LUIS LEON BARRETO ------------------------------------------------------------------------------------------correo: leonbarreto49@gmail.com
sábado, 29 de noviembre de 2014
El desnudo es bello
¿Será que estamos en una sociedad tan desinhibida que el desnudo ya no importa, que es cosa cotidiana o será que se trata de un producto de las televisiones, de las modas? ¿O formará parte del culto al cuerpo, cuerpo esbelto de gimnasio y cabeza vacía de no leer un libro al año? Sea como fuere, el fenómeno está ahí desafiando la ancestral condena que las religiones hicieron de la carne. Es obvio que en buena parte del globo, donde dominan los fanatismos, te pueden apedrear en la plaza pública por mucho menos que enseñar una teta. Un mundo de contrastes, donde los radicalismos lanzan atentados a diario.
viernes, 28 de noviembre de 2014
Juan Goytisolo, heterodoxo y cáustico, gana el Premio Cervantes
Tras siete muy reñidas votaciones, Juan Goytisolo obtuvo el Premio Cervantes 2014. Un escritor heterodoxo, incómodo al sistema, rompió la línea a menudo oficialista de este premio, el más importante literariamente de las letras en español. Hermano de José Agustín y Luis, Juan Goytisolo nació en Barcelona en 1931 y vive desde hace mucho tiempo cerca de Canarias, en Marrakech, la Ciudad Roja del sur de Marruecos. Estuvo casado con una escritora francesa, y en los últimos años proclama la dignidad de la homosexualidad. Precisamente desde Marrakech nos escribe la escritora canario-cántabra Yolanda Soler, que -tras una dilatada etapa en el Instituto Cervantes de Mánchester y luego de Varsovia- parece dispuesta a arraigar en esta bella y cinematográfica ciudad. En su correo nos envía, además, la fotografía con la que ilustramos esta noticia. Juan Goytisolo vive a un paso de la famosa plaza Yamaa el Fna, que reivindicó constantemente para que fuese declarada Patrimonio de la Humanidad, título que finalmente le fue concedido. La aproximación a la cultura árabe, el diálogo vivo con el otro lado del Estrecho, es una de sus motivaciones más constantes. Sorprende su vitalidad cuando ya ha cumplido 83 años y se muestra dispuesto a seguir trabajando a buen ritmo, siempre lúcido, siempre contestatario, siempre lejano al poder cultural oficial.
Juan Goytisolo es, por tanto, un intelectual lejano al sistema, maltratado por la censura en tiempos franquistas. Disfruté mucho con algunos de sus textos -Señas de identidad, Reivindicación del conde Don Julián, Campos de Níjar- en los que se mostraba contrario a lo que él llama el canon del nacionalcatolicismo cultural. Precisamente en Reivindicación del conde Don Julián, libro aparecido en México por problemas de censura, señalaba la conveniencia de que los árabes volviesen a ocupar la Península Ibérica, como mejor manera de instaurar un tiempo nuevo.
En la fotografía -tomada en estos días- aparece el escritor galardonado, en compañía de la poeta Yolanda Soler y otros amigos. Yolanda es la que ocupa el centro de la imagen. (Foto de Maha Elmadi, directora de la Fundación Dar Bellarej, de Marrakech)
jueves, 27 de noviembre de 2014
Las democracias fingidas
Eduardo Sanguinetti, Mar del Plata, Argentina
Con gobiernos sin autoridad ética, sin haber hecho un corte claro y sin haber entendido la gran lección de las guerras sucias de las dictaduras militares sudamericanas, las democracias fingidas, es casi imposible articular espacios de vida en libertad, verdad y ética.
Hay un convencimiento mayoritario de que la corrupción es generalizada y mediatiza toda la vida del planeta. Resulta inconcebible que, buscando a estudiantes desaparecidos en México, se encuentren otros 70 cadáveres en diversas fosas… que el narcotráfico este instalado en todos los estadios sociales del mundo… que la prostitución de niñas se haya convertido en una mal endémico, que los pueblos acepten la corrupción como una rutina natural y asimilada a las tradiciones… que las bonitas “barbies”, enviadas del imperio den recitales acerca de repúblicas inexistentes en shoppings periféricos… que las guerras inventadas tengan espacio, con miles de muertes incluidas y que solo sean noticia del día… que el hambre siga existiendo, produciéndose un 75% más de alimentos que la humanidad consume… que los peores ocupen sitiales de honor… que se fabriquen trayectorias de héroes inexistentes… que se aniquile la dignidad y la nobleza, que en los tribunales se juzgue solo a los marginados y se acepte la mentira y lo falaz… que las nuevas generaciones estén destinadas a la exclusión y la ausencia de horizontes, librados a su suerte, que la diversidad sea motivo de discriminación, para quienes no se asimilan al decreto del pensamiento único…
Todo lo relatado, solo lleva a la conclusión de que vivimos en un tiempo y en un espacio donde la verdad y la vida dentro de lo que se denominaba Orden Natural, no existe… no existe un registro internacional de desaparecidos ni de aparecidos ni investigación sobre las víctimas de prostitución, genocidios, muertos de hambre, indigentes, narcotraficantes…
La invasión de las calles y de las redes remite al mismo ejemplo de la fallida primavera árabe: la nueva política yanky-sionista y el clamor social sirven para derribar, pero aún no para construir. ¿Y ahora qué? Resultará muy difícil restaurar un mínimo de confianza. Quizá el problema de la política, de un Obama tardío en sociedad con Hillary Clinton, de Iguala, de Peña Nieto, de Petrobras, de Dilma Rousseff, del affaire Pluna, de la corrupción K, etc., es que tratan de arreglar y preservar, mientras que los nuevos tiempos exigen cambiar. Es decir, tirar y volver a hacer la casa. No vivimos un fenómeno desconocido en la historia política: esas tempestades y aquellos barros trajeron la basura del fascismo y el aniquilamiento de los sistemas políticos que eran espacios de libertad… o al menos pretendían serlo.
Ante la desmesura y el fanatismo de una humanidad asimilada a las prácticas prostibularias de un sistema degradado y con patologías severas, en comportamientos, modos y maneras, deviene un amancebado y anestesiado ciudadano del tercer milenio que marcha con placer de nirvana siliconado a su exterminio.
Ante este paisaje, no puedo menos que anunciar un final de juego, en un ajedrez que se ha humedecido, sus piezas han caído, y las líneas del tablero se han borrado…
(Publicado en La República, Uruguay. Foto: manifestaciones por el asesinato de los estudiantes de México)
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Navidad, Reyes y el consumo sin límite
Por Verónica Duarte
Estamos ya en Navidad, se acerca fin de año y llegan los Reyes. Hasta hace pocos años, el 24 de diciembre era simplemente una cena familiar y la Noche de Reyes el momento de los regalos.
Con la llegada de la inmigración y la influencia americana y nórdica, hace unos años que Papá Noel empezó a dejar regalos también en Nochebuena.
¿Pero qué siginificado tienen hoy estas fechas para la familia?
Hasta no hace mucho se trataba de celebrar juntos y de sentir la magia de la fiesta, pero desde hace unos años, desde que los centros comerciales empiezan a decorar sus escaparates con motivos navideños en noviembre(!!!!), diciembre se ha convertido en una carrera de comprar sin límite, tanto que muchísima gente se endeuda por encima de sus posibilidades.
Durante la última semana de noviembre los bancos comienzan a ofrecer préstamos especiales y aparecen tarjetas de crédito en nuestros buzones.
Hemos perdido la cordura. Ya ni nos acordamos del significado de la Navidad o de la Noche de Reyes.Nos hemos subido a la marea de la compra sin límite y sin sentido y, en muchos casos, los regalos se han transformado en una vara de medir, en una competición.
