relato de mí mismo dice “vivo irremediablemente en una lejana población de provincias que tiene un casino lleno de andróginos y pisaverdes, de quienes me río con mi más ordinaria risa, todos los días”. En los cien años transcurridos ¿qué similitudes y qué diferencias observamos con el tiempo de este gran autor? En primer término, la cultura sigue estando ausente de la cosa pública, continúa siendo la niña tonta en los repartos de poder, se lee poco y la gente acude poco a los actos, siempre somos la misma permanente minoría. En cuanto a las diferencias, las islas han engordado en población, en nivel de vida y en lujos cotidianos aunque las cosas del espíritu siguen siendo accesorias. Tras el malditismo de Alonso Quesada, este archipiélago ahora recibe una enormidad de turismo, aquí viven gentes de otras nacionalidades que disfrutan este clima y este entorno; somos unos privilegiados hijos del sol atlántico, estas playas, estos campos, estos volcanes. Internet es un gran invento, pero aun mejor ha sido el invento de la aviación que nos permite conocer otros mundos, valorarnos frente a otros mundos. Este es el mejor antídoto contra la ignorancia del nacionalismo excluyente, de vía estrecha.
Claro que tras la crisis económica resulta poco útil comprar un libro y mucho menos útil es leerlo, a la gente le cuesta mucho menos gastarse veinte euros en unas cervezas que visitar una de las pocas librerías que sobreviven. La difusión cultural continúa siendo muy minoritaria. Ahora se lee de otra manera, se lee mucho a través de las redes ¿pero es bueno lo que se escribe y se lee a través de Facebook o Amazon? Existe una pequeña base de lectores de literatura seria, sí, pero no se amplía de manera suficiente. Del mismo modo que a las funciones teatrales, a las exposiciones de arte o al cine siempre acude el mismo tipo de gente, público consumidor minoritario en una región como la nuestra que supera los 2.200.000 habitantes. Como escritor, con 26 libros publicados hasta la fecha, creo que he tenido la suerte de gozar una posición privilegiada. A los 31 años ya tuve éxito con una novela que me abrió puertas, y, como no le puedes gustar a todo el mundo, tengo seguidores y detractores. Creo haber recibido críticas y reconocimientos en cantidad suficiente, eso está bien. Para ser feliz hay que leer mucho y escribir mucho reconociendo previamente que somos escritores medianitos porque aquí no hay ningún Vargas Llosa. Además hay que amar mucho y también hay que subirse a los aviones. Cambiar de isla ya libera el espíritu, ir al norte siempre es estimulante porque allí está lo más grande, pero si cualquiera de ustedes quiere curarse de la depresión momentánea les invito a subirse a un avión para viajar a nuestro sur, al Tercer Mundo que tenemos tan cercano, desde Marruecos a Senegal, desde Mauritania a Gambia nos salen al paso las tribus de la pobreza, los mercados callejeros, los estigmas de la marginalidad, los grandes ríos y las sabanas, los ritos ancestrales.

Desde edad juvenil ejerzo el noble ejercicio del periodismo, que me ha mantenido, y escribo periodismo y literatura con premura y con amor, unas veces con mayor acierto y otras con menos inspiración. Nadie es genial todos los días, pero hay que intentar cada día llenar la pantalla en blanco del ordenador dando testimonio de cuanto le sucede a la gente e ideando historias que pueden haberle sucedido a la gente. A fin de cuentas, el periodismo es un oficio notarial con una reflexión crítica y escribir es crear otros mundos paralelos, mundos que despiertan la imaginación y nos hacen disfrutar. El mundo rural de mi infancia está al otro lado de la mirada, y la actividad vibrante y cosmopolita de la ciudad en la que vivo siempre proporciona estímulos para vivir.  

miércoles, 26 de abril de 2017

El padre (cuento de Raymond Carver)

El bebé estaba en una canasta al lado de la cama, y llevaba puesto un pelele y un gorro blanco. La canasta de mimbre estaba recién pintada, acolchada con pequeños edredones azules y sujeta con cintas de color azul claro. Las tres hermanitas y la madre, que se acababa de levantar de la cama y aun no se había despertado del todo, y la abuela rodeaban todas al bebé y observaban cómo miraba con fijeza y de cuando en cuando se llevaba el puño a la boca. No sonreía ni reía, pero a veces parpadeaba y movía la lengua entre los labios cuando una de las niñas le pasaba la mano por la barbilla.
El padre estaba en la cocina y les oía jugar con el bebé.
-¿A quién quieres tú, pequeñín? -dijo Phyllis-, y le hizo cosquillas en la barbilla.
-Nos quiere a todos -dijo Phyllis-, pero al que quiere de veras es a papá, ¡porque papá también es chico!
La abuela se sentó en el borde de la cama y dijo:
-¡Mirad su bracito! Tan gordo. ¡Y esos deditos! Igualitos que los de su madre.
-¿No es una preciosidad? -dijo la madre-. Tan sano, mi niñito. -Se inclinó sobre la cuna, besó al bebé en la frente y tocó la colcha que le tapaba el brazo-. Nosotros también le queremos.
-¿Pero a quién se parece, a quién se parece? -exclamó Alice, y todas ellas se acercaron a la canasta para ver a quién se parecía.
-Tiene los ojos bonitos -dijo Carol.
-Todos los bebés tienen los ojos bonitos -dijo Phyllis.
-Tiene los labios del abuelo -dijo la abuela-. Fijaos en esos labios.
-No sé... -dijo la madre-. No sabría decir.
-¡La nariz! ¡La nariz! -gritó Alice.
-¿Qué pasa con su nariz? -preguntó la madre.
-En la nariz se parece a alguien -dijo la niña.
-No sé, no sé... -dijo la madre-. No cereo.
-Esos labios... -dijo entre dientes la abuela-. Esos deditos... -dijo, destapando la mano del bebé y extendiéndole los menudos dedos.
-¿A quién se parece este niño?
-No se parece a nadie -dijo Pyyllis-. Y todas se acercaron aun más a la canasta.
-¡Ya sé! ¡Ya sé! -dijo Carol-. ¡Se parece a papá! -Todas miraron al bebé de muy cerca.
-¿Pero a quién se parece su papá? -preguntó Phyllis.
-¿A quién se parece papá? -repitió Alice, y entonces todas ellas miraron a la vez hacia la cocina, donde el padre estaba en la mesa, de espaldas a ellas.
-¡Vaya, a nadie! -dijo Phyllis, y se puso a lloriquear un poco.
-Calla -dijo la abuela, apartando la mirada. Luego volvió a mirar al bebé.
-¡Papá no se parece a nadie! -dijo Alice.
-Pero tendrá que parecerse a alguien -dijo Phyllis, secándose los ojos con una de las cintas. Y todas, salvo la abuela, miraron al padre, que seguía sentado en la cocina.
Se había dado la vuelta en su silla y tenía la cara pálida y sin expresión.

(De www.estoespurocuento.wordpress.com)

martes, 25 de abril de 2017

80 años del Guernica (ahora por Siria y tantas guerras)

Una de las obras de arte que nos hablan de la barbarie humana ha cumplido 80 años. Por desgracia su mensaje sigue vivo, tal es la crueldad de los humanos: Siria, Palestina, Afganistán, Somalia, Nigeria...

La mayoría sigue leyendo libros en papel

Con motivo del Día del Libro, los distribuidores informan que la gente mayoritariamente sigue leyendo libros en papel, pues el libro digital está estancado en EEUU y entre nosotros. La crisis recortó la producción editorial en España, y en Canarias -según informa la revista www.dragaria.es- pasamos de los 1051 libros publicados en 2013 a los 672 de 2016, un retroceso importante, del 36 por ciento. A nivel nacional, ha crecido en el último año la edición electrónica un 27,5 por ciento. La mayoría de esta producción va en formato PDF.

lunes, 24 de abril de 2017

La marcha del caracol, cuento de Carlos Fuentes (México)


Me ibas a contar algún día, Elizabeth, que el caracol avanzó por la pared y tú, desde la cama, levantaste la cabeza y primero viste la estela plateada del molusco, la seguiste con la mirada tan lentamente que tardaste varios segundos en llegar al caparazón opaco que se desplazaba por la pared del cuarto del hotel. Te sentías adormilada y estabas ahí, con el cuello alargado y las manos escondidas en las axilas; sólo viste un caracol sobre el muro de pintura verde desflecada. Javier había manipulado las persianas y el cuarto estaba en penumbra. Ahora desempacaba. Tú, recortada en la cama, lo viste librar las correas de esta maleta de cuero azul, correr el zipper y levantar la tapa. Al mismo tiempo, Javier levantó la cabeza y vio otro caracol, éste veteado de gris, que permanecía inmóvil, escondido dentro de su caparazón. El primer caracol se iba acercando al detenido. Javier bajó la mirada y admiró el perfecto orden con que había dispuesto las prendas que escogió para el viaje. Tú doblaste la rodilla hasta unir el talón a la nalga y te diste cuenta de que había otro caracol sobre la pared. El primero se detuvo cerca del segundo y asomó a cabeza con los cuatro tentáculos. Tú te alisaste la falda con la mano y viste la boca del caracol, rasgada en medio de esa cabeza húmeda y corneada. El otro caracol asomó la cabeza. Las dos conchas parecían hélices pegadas a la pared y derramaban su baba. Los tentáculos hicieron contacto. Tú abriste los ojos y quisiste escuchar mejor, microscópicamente. Los dos cuerpos blancos y babosos salieron lentamente de las conchas y en seguida, con el suave vigor de sus pieles lisas, se trenzaron. Javier, de pie, los miró y tú, recostada, soltaste los brazos. Los moluscos temblaron ligeramente antes de zafarse con lentitud y observarse por un momento y luego regresaron sus cuerpos secos y arrugados a las cuevas húmedas del caparazón. Alargaste la mano y encontraste un paquete de cigarrillos sobre la mesa de noche. Encendiste uno, frunciste el entrecejo. Javier sacó de la maleta los pantalones de lino azul, los de lino crema, los de seda gris y los estiró, pasó la mano sobre las arrugas y los colgó en los ganchos que sonaron como cascabeles de fierro cuando abrió el armario del año de la nana, los corrió, escogió los menos torcidos y regresó a la maleta detenida sobre el borde de la cama. Tú observaste todos sus movimientos y reíste con el cigarrillo apoyado contra la mejilla.
–Cualquiera diría que piensas quedarte a vivir aquí.
(De Cambio de piel, Alfaguara, 1997. El gran autor fue Premio Cervantes en 1987)

domingo, 23 de abril de 2017

¿Qué hacemos con los musulmanes de aquí?


Vivir en un lugar tranquilo y en paz es un ideal común a mucha gente, ahora somos un país de inmigrantes y hemos de convivir con los diferentes. Pero en estos momentos hay gente que se siente amenazada y rechaza a las comunidades que vienen de otro espacio. Ello supone el florecimiento de movimientos xenófobos, racistas, de intolerancia, que según los analistas pueden incrementarse en los próximos años. En las cenas con amigos del mundo artístico y de la bohemia cultural siempre se trata una variedad de temas, que pueden ir desde la economía al islamismo radical, desde Donald Trump a Le Pen, del independentismo catalán a la nueva burbuja inmobiliaria, etc. Y, ahora mismo, tras el ambiente generado por los últimos atentados, se percibe una tendencia a la islamofobia. Pero tenemos que mantener una mirada tranquila y flexible sobre los acontecimientos, y tratar de situar todos los problemas en su justa medida. ¿Cuántos musulmanes hay en Canarias? Legalmente, unos cien mil en todas las islas. El año pasado en Lanzarote el segundo nombre de varón más registrado fue Mohamed, prueba inequívoca de que en el archipiélago existe una bolsa importante de saharauis, marroquíes, senegaleses, etc. En las conversaciones siempre hay quien opina que, a la vista de los atentados yihadistas, a toda esta gente hay que expulsarla. Eso mismo pensaba Donald Trump cuando estaba en plena campaña pero ha de predominar el sentido de la convivencia, a fin de cuentas necesitamos a los inmigrantes, y que estos se integren en la sociedad que les recibe, porque realizan funciones imprescindibles para el colectivo. Sabemos también que las autoridades policiales están haciendo una buena labor de vigilancia y un control sobre los brotes de radicalización en nuestro entorno. En este sentido, la prevención y la vigilancia están funcionando debidamente.
La historia nos dice que España fue un país grande cuando convivían las tres culturas: cristianos, judíos y musulmanes fraguaron en aquel Toledo un ejemplo de tolerancia y de progreso. Los reinos de la península salieron perdiendo con la marcha de muchos miles de judíos, perdieron población y perdieron gente artesana y comerciante, que creaban un gran dinamismo económico. Por otro lado, los árabes que permanecieron 800 años en la península perfeccionaron la agricultura, los regadíos, la higiene del baño, la astronomía, las matemáticas y la medicina, pues aquellos árabes eran una civilización avanzada para la época. Y cuando los Reyes Católicos expulsaron a judíos y musulmanes empezó una etapa de decaimiento. No en vano los reyes fueron asesorados por Torquemada, la Inquisición y el afán de algunos de quedarse con las propiedades de toda aquella gente.

Hay quienes rechazan la idea de que se construyan aquí mezquitas, puesto que en los países musulmanes se dificulta mucho la construcción de iglesias, y puntualmente nos llegan noticias de matanzas de cristianos en países como Egipto, Irak, Nigeria, India, Afganistán, Bangladesh, Pakistán y un largo etcétera. El sudeste asiático y varias naciones de África concentran la mayor parte del problema. Es la era de los extremismos, pero también me parece un error sembrar cabezas de cerdo en el solar reservado para construir una mezquita en la avenida Juan Carlos I de esta ciudad. Pues el futuro habrá de pasar por la tolerancia mutua y la integración, esta integración crea la obligación de adaptarse por parte de los que vienen y de respetar los valores democráticos del lugar que los recibe. Más allá de reacciones emocionales, hemos de considerar que en los países próximos –Marruecos, Mauritania, Senegal y Gambia– hay abiertas al culto iglesias católicas y protestantes; en Marruecos existe una importante minoría judía, integrada en buena parte por los descendientes de los sefardíes expulsados de la península. En Gambia, país de inmensa mayoría musulmana, los viernes transmiten por radio y TV las ceremonias de las mezquitas. Pero luego me sorprendí un domingo cuando vi que la televisión estatal daba en directo una misa católica, desde la parroquia dedicada a santa Teresa de Calcuta, con abundancia de asistentes.   