Este modelo de descontrol es el que ofrecemos a los niños. Estos niños que piden por pedir, porque saben que recibirán todo y más.
Ya no necesitan descubrir qué, de todo lo pedido, habrá tenido lugar en el trineo o en los camellos.
No hace mucho los padres explicaban a sus hijos que los Reyes o Papá Noel (dependiendo de las tradiciones de cada familia) no podían traer todo lo que se les pedía porque tenían que hacer sitio para los regalos de todos los niños del mundo.
Pues ya no. Hoy parece que tengan un cupo ilimitado.
Se ha perdido la magia. Pido por pedir y sé que recibiré todo.
¿No será hora de recuperar la cordura?
Estamos en Navidad. Una época de estar en casa, de vacaciones escolares, de tardes de juegos y de vivir la fiesta en familia. Los regalos deberían ser sólo una parte de esta fiesta. Las casas deberían ser el lugar donde acoger a la familia y no el hipermercado del juguete.
Se trata de celebrar el encuentro, de alegrarnos por poder compartir un año más, de revivir la magia de la infancia.
Si convertimos la fiesta en un agobio económico, si nos endeudamos, si Navidad y Reyes sólo existen bajo una montaña de regalos, es que nos hemos olvidado de su significado real y así enseñamos a nuestros niños que sin un millón de juguetes (buena parte de los cuales serán abiertos e inmediatamente olvidados) es imposible celebrar nada.
Volvamos a la esencia, a la emoción, a la espera por un par o tres de paquetes, a la alegría porque uno de esos paquetes sí es el regalo que deseábamos...
Volvamos al origen, a la fiesta de la familia, a lo sencillo...
Ofrezcamos un modelo de coherencia. No se necesita el emporio del juguete en casa para poder disfrutar de las Navidades.Todos lo sabemos ¿a qué estamos esperando?.
Que estas fiestas sepamos reencontrarnos con el espíritu de la Navidad, del nacimiento de una nueva oportunidad para seguir compartiendo la vida en familia y entre amigos.
(De www.educ-es.blogspot.com, en www.diocesisdecanarias.es)
Estamos ya en Navidad, se acerca fin de año y llegan los Reyes. Hasta hace pocos años, el 24 de diciembre era simplemente una cena familiar y la Noche de Reyes el momento de los regalos.
Con la llegada de la inmigración y la influencia americana y nórdica, hace unos años que Papá Noel empezó a dejar regalos también en Nochebuena.
¿Pero qué siginificado tienen hoy estas fechas para la familia?
Hasta no hace mucho se trataba de celebrar juntos y de sentir la magia de la fiesta, pero desde hace unos años, desde que los centros comerciales empiezan a decorar sus escaparates con motivos navideños en noviembre(!!!!), diciembre se ha convertido en una carrera de comprar sin límite, tanto que muchísima gente se endeuda por encima de sus posibilidades.
Durante la última semana de noviembre los bancos comienzan a ofrecer préstamos especiales y aparecen tarjetas de crédito en nuestros buzones.
Hemos perdido la cordura. Ya ni nos acordamos del significado de la Navidad o de la Noche de Reyes.Nos hemos subido a la marea de la compra sin límite y sin sentido y, en muchos casos, los regalos se han transformado en una vara de medir, en una competición.
Este modelo de descontrol es el que ofrecemos a los niños. Estos niños que piden por pedir, porque saben que recibirán todo y más.
Ya no necesitan descubrir qué, de todo lo pedido, habrá tenido lugar en el trineo o en los camellos.
No hace mucho los padres explicaban a sus hijos que los Reyes o Papá Noel (dependiendo de las tradiciones de cada familia) no podían traer todo lo que se les pedía porque tenían que hacer sitio para los regalos de todos los niños del mundo.
Pues ya no. Hoy parece que tengan un cupo ilimitado.
Se ha perdido la magia. Pido por pedir y sé que recibiré todo.
¿No será hora de recuperar la cordura?
Estamos en Navidad. Una época de estar en casa, de vacaciones escolares, de tardes de juegos y de vivir la fiesta en familia. Los regalos deberían ser sólo una parte de esta fiesta. Las casas deberían ser el lugar donde acoger a la familia y no el hipermercado del juguete.
Se trata de celebrar el encuentro, de alegrarnos por poder compartir un año más, de revivir la magia de la infancia.
Si convertimos la fiesta en un agobio económico, si nos endeudamos, si Navidad y Reyes sólo existen bajo una montaña de regalos, es que nos hemos olvidado de su significado real y así enseñamos a nuestros niños que sin un millón de juguetes (buena parte de los cuales serán abiertos e inmediatamente olvidados) es imposible celebrar nada.
Volvamos a la esencia, a la emoción, a la espera por un par o tres de paquetes, a la alegría porque uno de esos paquetes sí es el regalo que deseábamos...
Volvamos al origen, a la fiesta de la familia, a lo sencillo...
Ofrezcamos un modelo de coherencia. No se necesita el emporio del juguete en casa para poder disfrutar de las Navidades.Todos lo sabemos ¿a qué estamos esperando?.
Que estas fiestas sepamos reencontrarnos con el espíritu de la Navidad, del nacimiento de una nueva oportunidad para seguir compartiendo la vida en familia y entre amigos.
(De www.educ-es.blogspot.com, en www.diocesisdecanarias.es)
martes, 25 de noviembre de 2014
¡No es país para viejos! (y las "travesuras" del Pequeño Nicolás)
Cada
vez son más los mayores que se mueven por las calles, el fenómeno es una
tendencia universal. ¿Estorban los viejos en un país como el nuestro donde las
pensiones están congeladas desde hace ya largo tiempo? ¿Interesan los viejos al
sistema económico? No somos un buen país para los viejos, se aprecia con los
recortes de la crisis, la pérdida de fondos para programas asistenciales, el
desmantelamiento del Estado de Bienestar y los infinitos casos de ancianos
expulsados de sus casas, tal así la viuda de Vallecas desahuciada a los 85 años,
cientos de miserias que –de tanto repetirse– ya no sorprenden a nadie. Nos
vamos hacia el gobierno de los corruptos, no caben los ancianos en el sistema y
tal vez por ello lo compensamos con chicos tan espabilados como el Pequeño
Nicolás, un portento que –de ser verdad el diez por ciento de lo que cuenta–
nos daría la medida exacta de lo que somos, un país de trapisondas sin igual,
un conseguidor que igual es capaz de arreglar el feo asunto de la independencia
de Cataluña o de liberar a la infanta Cristina de su órdago con la ley.
Remedando
el título de aquella memorable película de los hermanos Cohen, no somos un
lugar apropiado para viejos pero lo cierto es que envejecen rápidamente estas
islas nuestras, donde en la época del Invicto, allá por los años sesenta, había
familias que tenían hasta dieciocho y veinte hijos, copando así junto con
Andalucía buena parte de los premios de natalidad encaminados a obtener una
vivienda social u otros obsequios miserables. Ahora buena parte de las parejas
jóvenes alargan todo lo que pueden el matrimonio y en vez de traer al mundo un
par de chiquillos prefieren comprarse un par de perros de raza, que son los
mejores amigos del hombre y no te dan el coñazo de madrugada con los biberones
y los pañales. Lo único que te piden es que los saques a pasear, con lo cual
también se ventila el dueño. De este modo, el único crecimiento de población
que tenemos sigue siendo el capítulo de los inmigrantes, raquítico ahora hasta
que llegue una nueva burbuja inmobiliaria, que, de acuerdo con las
predicciones, está al caer.