Todas las religiones tienen su lado negro; así en el Antiguo Testamento podemos leer suficientes pasajes que hablan de asesinatos, de violaciones, de crueldades. Las cruzadas de la Edad Media fueron una experiencia muy traumática para aquellos pueblos que vieron pasar a los occidentales, y la Inquisición fue un episodio lamentable del cristianismo. El islam, como las grandes religiones, habla de la paz pero también de la violencia contra los no creyentes, incluso del castigo a las mujeres. Pese a que hay una tendencia creciente a prohibirla, en nombre de la tradición en muchos países se sigue practicando la ablación. Familias que residen en España siguen mandando a sus hijas y nietas a África para que sea practicada esta horrenda ceremonia.
Centroeuropa y los países del Este no quieren una introducción masiva de refugiados de las guerras de Siria o Irak. Para Angela Merkel Europa debe mostrar sus valores y su concepción de de dignidad a estas avalanchas de desesperados. Sobre todo los húngaros, los checos, los eslovacos y los polacos muestran su rechazo, son partidarios de la deportación automática de los refugiados, pues nunca han tenido esa experiencia histórica de acoger a gente que huye de sus conflictos. No se distingue entre el refugiado por motivos políticos, tampoco se distingue entre el refugiado africano y el asiático. Otra perversión consiste en la tendencia a identificar el islam con el islamismo, se entiende que este último es la corriente política radical que justifica la violencia para imponer a todos la ley musulmana.

Con el triunfo, probablemente amañado como señalan los informes, de Erdogan en Turquía se abre una nueva incógnita sobre el continente europeo. Ciertamente, no parece encajar un país musulmán en la actual Unión Europea pero Turquía está en la OTAN y hace sus servicios a occidente. Pues el país ha venido ejerciendo un papel de primer filtro y acogida sobre los miles y miles de refugiados de los conflictos asiáticos; con la introducción de la pena de muerte y la creciente islamización que promueven las autoridades ya no podrá aspirar seriamente a ser admitido en occidente.

sábado, 22 de abril de 2017

Escritores canarios participan en un encuentro en Cuba

Cuatro escritores y artistas de Canarias -Pilar Rey, Antonio Abdo, Rosario Valcárcel y Luis León Barreto- participarán en un encuentro literario a celebrar en Cuba del 29 de abril al 12 de mayo, con ayuda del programa Canarias Crea. Se trata del sexto encuentro organizado por La isla en versos, con 54 participantes de 15 países. La participación mayoritaria es de Argentina, España, Colombia, Costa Rica y México, pero también hay participantes de Brasil, Noruega, Suiza, Alemania y Togo. Las actividades serán en La Habana, Cienfuegos, Holguín, Las Tunas y Pinar del Río. Los participantes canarios presentarán dos ponencias, leerán poemas y relatos propios, así como harán un recorrido divulgativo por la literatura canaria. Habrá varios coloquios y está prevista una actividad en la universidad de Holguín.
Luis León Barreto presentará una ponencia titulada “El sentimiento del mar en la poesía canaria contemporánea: Tomás Morales, Pedro García Cabrera y Manuel Padorno”, y Rosario Valcárcel disertará en torno a “España, sexo: Realidad y Literatura”. Por su parte, Pilar Rey y Antonio Abdo comentarán su intensa labor de promoción teatral a través de la Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma, que dirigieron durante largos años. Además, leerán relatos, poemas e intervendrán en varios coloquios. Asimismo, está prevista una actividad con profesores y alumnos en la Universidad de Holguín.

jueves, 20 de abril de 2017

Dragaria, revista digital de literatura canaria

El polifaético Manuel Almeida (cantautor, músico, poeta, autor de microrrelatos, cuentos, novelista, bloguero, periodista) ha puesto en marcha una revista digital que promete ser válida para este momento. Las letras canarias están de enhorabuena, por el entusiasmo y la dedicación de Almeida. Ver www.dragaria.es

miércoles, 19 de abril de 2017

Los ingleses de la colonia celebran el fin de la guerra (Alonso Quesada)

Mr. Beard, Mr. Smith, Mr. Butter, Mr. Thorne, Mr. Crook, Mr. Downs, Mr. Parker, Mr. Bell, Mr. Bly, Mr. Murphy, Mr. Nelson, Mr. Perkins y los demás ingleses de la colonia han celebrado su banquete de paz del modo menos pacífico posible. Ninguno de ellos ha estado en la guerra, pero es como si hubieran estado. Un inglés siempre está con otro inglés. Y si a un inglés lo hieren en el frente, el otro que no ha ido también recibe la herida y posiblemente la condecoración.
Mr. Beard, Mr. Smith, Mr. Butter, etc., ostentan en el ojal de sus americanas el esmaltado botoncito del Over Seas Club. Es muy importante ser del Over Seas Club. Los que no pueden ser lores son del Over Seas Club y es lo mismo. Para asistir a este banquete es preciso que todos fueran del club susodicho y es también condición precisa lucir en el ojal el botoncito.
Estos amables ingleses, heridos de un modo honorífico, han tomado tres, cuatro, cinco, diez automóviles, y se han dirigido al hotel más inglés de la isla. Las mises los han aguardado en el jardín cogiendo margaritas y haciendo de una manera ideal el papel de enfermeras de la Cruz Roja.
En el comedor, donde se ha celebrado este banquete, había un retrato de Lloyd George, el hombre de la guerra, y muchas banderas inglesas. Una pequeñita francesa y en los rincones más escondidos algunas belgas y otras italianas. Pero ninguna yankee.
Los ingleses se sientan a la mesa y dicen ¡Hurra! Este hurra ha salido primero de una botella de whisky y los ingleses lo repiten. Las mises, dulcemente, medio desnudas, parecen sorbetes de fresa. Blancas, rosadas, ligeras, graciosas y frías, como el hielo. Dan la impresión de que la carne es de nieve y que han de congelarse los dedos que se posen sobre los senos diminutos.
Mr. Beard, Mr. Smith, Mr. Butter, etc. hablan alto, en tono de banquete español. Las suaves palabras inglesas tienen esta noche un sonido de duro y áspero romance. Hoy está permitido este tono. Es día de paz y todo lo que no sea pacífico resultará elegante. Las inglesas sonríen siempre. Y los ingleses están satisfechos de haber ganado la guerra desde sus oficinas. ¿Cómo es posible que la guerra se gane desde una oficina?
Los ingleses la pueden ganar de todas las maneras. Uno de estos ingleses ha estado escondido en el campo cuatro años. Nadie le ha visto en la ciudad. Estaba bajo el parral de una finca ganando la guerra. Los alemanes no han podido herirlo, no han podido matarlo, pero él se ha herido hipotéticamente y ha ganado la guerra bajo las uvas. Ahora se levanta, con la copa de champagne en la mano, y lo dice: "Señores, hemos ganado la guerra. Brindo por los que nos han ayudado a ganarla desde las trincheras."
Este inglés es Mr. Butter. En la ínsula, la gente averiguó, de casualidad, que Butter significa manteca y el señor Butter es conocido por Mr. Manteca. Mr. Manteca es un hombre rubio, sonrosado, de ojos azules. Él ha ganado dos guerras desde su parral. La guerra del Transvaal y la europea. Ahora brinda por esta y recuerda de paso el éxito de la otra.
Las inglesas palmotean. Mr. Manteca es muy espiritual y muy tierno.
Luego se levanta Mr. Bell y dice también su brindis: "Señores y compatriotas: Yo brindo por los hombres que han hecho las municiones. Si estos hombres no hubieran hecho las municiones no hubiéramos ganado la guerra. La guerra se ha ganado por el esfuerzo de estos hombres."
¡Muy bien! All right!, dicen Mr. Nelson, Mr. Perkins, Mr. Murphy y las inglesitas de los pechos enanos. ¡Hurra...! ¡Que brinde ahora Mr. Crook!
Y Mr. Crook se levanta, y como es un inglés galante, exclama: "Brindo por las enfermeras. Si no hubiese sido por las enfermeras, la guerra no se gana. ¿Sin enfermeras quién hubiese atendido a los heridos?
El brindis de Mr. Crook produce cierta melancolía en los corazones de las mises. ¡Oh! Mr. Crook, qué lástima que no sea español para amarlo, piensan las rubias "girls". Es demasiado blanco, demasiado gris perla. El monóculo parece una vitrina que lo guarda.
Pero los brindis siguen (...) Desconsoladas, las mises piensan que los españoles han hecho muy mal en ser "tan demasiado" neutrales

(1919)

lunes, 17 de abril de 2017

Poemas breves de Jack Kerouac (Beat Generation)

 
 
Pionero de la Beat Generation con Allen Ginsberg, es el autor de la novela On the road, En la carretera, así como de muchos libros de poemas. Vivió 47 años, el alcohol fue su perdición. Estuvo marcado por el jazz, el budismo, y su prosa es espontánea. Influyó en Bob Dylan y en la generación hippie. Su obra es autobiográfica, escribe sobre sí mismo y sus circunstancias. "Las únicas personas para mí son los locos, locos por hablar, locos por salvarse, deseosos de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o dicen cosas comunes" (fragmento de En la carretera)
 
ESTA PRECIOSA CIUDAD BLANCA

Esta preciosa ciudad blanca
Al otro lado del país
No me resultará
Adecuada nunca más
He visto el movimiento del cielo
Dije "Esto es el fin"
Porque estaba cansado
de todos esos presagios
Y en cualquier momento en que
me necesites
Llama
estaré en el otro
extremo
Esperando
en la pared final

SAN FRANCISCO BLUES

Escritos en una mecedora
Del Hotel Cameo
Barrio Chino de San Francisco
Diecinueve cuarenta cuatro

BLUES

Parte de las estrellas matutinas
La Luna y el correo
La codiciosa X, el rabioso dolor,
-la luna Sittle La
Pottle, ti, ti, ti-,

Los poetas son viejas habitaciones sabiondas
escriben doblados sobre palabras
y saben que las palabras se inventaron
porque nada era nada

Al usar palabras, usa palabras
la X y el papel
Y la página blanca del emperador
Y el último de los toros
Antes de que la primavera funcione
Estamos todos perdidos nada
que consigamos como sea
Así comerciamos en la noche
en el mercado de palabras

AUTOESTOPISTA

"Trato de llegar a la soleada California" -
¡Bum! Es esta horrenda trinchera
que le hace parecer un gángster imaginario
autoderrotado y autoasesinado, un idiota con
un lamentable abrigo, ¿cómo podrían comprender
mis empapadas mochilas -¿mis embarradas
mochilas?
"Mira, John, un autoestopista"
"Parece que tiene una pistola escondida
bajo ese abrigo del I.R.A."
"Mira Fred, a ese hombre junto a la carretera"
"Algunos maníacos sexuales aparecieron
impresos
en 1938 en una revista porno"-
"Encontrarás su cadáver azul en una
edición sombreada de verde, con manchas de
hacha".

MI AMADA QUE NO QUIERE AMARME...

Mi amada que no quiere amarme:
Mi vida que no puede amarme:
Las seduzco a ambas.

Ella con mis besos rotundos...
(En la sonrisa de mi amada la aprobación del
cosmos)
La vida es mi arte...
(Protección frente a la muerte)
Así sin autorización vivo.
(¡Qué desgraciada teodicea!)

Uno no sabe-
Uno desea-
Lo que es la suma.

(Textos tomados de Ediciones Alma_Perro)

El fracaso de Canarias, Antonio Morales y Jorge Alemán


La pregunta es si realmente nuestra autonomía ha servido para construir Canarias o más bien para establecer y perpetuar situaciones de enfrentamiento. El Cabildo de aquí se queja de la beligerancia de los políticos de allá, que son todos de la misma fuerza y por tanto reman a golpe doble. Gran Canaria tiene un electorado sin ideología, que históricamente es capaz de dar mayorías absolutas a UCD, al PSOE y al PP, así como de expresar gran apoyo a una fuerza nacionalista de izquierda como fue UPC, Unión del Pueblo Canario, con políticos como Manuel Bermejo, el alcalde, o Sagaseta, el diputado. En el Cabildo de aquí ha habido recientemente presidentes del mismo partido pero claramente antagónicos entre ellos: María Eugenia Márquez, José Macías, José M. Soria y José Miguel Bravo de Laguna. Y siendo antagónicos difícilmente podían construir una línea de continuidad, difícilmente podrían establecer prioridades y objetivos. Gran Canaria no tuvo la suerte de contar con agrupaciones de carnaval en los barrios, que hábilmente engarzadas por Manuel Hermoso, dieron pie a ATI y, de ahí, a Coalición Canaria, un partido político que, pese a retroceder electoralmente, siempre gobierna. Dadas las bondades de nuestro prodigioso sistema electoral, da igual que sea la segunda, la tercera, la cuarta o la quinta fuerza en votos: siempre va a estar en la cúspide, de la misma forma que en El Hierro o La Gomera un diputado se saca con poco y en las islas capitalinas exige mucho. También se ve con estupefacción que los presidentes autonómicos sean de Tenerife desde Adán Martín para acá, con Paulino Rivero, dos mandatos, y ahora con Fernando Clavijo. Parece ser que en el Estatuto de Autonomía se establece que ningún político de Lanzarote, La Palma o Fuerteventura pueda llegar a presidir el territorio. ¿No estaba establecido que habría una rotación en cada legislatura? Lo mismo sucede con la ley de sedes, que ha permitido engrosar los funcionarios y los servicios en un sitio y desmantelarlos en otro. Las principales consejerías radican allá, las minucias aquí. Es un tema recurrente y en la tertulia del mediodía del veterano y hábil Jorge Alemán, en UD Radio, estuvimos debatiéndolo J. Fraguela, Victoria Sabroso, Rosario Valcárcel y yo mismo.
La continuidad política en Tenerife ha permitido el despegue de infraestructuras y servicios. En la TV Canaria los informativos y los espacios que generan opinión tienen su sede allá, la evasión y el divertimento radica acá. No tenemos una buena educación, nuestra sanidad se acerca al tercermundismo, el paro juvenil es estratosférico pero podemos estar orgullosos de nuestra Superburocracia. En esta autonomía hemos construido una clase funcionarial que ha creado una administración compleja, duplicada y hasta triplicada, con conflictos entre las distintas administraciones. El ideal es hacerse funcionario, un sueldito seguro para toda la vida. Y el entramado generado es casi una aberración, el vuelva usted mañana de Larra multiplicado por diez, el pasarse la bola entre unos y otros. Los gobernantes, eufóricos, creen que ya cumplen creando un batiburrillo de leyes y normas reguladoras, una enorme maraña legislativa, cuyos beneficiarios suelen ser los bufetes de abogados y altos funcionarios, secretarios municipales, interventores, etc. que interpretan las leyes y adquieren un poder similar al de los grandes sacerdotes en Egipto.