Advierten
los expertos que el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa
de natalidad ha favorecido que el grupo de personas mayores de 60 años esté
aumentando rápidamente en toda la nación y en particular en el archipiélago,
por lo que superará el 20% de la población de aquí a seis años y llegará a ser
la tercera parte del total en el 2050. La cosa está clara: puesto que tenemos
poca gente joven, que la que haya sea tan espabilada como este Pequeño Nicolás,
presunto agente de una película de espionaje de altos vuelos, ese niñato al que
rápidamente hemos convertido en una nueva figura mediática en las televisiones,
capaz de batir las plusmarcas de audiencia.
Señalan
los expertos que el envejecimiento poblacional puede y debe considerarse un
éxito de las políticas de salud pública y del desarrollo socioeconómico a pesar
de estos años de la crisis, pero también constituye un reto para la sociedad y
un desafío para el sistema social y el sanitario, que debe prever las
necesidades de estas personas y reorientar el modelo asistencial. Las mejores
perspectivas laborales se orientan, precisamente, hacia las especializaciones
en la Tercera Edad, profesiones relacionadas con la medicina, enfermería,
psicología, ocupación del ocio, etcétera. Este proceso de adaptación del modelo
asistencial requiere formar a los profesionales sanitarios en atención de salud
geriátrica y gerontológica, prevenir y tratar las enfermedades crónicas
asociadas a la edad, elaborar políticas sostenibles de atención de larga
duración y diseñar servicios y entornos adaptados a las personas mayores. Todo
este blablablá del proyecto institucional para Canarias está bien sobre el
papel, pero habrá que verlo en la realidad.
Se trata, pues, de llevar a cabo un nuevo estilo de
intervención asistencial, basado en la coordinación sociosanitaria, definida
como el conjunto de acciones encaminadas a ofrecer una respuesta a las
necesidades que se presentan en las personas que padecen situaciones de
dependencia y enfermedad crónica. En el contexto de la crisis las ayudas a los
distintos tipos de discapacidad han menguado de manera dramática por las
circunstancias de estos años terribles. Los recortes han eliminado la mayor
parte de las previstas ayudas a la dependencia, y el futuro a medio plazo
exigirá la puesta en marcha de hogares de ancianos, residencias de jubilados y
consultorios dirigidos hacia este colectivo que se incrementa de año en año.
El
pequeño Nicolás, en sus primeras entrevista públicas, elude las preguntas más
directas y comprometidas apelando a la necesidad de guardar secreto invocando
en ocasiones la salvaguarda de la seguridad nacional, no en vano se define como
un “patriota” que sabe demasiado. Evita con habilidad términos penalmente
comprometidos y se refiere a “actividades alegales” y no ilegales al hablar de
presuntas misiones relacionadas con los servicios secretos, pero en todo caso
presume de sus contactos, de sus relaciones, de su intervención en ciertas
operaciones que deberá aclarar ante el juez. Además, evita también atribuirse la
toma decisiones subrayando su papel de mero colaborador o informante, mientras
da a entender que pasaban por sus manos y le encomendaban altas misiones
relacionadas con los graves problemas del país. Un pícaro, un bufón, un
saltimbanqui que supo introducirse en los lugares más reservados, en las tripas
del Estado. Si es capaz de engañar hasta su sombra ¿por qué no lo cuidamos para
que sea nuestro ministro de Empleo de aquí a un par de añitos?
domingo, 23 de noviembre de 2014
Epidauro: el teatro de hace casi tres mil años
Una mirada a los clásicos. En Grecia el teatro de Epidauro es una gloriosa manifestación de la primera literatura occidental, aquella que nos permitió conocer los autores de hace casi tres mil años, la base de la tragedia que siglos después inspiró a Shakespeare, Lope de Vega, etcétera.
La acústica del teatro de Epidauro es excepcional, permite a los últimos espectadores de arriba de las gradas oír y distinguir a los actores hablando en voz baja. Actualmente aún tienen lugar representaciones, en este impresionante escenario fue declarada la independencia de Grecia.
Se cree que este teatro pudo alcanzar una capacidad límite de más de 14.000 espectadores en total, lo cual lo convierte en uno de los teatros antiguos más grandes y con más capacidad de aforo.
El edificio se ha convertido en el símbolo del teatro griego antiguo. Algunas célebres representaciones modernas incluyen a la trágica Katina Paxinou y la soprano Maria Callas en la ópera Medea.
Pese a su ruina material por los ajustes y , Grecia sigue siendo inolvidable. No en vano fundó el pensamiento, el teatro, la epopeya.
La acústica del teatro de Epidauro es excepcional, permite a los últimos espectadores de arriba de las gradas oír y distinguir a los actores hablando en voz baja. Actualmente aún tienen lugar representaciones, en este impresionante escenario fue declarada la independencia de Grecia.
Se cree que este teatro pudo alcanzar una capacidad límite de más de 14.000 espectadores en total, lo cual lo convierte en uno de los teatros antiguos más grandes y con más capacidad de aforo.
El edificio se ha convertido en el símbolo del teatro griego antiguo. Algunas célebres representaciones modernas incluyen a la trágica Katina Paxinou y la soprano Maria Callas en la ópera Medea.
Pese a su ruina material por los ajustes y , Grecia sigue siendo inolvidable. No en vano fundó el pensamiento, el teatro, la epopeya.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Cada vez hay más escritores, y menos lectores: técnicas para lanzar un libro al mercado
Por Manu de Ordoñana (Donostia, Euskadi)
Cada vez hay más gente que quiere escribir un libro y cada vez hay menos lectores. Si a eso se añade la irrupción del libro digital, la piratería y el avance progresivo del comercio electrónico, no me extraña que el sector editorial ande un poco revuelto. En ámbito tan confuso, el gran perdedor es el escritor honesto, con talento, que no encuentra el camino para que su obra sea leída y poder así obtener un salario digno que le permita seguir escribiendo. Antes el escritor era un personaje singular que gozaba de crédito, un erudito por quien el pueblo sentía admiración y respeto. Hoy la democratización de la sociedad ha devaluado su figura, hasta el punto de que ya el vulgo supone que la corona de laurel está al alcance de cualquiera. El contenido importa poco, la técnica se aprende. ¿Cuántos talleres de escritura se imparten hoy en España? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero el número se ha disparado en los últimos años. ¿Cuál ha sido la semilla que ha hecho brotar tantas vocaciones? Serán muchas, pero una —quizá la más importante— es la facilidad que existe hoy para publicar un libro. No creo yo que ganar dinero sea la motivación primera de un escritor sensato, en un mercado en que la oferta supera ampliamente a la demanda. Escribir libros es un oficio suicida, sólo se entiende como “hobby”… y para satisfacer el ego. Hoy en día existen múltiples formas de publicar un libro, unas mediante un desembolso económico previo, otras totalmente gratuitas.
A poco que uno disponga de un ordenador y domine el tratamiento de textos, está capacitado para escribir una novela, maquetarla y darle forma, para imprimirla o convertirla en un ebook. Éstos son los viales más concurridos: 1.- Buscar un editor tradicional, preferible uno pequeño que uno mediano. El escritor ya sabe que el grande no le va a hacer caso, así que mejor probar fortuna con uno de menor alcance. Su modesta economía no le permite equivocarse muchas veces, lo que le hará ser riguroso en la selección del manuscrito. Si se lanza a la aventura, por la cuenta que le trae, va a destinar buena parte de su energía a promocionar el libro y, aunque el éxito no sea masivo, dará al autor alguna satisfacción. Cada vez son más numerosos estos editores independientes, que se atreven a publicar obras de calidad escritas por autores desconocidos. El problema es cómo conocerlos. Afortunadamente, están apareciendo empresas de servicios literarios —Tregolam es una de ellas— que, mediante un canon al alcance de cualquier bolsillo, ayudan al escritor a ponerse en contacto con ellos, previa elaboración de un informe literario favorable de la obra. Como conocen bien el medio, saben elegir el “partenaire” adecuado, con lo cual sube la posibilidad de que sea publicada. 2.- La coedición es una fórmula que últimamente se ha puesto de moda.