Lo advirtió Jerónimo Saavedra cuando se despedía de su cargo de Diputado del Común, pues solicitó cambios legales que permitan reformar la administración, y evitar así el solapamiento de competencias autonómicas, insulares y locales. Habló de situaciones lamentables y catastróficas de duplicidad, que incluso se han traducido en pérdida de fondos para la dependencia. El paraíso subtropical es un disparate, una maraña clientelar. Tenemos profesores en paro, médicos mal contratados, escasez de personal sanitario, tenemos varias plantas cerradas en el Hospital Doctor Negrín, tenemos unas listas de espera tercermundistas y, en cambio, disponemos de una legión de sabios cuyo primordial cometido mañanero podría consistir en tomar las cosas con calma. Hubo una dirección general del Libro que duró una sentada, estas cosas no interesan. Los funcionarios son la casta que nos dirige, y disfruta la vida en vuelos de Binter y/o helicóptero presidencial. De estos temas se habla poco porque son políticamente incorrectos y sería demencial hablar del abuso de poder, la negligencia o las dilaciones.

En resumidas cuentas, Canarias no está construida. Pues después de los años de ilusión, en que ciertamente hubo políticos con visión de la historia y del paisaje como Jerónimo Saavedra o Adán Martín, han llegado los tiempos de las rebajas. Apenas existe esta tierra como ente territorial, pues es un ente mal cosido, mal enhebrado. Recordemos que archipiélago no significa muchas islas juntas sino muchos mares juntos, mares a veces encrespados, venenosos a raíz del endémico pleito, que tan sabiamente aprovechan algunos. Donde nadie es capaz de construir una ley electoral acorde con la sensatez, donde hay conflictos entre la doble y la triple paridad, donde unos se alían contra otros.
Antonio Morales, hombre al que tengo por honesto y comprometido con la cultura, se propone una lista de inversiones, pero no puede contrarrestar el enorme empuje de otros. Atacado por el resto, resiste como puede. Pues parece imbatible el triunvirato compuesto por Fernando Clavijo, presidente regional; Carlos Alonso, presidente del Cabildo, y José Manuel Bermúdez, alcalde capitalino. Rezuman ambición y aúnan proyectos de grandeza, estrategia, liderazgo y dinamicidad. Este trío de tenores canta con mayor fuerza, cuentan con apoyo mediático de la TV autonómica, donde, por cierto, la promoción y la propaganda siempre va del mismo lado. Hay que añadir que Gran Canaria, por ser la primera isla turística, cometió el error de primar los establecimientos extrahoteleros. Tenerife, que vino después, fue directamente a los hoteles de cuatro y cinco estrellas. Y las moratorias impiden que en otras islas se construyan ahora esos establecimientos de calidad. El poder económico grancanario, su puerto y su recaudación de impuestos, han sido evidentes pero el liderazgo turístico ha cambiado, como consecuencia de que el liderazgo político lo hizo hace mucho tiempo. Poco puede hacer Antonio Morales si por debajo hay una lucha a cuchillo por las infraestructuras, los puertos y aeropuertos, los trenes y los tranvías, las autopistas y todo lo demás. La isla redonda tuvo que luchar mucho por una cosa que parecía elemental: una universidad.

viernes, 14 de abril de 2017

Endechas a la muerte de Guillén Peraza: nace la literatura canaria




Llorad las damas, si Dios os vala,
Guillén Peraza quedó en la Palma,
la flor marchita de la su cara.

No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.

Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.

Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo?, ¿dó está tu lanza?
Todo lo acaba la malandanza.


En el año 1447 Guillén Peraza intenta, desde su fortín de La Gomera, la conquista de La Palma, isla áspera, de altas cumbres y profundos barrancos. Desembarca por Puerto Naos, en el valle de Aridane, y en el combate con los guanches, en el cantón de Tajuya o Tihuya recibe una pedrada y cae muerto. En estas endechas ya se fija el paisaje insular:  no eres palma, eres retama; tristes volcanes; los arenales. El primer paso de las letras canarias.


jueves, 13 de abril de 2017

El vino del estío (cuento de Ray Bradbury, EEUU, 1920-2012)


Era una madrugada tranquila. La oscuridad cubría el pueblo y se estaba bien en la cama. El verano henchía el aire, el viento soplaba adecuadamente, el aliento del mundo era largo, tibio y lento. Bastaba levantarse y asomarse a la ventana para saber que éste era realmente el tiempo primero de la libertad y la vida, que ésta era la madrugada primera del estío.
Douglas Spaulding, de doce años, abrió los ojos y dejó que el verano lo meciera perezosamente en su corriente nocturna. Acostado, sintió que cabalgaba en los elevados vientos de junio, con el alto poder que le daba el cuarto abovedado de un tercer piso, en el edificio mayor del pueblo. De noche, cuando los árboles eran una única ola, lanzaba su mirada, como la luz de un faro, sobre enjambres de olmos y robles y arces. Ahora…
-Oh… -susurró Douglas.
Todo un verano que atravesaría el calendario, día a día. Como la diosa Shiva en los libros de viaje, vio unas manos que iban y venían, recogiendo manzanas ácidas, melocotones, y ciruelas de medianoche. Se vestiría de árboles y arbustos y ríos. Se helaría, alegremente, en la puerta escarchada de la casa de los helados. Se tostaría, felizmente, con diez mil pollos, en el horno de la abuela. Pero ahora lo esperaba una tarea familiar. Una noche, todas las semanas, dejaba a sus padres y su hermanito Tom, que dormían en la casita de al lado, y subía aquí, por la oscura escalera de caracol, a la cúpula de los abuelos, y en esta torre de brujo podía dormir con truenos y visiones, y despertar antes del cristalino tintineo de las botellas de leche, y celebrar su ritual mágico. De pie, ante la ventana abierta en la oscuridad, Douglas aspiró profundamente, y sopló. Las luces de la calle se apagaron como velas en una torta negra. Sopló otra vez y otra vez, y las estrellas empezaron a desvanecerse. Sonrió. Apuntó con el dedo. Allí y aquí. Ahora aquí, y aquí… Las luces de las casas parpadearon lentamente y unos cuadrados amarillos se recortaron en la pálida tierra matinal. Un rocío de ventanas se encendió de pronto, a lo lejos, en el campo del alba.
-Bostezad todos. Todos arriba.
El caserón se movió en el piso bajo.
-¡Abuelo, saca los dientes del vaso!
Esperó un momento.
-¡Abuela, bisabuela, freíd las tortas!
El aroma caliente de la manteca subió por los callados pasillos y visitó a los pensionistas, los tíos, los primos.
-Calle donde viven los viejos, ¡despierta! Señorita Helen Loomis, coronel Freeleigh, señorita Bentley, ¡tosan, despierten, tomen sus píldoras, muévanse! Señor Jonas, ¡enganche su caballo, saque su carro!
Las casas descoloridas en la barranca del pueblo abrieron unos taciturnos ojos de dragón. Pronto dos viejas resbalarían en la Máquina Verde por las avenidas matinales, saludando a todos los perros.
-Señor Tridden, ¡busque su carreta!
Pronto, echando chispas azules, el tranvía del pueblo navegaría por las calles de márgenes de ladrillos.
-¿Listos, John Huff, Charlie Woodman? -murmuró Douglas a la calle de los niños-. ¿Listas? -les dijo a las húmedas pelotas de béisbol en los prados, a las hamacas que colgaban vacías de los árboles.
-Mamá, papá, Tom, despertad.
Los relojes despertadores sonaron débilmente. El reloj de la alcaldía retumbó sobre el pueblo. Los pájaros saltaron de los árboles, como una red echada al aire, cantando. Douglas, director de una orquesta, apuntó al cielo del este.
El sol empezó a levantarse. Douglas cruzó los brazos y sonrió con una sonrisa de mago. Sí, señor, pensó, todos saltan, todos corren cuando grito. Será una estación maravillosa.
Castañeteó los dedos por última vez. Las puertas se abrieron de par en par.
La gente salió de las casas. Empezaba el verano de 1928.
Dandelion Wine, 1957 (Traduc. Francisco Abelenda, Buenos Aires, Minotauro, 1974)

martes, 11 de abril de 2017

Alonso Quesada: el pesimismo insular

TIERRAS DE GRAN CANARIA

Tierras de Gran Canaria, sin colores,
¡secas!, en mi niñez tan luminosas.
¡Montes de fuego, donde ayer sentía
mi adolescencia el ansia de otros lares!...
Campos, eriales, soledad eterna;
-honda meditación de toda cosa-.
¡El sol dando de lleno en los peñascos
y el mar... como invitando a lo imposible!
¡Todos se han ido! Yo, desnudo y solo,
sobre una roca, frente al mar, aguardo
el mañana, ¡y el otro!...
                                   ¡Horas amadas
no nacidas aún! Ansias secretas
de esa perfecta orientación humana...

Tierra de amor, en lejanía -siempre
llena de luz para mis ojos crédulos,-
en estos campos sin color, mi alma
tiene el eco engañoso del Desierto...

En el azul están mis ideales
tan invisibles como las estrellas
en este atardecer... ¡Y sin embargo,
ahí brillando están eternamente!

Campos de Gran Canaria, sin colores,
¡secos!, en mi niñez tan luminosos...
¡Montes de fuego, donde ayer sentía
mi adolescencia el ansia de otros lares!...
Soledad, aislamiento, pesadumbre...
El corazón siempre en un punto misterioso
y el alma sobre el mar ¡blanca!... ¡El velero
que no pasa jamás del horizonte!...

ERICKA (1882-1902)

¿Quién será esta mujer de veinte años
que han enterrado en este oscuro nicho
y cuyo nombre no sabremos nunca,
de qué patria será y quién lo ha escrito?
En todo el cementerio, no hay más triste
lugar que este lugar tan conocido
para mis ojos, que porfiados buscan
la transparencia de este mármol frío.

Allá, en la lejanía, está el recuerdo...
Todos, al mencionarla, la habrán visto
dulce llegar, como esa brisa amada,
cuando se nubla el sol, llega a los nidos.

-El nicho está al entrar, junto a unas flores;
desde allí se ve el mar. El mejor nicho
que hallé fue para ella; las mejores
flores para ella fueron...-
                                 Esto ha dicho
el que la acompañó y tornó sin ella,
al darles cuenta de lo sucedido...

Y todos en las mentes se forjaron
el lejano lugar, bello y distinto...
¡Mas ninguno atinó con las prisiones
donde tiene la muerta el buen olvido!

-Ericka, puse sobre el mármol negro;
-ha de decir el hombre con quien vino-
fue en un pueblo lejano... ¡Tan lejano
que tiene el mayor mar como camino!...

NIEVE EN LA CUMBRE

Las cumbres áridas, las cumbres desoladas de la isla, han aparecido esta noche cubiertas de nieve. Cuando las nubes se han marchado al horizonte y la buena luna ha surgido sobre el mar, la nieve ha brillado tan graciosamente en las cimas como si estuviera contenta de haber venido a un lugar que no conocía...
Desde el puente, hemos visto la nieve. Es el caso inaudito, extraordinario, de todas las provincias ingenuas. El momento suave de las reboticas en que los ciudadanos más antiguos dicen: “Desde el año 50 no ha caído nieve. Yo no me acuerdo de haber visto nieve sino cuando era chiquillo. Me acuerdo de que mi padre me llevó al puente. ¡Qué frío hacía aquella noche!».
Y como en la ínsula nunca hay frío, todos nos acordamos siempre del día en que lo hubo.
Todos los ciudadanos de la rebotica marchan al puente a contemplar la nieve de la cumbre.
La noche, es azul, líricamente azul... Estas cumbres secas, ardorosas, tostadas de sol de enero a enero, han recibido esta noche un espléndido manto de nieve. Parece que respiran estos montes, más serenos, más pausados... Como si hubieran apagado una insaciable sed.
Los ciudadanos sencillos ven como la nieve brilla, y dicen unas palabras vulgares, pero amables. Esta limpidez, esta suavidad lejana, esta armonía blanca y purísima ha penetrado también en las almas de los ciudadanos.
Tan sencillos, sin abrigos, con sus cotidianas ropas, tiemblan de frío en el puente contemplando el panorama de la nieve en las cumbres.
Esta nieve tan pura y tan alba, es como una anhelada alegoría insular: una visión serena, lejana e inaccesible de las cosas.
(Ecos, 1916)

viernes, 7 de abril de 2017

Los que matan a sus mujeres tienen cara de asesinos

 
Hemos empezado el año con un reguero de mujeres asesinadas por sus antiguas parejas, y eso crea alarma social. Cada vez que en los medios de comunicación se da cuenta de la muerte violenta de una mujer, joven o mayor, y en la misma información se reproduce la cara del maltratador, nos damos cuenta de que ellas no se merecían a esos personajes. Y su gran error debió ser la falta de perspicacia, la escasa lucidez que tuvieron para entablar relación con tales sujetos y el no haber podido cortar sus relaciones a su debido tiempo. En las fotografías difundidas por los diarios, entre otros muchos casos hemos tenido amplia información de David Batista, el asesino ya juzgado de Laura González, a la que quemó en una tienda de la Calle Real de Santa Cruz de La Palma, y, más recientemente, el de Ayoze Gil, el que presuntamente quitó la vida a su preciosa novia de 23 años, Yurena López, en Telde, cuando esta ya estaba consiguiendo reorganizar su vida, con trabajo fijo, coche nuevo, una joven de hoy con las ideas claras de lo que le convenía para su futuro.