El autor contrata el servicio de alguna de esas editoriales de nueva generación mediante un acuerdo, en el que aquél —el autor— se compromete a financiar parte de la inversión —si no el cien por cien—, a cambio de promesas que, cuando no se cumplen—lo que ocurre con cierta frecuencia—, la experiencia termina de mala manera. Y es que, con muy poco dinero, cualquiera es capaz de montar una pequeña editorial —incluso en su propia casa—, de carácter unipersonal y atraer a escritores de buena fe cuya sola ilusión es que alguien le publique 3.- La autoedición pura y dura. El autor lo hace todo: escribir, corregir, maquetar, diseñar la portada, redactar la sinopsis, solicitar el ISBN y hacer el pedido a la imprenta. Luego hay que almacenar, distribuir y vender. Para ello, tendrá que crear su propia tienda online —no es tan complicado como parece, si tienes una página web— o anunciarlo en los portales de venta de libros que hay en Internet (del estilo de Amazon). Es un procedimiento algo complicado que exige tiempo y dinero, pero que trae recompensa… si se hace bien. 4.- La impresión bajo demanda consiste en imprimir un ejemplar —o un número reducido— cada vez que se recibe un pedido. El libro se incorpora a la librería digital del editor-impresor y el autor no tiene que hacer desembolso alguno. Como contrapartida, recibirá un porcentaje variable entre el 70 y 80% del margen bruto resultante, tras descontar del precio de venta los costes de impresión, manipulación y transporte. Esta modalidad, que en principio parece un regalo del cielo para los escritores primerizos, tiene su cara oculta. El coste de imprimir un libro —o una tirada corta— en papel es alto y el precio de venta que resulta, excesivo. Aun así es una fórmula que terminará por imponerse, ya que la tecnología productiva seguirá avanzando hasta conseguir que el coste de fabricar 50 o 100 ejemplares disminuya a valores razonables, con lo cual el autor podrá asumir la inversión, sin quebranto grave de su economía. De hecho, Penguin Random House, el mayor grupo editorial del mundo, acaba de lanzar una nueva plataforma de autopublicación de libros en español megustaescribirlibros.com que ha tenido un cierto éxito entre los escritores no profesionales. Ofrece un servicio de publicación bajo esta fórmula de “impresión bajo demanda”, tanto en formato papel como en digital, así como el marketing para vender el libro a través de Internet —al parecer, no con su sello editorial ni en su cadena de librerías—. El programa incluye un servicio “obligatorio” de reconocimiento del manuscrito para su evaluación por un editor, con lo cual, para tener alguna posibilidad de éxito, hay que desembolsar “una pequeña cantidad”, no inferior a 3.000 euros. No está demás saber lo que opina Mariana Eguaras sobre este proyecto. Muy bien.
De una u otra manera, el libro ya se ha publicado y se puede comprar a través de Internet —llegar a las librerías es más complicado— a un precio razonable. El autor se las promete muy felices, los primeros días venderá unos cuantos ejemplares —los que compren sus familiares y amigos—, pero pronto llegará la decepción. Una sequía de resultados que le causará tristeza, dolor e impotencia, tras haber consumido dos o tres años de trabajo intensivo para crear “su obra”, la ilusión de su vida. Algo ha fallado… porque la novela es de diez. No basta con que el producto sea maravilloso y dé respuesta a las exigencias del cliente. Hay que cumplir los requisitos que el marketing recomienda. El libro no deja de ser un producto más de consumo y, por lo tanto, sujeto a las leyes de la mercadotecnia. Los principios de esta ciencia dicen que, para maximizar las ventas de un producto, en cada segmento de mercado, hay que combinar con acierto los cuatro elementos que incitan al consumidor a comprarlo: No basta con estar bien situado en una o en varias de esas parcelas, hay que estarlo en todas y en cada una de ellas, de manera armonizada. Los escritores, en general, saben construir el producto, pueden dar un precio razonable si prescinden de los intermediarios y tienen remedios para distribuirlo a través de la web, las nuevas tecnologías se lo permiten. Tres de las condiciones se han observado, pero no la última —la difusión del libro, la promoción del autor—, sin la cual no hay venta posible.
Hasta no hace mucho tiempo, el responsable de esa labor era el editor, a través de sus relaciones con los medios de comunicación, cuyas secciones de cultura acaparaban las novedades que iban apareciendo en el mercado. Hoy la influencia de los medios sobre el gran público se ha reducido y han surgido otras fuentes de información que nutren a los cada vez más numerosos lectores de la era digital. Pues bien, el autor de talento que ha escrito una novela, un libro de cuentos, un ensayo, una biografía —los poetas lo tienen más difícil— ha de tener muy claro que la propaganda ha sido siempre el factor fundamental que ha definido el éxito de cualquier producto de consumo nuevo —como es el libro— que sale al mercado, incluso por encima de su valor literario. No hay más que echar un vistazo a lo que publican las editoriales de siempre para comprobarlo. Y en este nuevo contexto, como esa labor ya no lo hace el editor, el único que le puede sustituir es el propio autor. En el modelo nuevo, si un escritor quiere triunfar, ha de ser “un poco empresario” y dedicar su tiempo y su dinero a quehaceres más prosaicos que el mero ejercicio narrativo. Y como esos dos oficios son contrapuestos —tanto por actitud como por aptitud—, el desenlace no se ha hecho esperar: autores competentes, que saben contar historias, nunca serán conocidos, sus libros se pudrirán en el sótano de cualquier librería. Y lo que es peor todavía, el espacio que ellos han dejado ha sido ocupado por escritores ingeniosos que, con un discurso populista, han sabido descubrir la receta. La sociedad ha salido perdiendo. Y sin embargo, la solución no es tan compleja, las nuevas tecnologías acuden de nuevo en nuestro auxilio. En Internet, hay numerosos artículos que aconsejan sobre lo que hay que hacer antes de lanzar un libro al mercado. Con poco dinero, se puede organizar una campaña de publicidad, utilizando las herramientas que te proporciona la web, para llegar a ese público perspicaz que anhela respirar de nuevo aire fresco. Por suerte, empiezan a surgir en el panorama literario consultores externos que ofrecen ese servicio. Ya sólo falta que el escritor se percate de su importancia, para que él se desvincule de esa tarea y dedique todo su tiempo a lo que es su máxima aspiración: escribir.
Cada vez hay más gente que quiere escribir un libro y cada vez hay menos lectores. Si a eso se añade la irrupción del libro digital, la piratería y el avance progresivo del comercio electrónico, no me extraña que el sector editorial ande un poco revuelto. En ámbito tan confuso, el gran perdedor es el escritor honesto, con talento, que no encuentra el camino para que su obra sea leída y poder así obtener un salario digno que le permita seguir escribiendo. Antes el escritor era un personaje singular que gozaba de crédito, un erudito por quien el pueblo sentía admiración y respeto. Hoy la democratización de la sociedad ha devaluado su figura, hasta el punto de que ya el vulgo supone que la corona de laurel está al alcance de cualquiera. El contenido importa poco, la técnica se aprende. ¿Cuántos talleres de escritura se imparten hoy en España? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero el número se ha disparado en los últimos años. ¿Cuál ha sido la semilla que ha hecho brotar tantas vocaciones? Serán muchas, pero una —quizá la más importante— es la facilidad que existe hoy para publicar un libro. No creo yo que ganar dinero sea la motivación primera de un escritor sensato, en un mercado en que la oferta supera ampliamente a la demanda. Escribir libros es un oficio suicida, sólo se entiende como “hobby”… y para satisfacer el ego. Hoy en día existen múltiples formas de publicar un libro, unas mediante un desembolso económico previo, otras totalmente gratuitas.
A poco que uno disponga de un ordenador y domine el tratamiento de textos, está capacitado para escribir una novela, maquetarla y darle forma, para imprimirla o convertirla en un ebook. Éstos son los viales más concurridos: 1.- Buscar un editor tradicional, preferible uno pequeño que uno mediano. El escritor ya sabe que el grande no le va a hacer caso, así que mejor probar fortuna con uno de menor alcance. Su modesta economía no le permite equivocarse muchas veces, lo que le hará ser riguroso en la selección del manuscrito. Si se lanza a la aventura, por la cuenta que le trae, va a destinar buena parte de su energía a promocionar el libro y, aunque el éxito no sea masivo, dará al autor alguna satisfacción. Cada vez son más numerosos estos editores independientes, que se atreven a publicar obras de calidad escritas por autores desconocidos. El problema es cómo conocerlos. Afortunadamente, están apareciendo empresas de servicios literarios —Tregolam es una de ellas— que, mediante un canon al alcance de cualquier bolsillo, ayudan al escritor a ponerse en contacto con ellos, previa elaboración de un informe literario favorable de la obra. Como conocen bien el medio, saben elegir el “partenaire” adecuado, con lo cual sube la posibilidad de que sea publicada. 2.- La coedición es una fórmula que últimamente se ha puesto de moda.
El autor contrata el servicio de alguna de esas editoriales de nueva generación mediante un acuerdo, en el que aquél —el autor— se compromete a financiar parte de la inversión —si no el cien por cien—, a cambio de promesas que, cuando no se cumplen—lo que ocurre con cierta frecuencia—, la experiencia termina de mala manera. Y es que, con muy poco dinero, cualquiera es capaz de montar una pequeña editorial —incluso en su propia casa—, de carácter unipersonal y atraer a escritores de buena fe cuya sola ilusión es que alguien le publique 3.- La autoedición pura y dura. El autor lo hace todo: escribir, corregir, maquetar, diseñar la portada, redactar la sinopsis, solicitar el ISBN y hacer el pedido a la imprenta. Luego hay que almacenar, distribuir y vender. Para ello, tendrá que crear su propia tienda online —no es tan complicado como parece, si tienes una página web— o anunciarlo en los portales de venta de libros que hay en Internet (del estilo de Amazon). Es un procedimiento algo complicado que exige tiempo y dinero, pero que trae recompensa… si se hace bien. 4.- La impresión bajo demanda consiste en imprimir un ejemplar —o un número reducido— cada vez que se recibe un pedido. El libro se incorpora a la librería digital del editor-impresor y el autor no tiene que hacer desembolso alguno. Como contrapartida, recibirá un porcentaje variable entre el 70 y 80% del margen bruto resultante, tras descontar del precio de venta los costes de impresión, manipulación y transporte. Esta modalidad, que en principio parece un regalo del cielo para los escritores primerizos, tiene su cara oculta. El coste de imprimir un libro —o una tirada corta— en papel es alto y el precio de venta que resulta, excesivo. Aun así es una fórmula que terminará por imponerse, ya que la tecnología productiva seguirá avanzando hasta conseguir que el coste de fabricar 50 o 100 ejemplares disminuya a valores razonables, con lo cual el autor podrá asumir la inversión, sin quebranto grave de su economía. De hecho, Penguin Random House, el mayor grupo editorial del mundo, acaba de lanzar una nueva plataforma de autopublicación de libros en español megustaescribirlibros.com que ha tenido un cierto éxito entre los escritores no profesionales. Ofrece un servicio de publicación bajo esta fórmula de “impresión bajo demanda”, tanto en formato papel como en digital, así como el marketing para vender el libro a través de Internet —al parecer, no con su sello editorial ni en su cadena de librerías—. El programa incluye un servicio “obligatorio” de reconocimiento del manuscrito para su evaluación por un editor, con lo cual, para tener alguna posibilidad de éxito, hay que desembolsar “una pequeña cantidad”, no inferior a 3.000 euros. No está demás saber lo que opina Mariana Eguaras sobre este proyecto. Muy bien.
De una u otra manera, el libro ya se ha publicado y se puede comprar a través de Internet —llegar a las librerías es más complicado— a un precio razonable. El autor se las promete muy felices, los primeros días venderá unos cuantos ejemplares —los que compren sus familiares y amigos—, pero pronto llegará la decepción. Una sequía de resultados que le causará tristeza, dolor e impotencia, tras haber consumido dos o tres años de trabajo intensivo para crear “su obra”, la ilusión de su vida. Algo ha fallado… porque la novela es de diez. No basta con que el producto sea maravilloso y dé respuesta a las exigencias del cliente. Hay que cumplir los requisitos que el marketing recomienda. El libro no deja de ser un producto más de consumo y, por lo tanto, sujeto a las leyes de la mercadotecnia. Los principios de esta ciencia dicen que, para maximizar las ventas de un producto, en cada segmento de mercado, hay que combinar con acierto los cuatro elementos que incitan al consumidor a comprarlo: No basta con estar bien situado en una o en varias de esas parcelas, hay que estarlo en todas y en cada una de ellas, de manera armonizada. Los escritores, en general, saben construir el producto, pueden dar un precio razonable si prescinden de los intermediarios y tienen remedios para distribuirlo a través de la web, las nuevas tecnologías se lo permiten. Tres de las condiciones se han observado, pero no la última —la difusión del libro, la promoción del autor—, sin la cual no hay venta posible.
Hasta no hace mucho tiempo, el responsable de esa labor era el editor, a través de sus relaciones con los medios de comunicación, cuyas secciones de cultura acaparaban las novedades que iban apareciendo en el mercado. Hoy la influencia de los medios sobre el gran público se ha reducido y han surgido otras fuentes de información que nutren a los cada vez más numerosos lectores de la era digital. Pues bien, el autor de talento que ha escrito una novela, un libro de cuentos, un ensayo, una biografía —los poetas lo tienen más difícil— ha de tener muy claro que la propaganda ha sido siempre el factor fundamental que ha definido el éxito de cualquier producto de consumo nuevo —como es el libro— que sale al mercado, incluso por encima de su valor literario. No hay más que echar un vistazo a lo que publican las editoriales de siempre para comprobarlo. Y en este nuevo contexto, como esa labor ya no lo hace el editor, el único que le puede sustituir es el propio autor. En el modelo nuevo, si un escritor quiere triunfar, ha de ser “un poco empresario” y dedicar su tiempo y su dinero a quehaceres más prosaicos que el mero ejercicio narrativo. Y como esos dos oficios son contrapuestos —tanto por actitud como por aptitud—, el desenlace no se ha hecho esperar: autores competentes, que saben contar historias, nunca serán conocidos, sus libros se pudrirán en el sótano de cualquier librería. Y lo que es peor todavía, el espacio que ellos han dejado ha sido ocupado por escritores ingeniosos que, con un discurso populista, han sabido descubrir la receta. La sociedad ha salido perdiendo. Y sin embargo, la solución no es tan compleja, las nuevas tecnologías acuden de nuevo en nuestro auxilio. En Internet, hay numerosos artículos que aconsejan sobre lo que hay que hacer antes de lanzar un libro al mercado. Con poco dinero, se puede organizar una campaña de publicidad, utilizando las herramientas que te proporciona la web, para llegar a ese público perspicaz que anhela respirar de nuevo aire fresco. Por suerte, empiezan a surgir en el panorama literario consultores externos que ofrecen ese servicio. Ya sólo falta que el escritor se percate de su importancia, para que él se desvincule de esa tarea y dedique todo su tiempo a lo que es su máxima aspiración: escribir.