En mis estudios de Derecho en la Universidad de La Laguna (hice la mitad de la carrera, porque el periodismo me llamó con más urgencia y me permitió autofinanciarme desde los 19 años) supimos en Derecho Penal que el jurista italiano del siglo XIX Cesare Lombroso señaló que las causas de la criminalidad están relacionadas con factores físicos y biológicos, como si ciertos delincuentes estuviesen predeterminados a ser malos. Así, concebía el delito como el  resultado de tendencias innatas, de orden genético, que pueden ser observadas en ciertos rasgos corporales de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, mirada amenazadora, forma de las orejas, etc.) En sus obras se mencionan también como factores desencadenantes el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión. Venía a significar que en determinadas personas ya nacen con inclinación para ser delincuentes. Evidentemente, la jurisprudencia no acepta este determinismo, esta especie de fatalismo. Pero a mí particularmente me parece que algunos matadores de mujeres tienen cara de asesinos natos, y en las fotografías que conocemos de ellos los delata el perfil donde asoma la ira, el orgullo machista, el ambiente: la maté porque era mía, o la maté porque ya no quería ser mía. Como si la mujer fuese un objeto de su propiedad, incapaz de rebelarse, un juguete al que ya no se desea, al que hay que eliminar. Y esta ola de muertes por violencia conyugal tiende a crecer, acaso porque cuando se publica uno de estos tristes sucesos se está efectuando un efecto llamada.

Creo que como hombre no me queda otro remedio que pedir perdón, una y cien veces. Perdón por las discusiones que a veces llegan a mayores, en el transcurso de las cuales suele haber ofensas físicas y verbales, perdón por no haber sabido apreciar la perspicacia de la mujer, su paciencia, su observación de la vida, su sexto sentido. ¿Cómo se genera el machismo en nuestra sociedad? Creo que por una serie de prejuicios que vienen de lejos, también por la actitud de algunas madres que malcrían a los varones. Las mujeres han estado más condicionadas que nosotros y algunas de nuestras madres nos han creado machistas, por regla general desde chicos nos han preferido frente a nuestras hermanas. El mito de la virginidad, vigente hasta hace poco, glorificaba las hazañas masculinas y creaba un gran sentimiento de culpa en las mujeres. Aquí también ha tenido su papel represor la educación recibida, la impregnación religiosa.

Además, las parejas hoy en día tienen muchos riesgos de fracaso, los datos señalan que las parejas jóvenes suelen romperse con una precipitación que antes no se daba. Vivimos en un mundo de libertades, un mundo en el que la mujer reclama las mismas posibilidades de realización personal de las que suelen alardear los hombres. Tampoco la mujer de hoy, más preparada y más luchadora que nunca, resiste indefinidamente las provocaciones ni las agresiones verbales o físicas de quienes han sido sus parejas. Por tanto, a los hombres no nos queda otro remedio que hacer examen de conciencia y seguir pidiendo perdón. Por otra parte, creo que una parte de las mujeres no se han librado apenas del síndrome de culpa cuando cometen algún error; por ejemplo, en un caso de infidelidad el hombre no solo no se siente culpable sino que se vanagloria de su conquista, mientras que hay un tipo de mujer que sufre hasta la exageración, seguramente los factores educativos, religiosos y sociales influyen mucho más en su conciencia, generan depresiones que pueden convertirse en crónicas. En su beneficio, la mujer suele llevar mejor la soledad cuando se da un divorcio porque está más capacitada para una serie de habilidades sociales y domésticas ante las que el hombre se desconcierta con mayor frecuencia.

Vivimos en un mundo en el que crece el individualismo, se pierden los referentes éticos y los comportamientos violentos se extienden. Con el déficit de valores cívicos, cada cual va a lo suyo sin importarle el resto. Y en los institutos y en las universidades se advierte un nuevo machismo, hay un lote de jóvenes machos agresivos que controlan a sus novias hasta la exageración, conductas que llegan al acoso. Para solucionar toda esta gama de conflictos no solo es necesaria la labor de los padres y de los educadores, también es precisa una evolución del conjunto social, de los medios de comunicación que a menudo frivolizan y deforman el mundo de la pareja. Pocas cosas más lamentables que ver los programas de telerrealidad en los que abundan los forcejeos, las acusaciones, la frivolización de las malas conductas, los insultos, la banalidad. Hacen falta códigos éticos de los que carecen no solo las televisiones en nuestro país sino también una parte de los ciudadanos.
(Fotos de Laura González, quemada en La Palma, y de Yurena González, 23 años, asesinada en Telde)

jueves, 6 de abril de 2017

Estado de sitio (cuento de Elena Poniatowska, México)

Camino por las grandes avenidas, las anchas superficies negras, las banquetas en las que caben todos y nadie me ve, nadie voltea, nadie me mira, ni uno solo de ellos. Ninguno da la menor señal de reconocimiento. Insisto. Ámenme. Ayúdenme. Sí, todos. Ustedes. Los veo. Trato de imantarlos; nada los retiene, su mirada resbala encima de mí, me borra, soy invisible. Sus ojos evitan detenerse en algo, en cualquier cosa, y yo los miro a todos tan intensamente, los estampo en mi alma, en mi frente; sus rostros me horadan, me acompañan; los pienso, los recreo, los acaricio. Nosotras las mujeres atesoramos los rostros; de hecho, en un momento dado, la vida se convierte en un solo rostro al que podemos tocar con los labios. Ámenme, véanme, aquí estoy. Alerto todas las fuerzas de la vida; quiero traspasar los vidrios de la ventanilla, decir: “Señor, señora, soy yo”, pero nadie, nadie vuelve la cabeza, soy tan lisa como esta pared de enfrente. Debería gritarles: “Su sociedad sin mí sería incompleta, nadie camina como yo, nadie tiene mi risa, mi manera de fruncir la nariz al sonreír, jamás verán a una mujer acodarse en la mesa como lo hago, nadie esconde su rostro dentro de su hombro…señores, señoras, niños, perros, gatos, pobladores del mundo entero, créanme, es la verdad, les hago falta.”
Me gustaría pensar que me oyen pero sé que no es cierto. Nadie me espera. Sin embargo, todos los días tercamente emprendo el camino, salgo a las anchas avenidas, a ese gran desierto íntimo tan parecido al que tengo adentro. Necesito tocarlo, ver con los ojos lo que he perdido, necesito mirar esta negra extensión de chapopote, necesito ver mi muerte.
(Esta gran autora mexicana es periodista y escritora, ganó el Premio Cervantes en 2013 y tiene casi 85 años llenos de lucidez creativa)
De noche vienes, México, Grijalbo, 1979.

martes, 4 de abril de 2017

La hija del guardagujas (cuento de Vicente Huidobro, Chile)