jueves, 20 de noviembre de 2014
El conflicto de Palestina y el Estado Islámico
Suecia acaba de reconocer como
Estado a Palestina, sumándose de esta manera a los 84 países que ya habían
tomado esta decisión con anterioridad, casi todos los de África, casi todos los
de Asia y prácticamente todos los de América Latina. Pero la mayor parte de los
países del llamado Primer Mundo todavía dudan a la hora de apoyar la medida,
argumentan que debe cesar el terrorismo palestino pero se olvidan del terrorismo
de Israel. Tras la destrucción de Gaza, los mandatarios israelíes han
continuado con su política de hechos consumados destinada a hacer inviable un
Estado palestino con continuidad territorial. Desde 1991, los gobiernos del
Partido Laborista, el Likud o Kadima no han cesado de construir o ampliar los
asentamientos multiplicando por tres el número de colonos, que ha pasado de
200.000 a 600.000 ante la indiferencia de la comunidad internacional. Muchos de
estos colonos se concentran en el perímetro del Gran Jerusalén con el objeto de
desconectar a la Ciudad Santa de su entorno palestino e impedir que Jerusalén
Este se convierta algún día en capital de un eventual Estado palestino. Se
sigue retrasando la preconizada solución de la convivencia de los dos Estados
–Israel y Palestina– en el mismo espacio geográfico, y entretanto los
yihadistas del Estado Islámico publican nuevos vídeos con decapitaciones que horrorizan.
La violencia extrema y el fanatismo se manifiestan en esa respuesta terrorista
hacia todo lo que huela a occidental. El mundo asiste conmocionado a la
escalada de violencia de los milicianos del Estado Islámico (EI) en Siria e
Iraq, pero otro foco aún más violento toma cuerpo en el corazón de África, en
los estados del nordeste de Nigeria, donde otro grupo islamista, Boko Haram, se
ha hecho fuerte y asesina a grupos de cristianos o secuestra a centenares de
colegialas para violarlas, venderlas o donarlas en matrimonio a sus soldados.
Ante todas estas tragedias, ¿qué pueden hacer las naciones?
Entre las principales potencias
mundiales, los Estados Unidos no reconocen aun a Palestina como un Estado
independiente, pero sí afirman que dicho reconocimiento deberá ser la
consecuencia final de las conversaciones de paz que, bajo su patrocinio, vienen
sosteniéndose desde hace muchos años con el Estado de Israel, conversaciones
muy precarias por su falta de avances prácticos. Sin perjuicio de ello,
consideran a la Autoridad Nacional Palestina como un interlocutor válido que
representa los intereses de la Nación Palestina, y otorgan a sus representantes
un estatus diplomático especial.
La Unión Europea por su parte,
manifestó en 2010 que reconocería al Estado Palestino cuando llegase "el
momento oportuno", adoptando de esta manera una posición similar a la estadounidense.
Ahora Suecia ha marcado un hito en la política exterior de la Unión al
reconocer a Palestina como Estado, poco después de que el Parlamento británico
y el Senado irlandés pidieran a sus Ejecutivos que reconociesen oficialmente a
Palestina como un Estado. Hasta la fecha, Suecia es el tercer país de la UE en
reconocer oficialmente al Estado de Palestina, después de Malta y Chipre. En
Gran Bretaña, Francia, Irlanda e incluso en España algunas fuerzas políticas ya
están solicitando el reconocimiento de Palestina.
El yihadismo
denomina las ramas más violentas y radicales dentro del islam político,
caracterizadas por la utilización del terrorismo, en nombre de una supuesta
yihad. A menudo los ideólogos de este movimiento terrorista achacan a Occidente
su actitud contemplativa hacia los excesos de Israel contra los palestinos, y
justifican sus acciones a partir de este hecho y como respuesta al mismo. También
existen otras acepciones como terrorismo islámico o terrorismo islamista,
utilizadas frecuentemente a partir de los atentados del 11 de septiembre de
2001. Buena parte de los países europeos, y también EEUU, registran “fugas” de
ciudadanos suyos, con frecuencia de origen islámico, que parten para el frente
de esta “guerra santa”. Particularmente es notable la vinculación de personas
residentes en Ceuta y Melilla, donde la población de origen musulmán es cada
vez más nutrida.
Ideológicamente, el yihadismo
como doctrina política es un ideario totalitario que desprecia la vida humana. Por
esa razón está considerado como una de las amenazas más graves a las que se
enfrentan las democracias liberales en estos años tan tensos que estamos
viviendo. Recientemente, un ministro alemán dejó entender que creía que Qatar
es responsable de financiar a grupos de extremismo islámicos, a lo que replicó
la nación árabe. Qatar ha redoblado los gestos y las declaraciones para
enfatizar que no tiene nada que ver con el islamismo radical. "No apoyamos
de ninguna manera a grupos extremistas, de los que forma parte el Estado
Islámico", afirmó el jefe de la diplomacia. "Es imperativo cortar los
fondos que llegan a los grupos extremistas en la región", añadió.
Está claro que el fenómeno del
terrorismo islámico es un asunto complejo, que incluso con anterioridad a los
atentados a las Torres Gemelas de Nueva York se asienta en muchas patas. Pero
también podríamos llegar a pensar que si las naciones occidentales consiguiera
dar alguna respuesta a asuntos tan “incómodos” y olvidados como Palestina y el
Sáhara Occidental, a estos fanáticos que ejecutan a cuchillo a rehenes
occidentales se le quitarían algunos de los argumentos que suelen esgrimir para
justificar sus abominables acciones. Un amigo mío, de origen libanés, cuando le
comenté hace poco la barbarie creciente de los terroristas del Estado Islámico con
las decapitaciones de los últimos meses me contestó literalmente: “Sí, es grave
lo que están haciendo pero en todo caso es mucho menos de lo que hace cada día
Israel sobre los palestinos.”
(Publicado en La Provincia, www.laprovincia.es, hoy, 20 de noviembre de 2014)
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Erotismo, soledad y muerte en Paul Delvaux
Paul Delvaux, pintor surrealista
belga (1897-1994) está influido por las tendencias expresionistas, con
evolución hacia el surrealismo (Piero de la Francesca y Chirico), tendencia a
la que se adhirió partir de 1934 junto a
Magritte, Dalí, Max Ernst, Miró. De técnica pulida y académica, presenta una
temática basada en el misterio junto a atmósferas inquietantes e irreales, en
unos espacios místicos cargados de erotismo. Del renacimiento heredó sus largas
perspectivas, sumadas a decoraciones y arquitecturas clásicas entrelazadas con
mujeres solitarias y absortas de poses estáticas e inexpresivas en la mayoría
de los casos completamente desnudas, mientras que los hombres de sus obras
aparecen en un plano secundario, vestidos y con semejante frialdad al de las
protagonistas femeninas en unas escenas nocturnas y oníricas. Delvaux pinta el
erotismo, el misterio, la soledad y la muerte. Tiene obra en el museo
Thyssen-Bornemisza de Madrid, donde habrá un exposición dedicada a él en febrero de 2015. Aquí podemos apreciar "La Venus dormida", de 1944; "El Congreso", del mismo año; "El despertar del bosque", de 1939, y "Pigmalión", del mismo año.
martes, 18 de noviembre de 2014
Secundino Delgado, en el nacimiento del nacionalismo canario
La incidencia de la crisis de
1898 fue importante en Canarias por la evidente dependencia de su sistema de
monocultivo agrícola respecto a los acontecimientos del exterior así como por
su propia situación geoestratégica, su célebre consideración de frontera o
puente entre continentes. Así, sobre todo en 1896, 1897 y en el propio 1898,
los puertos de Canarias registran el frecuente paso de buques con tropa para
combatir en la lejana guerra del Caribe, y lógicamente esa prensa dedica gran
parte de su espacio a comentar las peripecias entre España y sus últimas colonias,
a veces con números monográficos y suplementos dedicados íntegramente a las
noticias disponibles, e incluso en el terreno militar hay notable incidencia en
esta región ya que esa misma prensa divulga el riesgo de que aquí se padezca
una intervención norteamericana, por lo cual se incrementan los movimientos de
tropa y se preparan medidas de defensa.
El 10 de diciembre de 1898 se
firmaba el París el Tratado de Paz entre España y EEUU, el cual no sólo ponía
fin a la guerra iniciada en Cuba desde 1895 sino que también separaba de la
metrópoli los territorios de Puerto Rico y Filipinas. Este conflicto bélico
supuso para España una apabullante derrota militar y, sobre todo, la asunción
de una palabra que la define con rotundidad: desastre. Por ello, terminadas las
guerras de Cuba y Filipinas sin la victoria explícita ni de los ejércitos
alzados ni del ejército colonial –sino con la victoria rotunda del imperio
emergente, EEUU- se desata una crisis profunda de valores, culturales e
ideológicos. La sociedad española cae en una fase depresiva y el pesimismo
domina por todas partes, acentuándose la crítica contra el sistema político
traído por la Restauración borbónica. Se oyen voces que claman borrón y cuenta
nueva o que piden urgentemente un profundo regeneracionismo, culpando sobre
todo del desgobierno al modo de propiedad agraria latifundista y proclamando
como solución la reforma agraria, una política hidráulica capaz de paliar las
sequías y distribuir los excedentes, la modernización de la enseñanza, el apoyo
a las clases campesinas y la potenciación de la industria, la descentralización
del aparato administrativo, etc. Se afianzan nombres como los de Joaquín Costa,
Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós o Vicente Blasco Ibáñez, el germen de
una generación de descontentos.
Paralelamente, como veremos
luego, la pérdida de las colonias de ultramar tuvo también incidencias en
Canarias en cuanto a la configuración de un brote de nacionalismo a través de
las publicaciones en que, entre otros, figura el nombre de Secundino Delgado,
bien fueran elaboradas desde Venezuela o desde La Habana; el conflicto
hispano-cubano hace estallar también ciertas contradicciones del insular
canario en cuanto a la propia percepción de su identidad mestiza, siempre a
caballo entre Europa y América. Digamos que si bien el caldo de cultivo
ideológico en el archipiélago era favorable a las tesis patrióticas
españolistas, con el importante apoyo de la prensa y del propio empresariado
local, no es menos cierto que ya sobre el propio terreno de los acontecimientos
con alguna frecuencia el combatiente canario tiene su corazón dividido, pues de
alguna manera siente la percepción del hombre criollo que necesita tener su
propio espacio independiente, tal como se aprecia por ejemplo en la película
Mambí, de los hermanos Ríos. Soldados canarios combatieron por los dos
ejércitos, e incluso algunos de ellos llegaron a alcanzar grados importantes en
el insurgente. Cuando España concede tardíamente un régimen de autonomía a
Cuba, hay voces que desde las publicaciones nacionalistas como El Guanche
-órgano que se considera precursor del pensamiento separatista de este
archipiélago, fundado por Secundino Delgado- hacen la misma demanda con
respeceto a Canarias, basándose en la similitud de circunstancias así como en
el hecho de que también estas islas se hallan en un continente distinto
respecto a la metrópoli. Para Manuel Hernández González, en el número 4 de los
Cuadernos del Ateneo de La Laguna, la forma en que finalizó la guerra de Cuba
con la ocupación final por parte de Estados Unidos influyó no poco en el ánimo
de los primeros nacionalistas canarios y en su percepción del problema de la
identidad insular dentro de la complicada madeja de las relaciones
internacionales, lo cual les llevará a entender que estas islas pasarían a
Inglaterra. Tal era el papel de renovación y progreso que estaban introduciendo
los británicos en las dos capitales canarias desde 1880, pues a ellos se debió
la introducción del plátano y del tomate, la potenciación de los puertos con todos
los servicios anexos, las consignatarias, las carboneras, los bancos, las
compañías de seguros y hasta la propia configuración de las ciudades, con el
clásico ejemplo de las zonas residenciales, como Tafira o el barrio de Ciudad
Jardín en la capital grancanaria. Piénsese, además, que para prestar servicios
a la pequeña pero muy activa comunidad surgen hoteles, restaurantes,
lavanderías y tiendas que se anuncian en inglés en la prensa local, y la
economía canaria se maneja con soltura en libras, chelines y peniques, sobre
todo en el sector portuario y en la hostelería; en libras también debió cobrar
su salario Rafael Romero, alias Alonso Quesada, nuestro Lord Byron particular
tal como despectivamente lo denominaban sus patrones británicos. Así, la citada
revista El Guanche rubrica que “la vida económica de Canarias depende de
Inglaterra, como la de Cuba de Estados Unidos. Por eso dentro de poco las
Canarias serán independientes o inglesas. El pueblo escogerá.”
Obviamente, la realidad no es tan
simplista como estas frases de un editorial de aquella publicación. Con mayor
rigor ha analizado este fenómeno de la influencia británica en las islas el
investigador Víctor Morales Lezcano en diversas publicaciones
lunes, 17 de noviembre de 2014
La poesía casi surrealista de Blanca Andreu
Nació en el año 1959, en La Coruña. A los 20 años, dejó Oribuela (Alicante), donde residía para dirigirse a Madrid, donde inició su carrera literaria. Contrajo matrimonio con el ingeniero y novelista Juan Benet, quien falleció en 1993. Este hecho la hizo regresar a La Coruña.
Preocupada por los aspectos lingüísticos formales, de corte individualista y autónoma, su obra tiene influencia del surrealismo. Se orienta a expresar su pensamiento en forma libre y no atada a estilos preexistentes.
Con lenguaje culto y metafórico, sus creaciones fueron premiadas en numerosas oportunidades.
Recibió el premio Adonais en 1980, por su obra De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall. El Premio de Cuentos Gabriel Miró, lo recibió en 1981 por su prosa breve. Por Báculo de Babel, un año más tarde, recibió el Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo. Ese año fue galardonada con el Ícaro de Literatura, instituido por el Diario 16 a nuevos creadores. En el año 2001, obtuvo el Premio Internacional de Poesía Laureá Mela por La tierra es transparente.
Entre otros libros, también ha publicado Libro de las bestias. Primer fisiólogo, Capitán Elphistone (1988) y El sueño oscuro, que apareció en 1994, reuniendo De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, El báculo de Babel y capitán Elphistone.
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo...
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.
Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.
Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve...
Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve,
cómo será así extraño,
cuando tú ya no estés,
la catedral del día,
el claustro que condensa la gran edad de la luz
y el carácter de las tormentas.