La casita del guardagujas está junto a la línea férrea, al pie de una montaña tan empinada que sólo algunos árboles especiales pueden escalonar a gatas, aferrándose con sus raíces afiladas, agarrándose a los terrones hasta llegar a la cumbre.
La casita de madera desvencijada a causa del estremecimiento constante y los fragores. La casita pequeña en un terraplén de veinte metros junto a tres líneas.
Allí vive el guardagujas con su mujer, contemplando pasar los trenes cargados de fantasmas que van de ciudad en ciudad. Cientos de trenes, trenes del norte al sur y trenes del sur al norte. Todos los días, todos los meses, todo el año. Miles de trenes con millones de fantasmas, haciendo crujir los huecos de la montaña.
La mujer, como buena mujer, le ayuda a enhebrar los trenes por el justo camino
La responsabilidad de tantas vidas satisfechas les ha puesto un gesto trágico en el rostro.
Apenas si pueden sonreír cuando se quedan como suspendidos mirando a su pequeña, una criatura de tres años, graciosa, delicada, con gestos de flor y de paloma.
Pasan los trenes con el fragor de hierros y largos metales arrastrados de toda una ciudad que soltara sus amarras, de tantos fantasmas desencadenados y ebrios de libertad.
La hija del guardagujas juega entre los trenes de su montaña con una confianza aterradora. Ignora que los niños ricos de la ciudad se entretienen con unos trenes pequeñitos como ratones sobre rieles de lata. Ella posee los trenes más grandes del mundo… y ya empieza a mirarlos con desprecio.
Es un encanto de niñita. Vive despreocupada, suelta como si no quisiera apegarse a nadie. Se diría que un tren la arrojó allí al pasar como por casualidad.
En cambio sus padres viven pendientes de ella, la contemplan, mientras todavía es tiempo, la miman, la adoran.
Ellos saben que un día la va a matar un tren.

lunes, 3 de abril de 2017

Los jubilados quieren apurar la vida



En una mañana de marzo que ya oficialmente era primavera nos convocó José Luis de Marco en su casa de la cumbre. La casa más alta de Gran Canaria, a casi 2000 metros de altitud, a pocos metros de los radares militares conocidos como Los Pechos. Al subir cruzamos nieblas espesas, los pinares de repoblación, el aire puro. José Luis ejerció la arquitectura en años del boom, el dinero corría pero es ahora cuando se confiesa feliz. Compañero inseparable de su perro Pluto, un American Standford con el que ha compartido muchas peripecias, algunas extenuantes, sobre todo cuando le impedían dormir en algún establecimiento con presencia del animal. Daba gusto caminar los espacios de la finca, los pequeños huertos, los narcisos amarillos, los lirios de color violeta. Por momentos la bruma dejó ver el Roque Nublo, aunque el Teide quedaba velado a lo lejos. Cuando comenzamos a comer estábamos a cuatro grados; la casa fue hecha en otra época, con madera abundante, orientada al oeste para recibir el sol de atardecer, en los días despejados la visión de la naturaleza circundante es única. A las pocas horas de aquella jornada invernal Las Canteras y el sur resplandecían con un sol espléndido, la maravilla de los microclimas del pequeño continente en miniatura que es la isla. El anfitrión lee poemas suyos, es un buen conversador, explica algo que tiene en la mente cada día: un proyecto en Granada. Soñadores a partir del paisaje, recorríamos el pinar, examinábamos las flores y los frutales, disfrutábamos el aire limpio, degustábamos el vino y la comida, escuchábamos atentamente los textos que iban siendo leídos. En la casa espléndida de José Luis de Marco, buena parte de los contertulios eran jubilados. Y sentíamos el gozo de vivir porque jubilación viene de júbilo, expresión de alegría.

Con cierta frecuencia me encuentro amigos que no veo desde hace tiempo y algunos te hacen la típica pregunta ¿qué haces ahora que estás jubilado? ¿ya no escribes? Da la impresión de que jubilarse es estar en otro lugar, distante y casi escondido. Pero ya se sabe que los periodistas y los escritores no se jubilan jamás, que morirán con las botas puestas, es decir: sobre el teclado y delante de la pantalla en blanco, esbozando libros, leyendo, escribiendo artículos periodísticos. Dicen que para librarse del alzheimer lo mejor es mantener la mente activa, desterrar el ocio pasivo, no abandonarse delante del televisor. Y por eso hay que estar delante de libros por leer, y quizá escuchando música del barroco, y Mozart, y Beethoven, y tantos otros. Incluso música pop puede acompañar el deslizamiento de los dedos sobre el teclado para construir frases e ideas. Adorar a Vivaldi no significa que haya que echar pestes de los Rolling Stones, de REM, de Bruce Springsteen, de Leonard Cohen y un largo etcétera. Lo más importante de la jubilación es sentirse ocupado, trazarse pequeñas metas, idear viajes al mundo, completar viajes al interior de uno mismo.

¿A qué edad comienza la vejez? ¿Cuándo puede establecerse que llegamos a eso que se llama Tercera Edad? Cuando yo era chico la esperanza de vida en nuestro entorno apenas superaba los 60 años, y hoy en día va más allá de los 80. De este modo, estamos poblando una sociedad envejecida, en la que hay pocos nacimientos. Alguien tiene que rejuvenecer el país, por eso necesitamos que vuelvan los inmigrantes, pero les ponemos todas las trabas posibles. Y es que esto de la Tercera Edad va por países, así en Japón los ancianos son respetados mientras que en el mundo occidental, sobre todo en Estados Unidos, el envejecimiento se considera indeseable, recordemos No es país para viejos, aquella película de los hermanos Coen. Se elogia la vitalidad, la juventud, mientras que se ignora la ancianidad. Debe ser porque los ancianos consumen menos, son menos útiles para el aparato productivo. Últimamente leemos que los progresos de la medicina alimentan la esperanza de que el ser humano pueda llegar a vivir 120 años, pero ¿para qué vivir tanto si la calidad de vida no es la adecuada?

Algunos creadores han llegado a la ancianidad en plenitud. Por ejemplo Cervantes cuando escribe la segunda parte del Quijote, Goethe, los músicos Joaquín Rodrigo y Pablo Casals. ¿Qué decir del gran Picasso, o de José Luis Sampedro, o de Saramago o de Gabriel García Márquez, todos los cuales estuvieron creando cuando tenían una edad avanzada? España es uno de los países con más viejos del mundo porque más de 8,5 millones de personas, casi el 20 por ciento de su población, tiene más de 65 años. Pero el debate está servido. ¿Es correcto decir que alguien de 65 es viejo? ¿A qué edad se entra realmente en la vejez? Por comodidad estadística desde hace más de un siglo se trabaja con la idea de que la vejez empieza a los 65 porque ese umbral fijo coincidía con la edad de jubilación, pero la realidad es que no dejamos de ganar esperanza y calidad de vida y las personas de 65 años de hoy no tienen que ver con las de antes porque llegan mucho mejor a esa edad y uno diría que los de 65-70 años actuales son como los de 55-60 años de generaciones anteriores, afirma Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del CSIC y director del portal Envejecimiento en Red. De ahí que tanto él como otros investigadores del CSIC hayan decidido abrir un debate sobre la necesidad de redefinir el concepto de viejo o, como mínimo, la edad de inicio de la vejez.  

A pesar de que, al final, la muerte supone la gran derrota, nunca hay que rendirse. «No se envejece por haber vivido un cierto número de años; uno se hace viejo por haber desertado del ideal», es una frase atribuida al general MacArthur. Ahora se estima que la Tercera Edad comienza entre los 70 y los 75 años, depende de cada cual. Y es que la jubilación y la llamada Tercera Edad en realidad son oportunidades para hacer muchas cosas, para viajar, para pasear, para leer, para seguir creando, para apurar cada uno de los días que nos regalan los dioses.