Amor mío, amor mío, tú sin día para ti,
enjambrado entre espejos y entre las cosas malas,
muerta la plata trascendental
y las ya antiguas anémonas de égloga,
muerta esta versión, que ahora oscuro, y declino, para leerla, más joven.
Amor mío de nunca, afiebrado y pacífico,
versos para el pequeño pulpo de la muerte,
versos para la muerte rara que hace la travesía de los teléfonos,
para mi mente debelada versos, para el circuito del violín,
para el circuito de la garza,
para el confín del sur, del sueño,
versos que no me asilen ni sean causa de vida,
que no me den la dulce serpiente umbilical
ni la sala glucosa del útero.
Mantua
Qué bandada de horas hacia nunca más aprovecha el viento
a favor,
qué brusco aleteo cuando todas las aves han callado,
cuando de las acacias risas secas escapan huyendo hacia el
final
o ese hombre entre las estatuas entristecidas y las fuentes que
vigilan su honra
mientras el agua desenreda su elocuencia
y la luna quebrada juzga tu quehacer.
Cuando callaron los vencejos
un ladrón volvió al cruce de calles dirigiendo a la luna
inéditas súplicas,
llamándola hoja de olivo y sal de la noche,
extrañas invocaciones que ignora el poeta,
entre piedras, sobre el pavimento, caído
al costado del hotel Wellington
donde declina su porvenir asombrado por la luna
bajo un pálido claro de letra. Esta era la escena.
Y vio cómo la flota de las horas naufragaba en la noche,
en el agua oscura, entre las estrellas,
con todas las velas sueltas se hundía entre las sábanas,
negaba hasta tu lecho.
Preocupada por los aspectos lingüísticos formales, de corte individualista y autónoma, su obra tiene influencia del surrealismo. Se orienta a expresar su pensamiento en forma libre y no atada a estilos preexistentes.
Con lenguaje culto y metafórico, sus creaciones fueron premiadas en numerosas oportunidades.
Recibió el premio Adonais en 1980, por su obra De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall. El Premio de Cuentos Gabriel Miró, lo recibió en 1981 por su prosa breve. Por Báculo de Babel, un año más tarde, recibió el Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo. Ese año fue galardonada con el Ícaro de Literatura, instituido por el Diario 16 a nuevos creadores. En el año 2001, obtuvo el Premio Internacional de Poesía Laureá Mela por La tierra es transparente.
Entre otros libros, también ha publicado Libro de las bestias. Primer fisiólogo, Capitán Elphistone (1988) y El sueño oscuro, que apareció en 1994, reuniendo De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, El báculo de Babel y capitán Elphistone.
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo...
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.
Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.
Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve...
Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve,
cómo será así extraño,
cuando tú ya no estés,
la catedral del día,
el claustro que condensa la gran edad de la luz
y el carácter de las tormentas.
Amor mío, amor mío, tú sin día para ti,
enjambrado entre espejos y entre las cosas malas,
muerta la plata trascendental
y las ya antiguas anémonas de égloga,
muerta esta versión, que ahora oscuro, y declino, para leerla, más joven.
Amor mío de nunca, afiebrado y pacífico,
versos para el pequeño pulpo de la muerte,
versos para la muerte rara que hace la travesía de los teléfonos,
para mi mente debelada versos, para el circuito del violín,
para el circuito de la garza,
para el confín del sur, del sueño,
versos que no me asilen ni sean causa de vida,
que no me den la dulce serpiente umbilical
ni la sala glucosa del útero.
Desde Irak
Respóndeme, político, ¿por qué
quieres desfigurar la faz del mundo?
¿Por qué quieres cortar
las cabezas azules de mis templos?
¿Por qué quieres
salpicar con mi sangre
a tu pueblo inocente?
¿No sabes que si envías
la muerte a visitarme
volverá sobre ti, boomerang en retorno?
¿Por qué quieres
matar mi casa
romper mi niño
quemar mi perro?
Respóndeme, político, ¿por qué
quieres desfigurar la faz del mundo?
¿Por qué quieres cortar
las cabezas azules de mis templos?
¿Por qué quieres
salpicar con mi sangre
a tu pueblo inocente?
¿No sabes que si envías
la muerte a visitarme
volverá sobre ti, boomerang en retorno?
¿Por qué quieres
matar mi casa
romper mi niño
quemar mi perro?
Mantua
Qué bandada de horas hacia nunca más aprovecha el viento
a favor,
qué brusco aleteo cuando todas las aves han callado,
cuando de las acacias risas secas escapan huyendo hacia el
final
o ese hombre entre las estatuas entristecidas y las fuentes que
vigilan su honra
mientras el agua desenreda su elocuencia
y la luna quebrada juzga tu quehacer.
Cuando callaron los vencejos
un ladrón volvió al cruce de calles dirigiendo a la luna
inéditas súplicas,
llamándola hoja de olivo y sal de la noche,
extrañas invocaciones que ignora el poeta,
entre piedras, sobre el pavimento, caído
al costado del hotel Wellington
donde declina su porvenir asombrado por la luna
bajo un pálido claro de letra. Esta era la escena.
Y vio cómo la flota de las horas naufragaba en la noche,
en el agua oscura, entre las estrellas,
con todas las velas sueltas se hundía entre las sábanas,
negaba hasta tu lecho.
viernes, 14 de noviembre de 2014
La vergüenza de los 43 chicos asesinados en México: vivimos en un mundo con las defensas bajas
Eduardo Sanguinetti (Mar del Plata, Argentina)
Los 43 estudiantes desaparecidos en el estado mexicano de Guerrero fueron quemados y enterrados con su ropa, después de ser detenidos por la policía, entregados al crimen organizado y asesinados por unos sicarios, informó hace unos días el fiscal general mexicano, Jesús Murillo Karam.
“Los quemaron con todo y ropa y los enterraron con todo y ropa”, afirmó Murillo en una rueda de prensa en la que anunció la detención de tres personas que se declararon autores confesos del asesinato de los 43 estudiantes desaparecidos el pasado 26 de setiembre en el estado sureño de Guerrero. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos los que ya no soportamos tanto asesinato, genocidio y caos en el planeta? ¿Qué hacemos los que sabemos que en el día a día se cometen atrocidades de todo tipo que no toman estado público?, pues la complicidad de los medios económico corporativistas no admiten nada fuera del marco de la noticia de farándula o alguna causa aislada, que no amerite movilizaciones y denuncias a los gobiernos, artífices de todo lo que tiene de bestial el diario oficio de permanecer en esta tierra.
¿Hasta cuándo tanto asesinato por mercadeo de esclavos, narcotráfico, degradación del medio ambiente, financiamiento de guerras, genocidios filmados y visualizados por una audiencia escatológica conformada por los habitantes de las más diversas naciones y demás constipaciones? Los presidentes que hablan de todo en generalidades y obviedades, no los he oído manifestarse ante este genocidio de los 43 estudiantes mexicanos, ¿por qué?, ¿no han leído la noticia?, ¿o existe alguna presión externa que los hace inhibir de manifestarse en libertad? O quizás simplemente ya saben los pasos a dar en este ajedrez que se ha humedecido y las piezas han caído.
¡Ah! y la farándula, presente en cuanta campaña de causas armadas cual espectáculo insano, en ritmo solidario, ¿no denuncia este genocidio de los 43 estudiantes? Farándula, que como drones, se infiltra en todos los intersticios del organismo comunitario, tan proclive a sumarse a causas inútiles. Farándula y “celebrities”, sin origen y sin talento, funcionales a los poderes de las transnacionales, de gobiernos, de ONG que blanquean activos devenidos de negociados de drogas, prostitución, armas y gobernantes asimilados al “nuevo orden mundial”, que lo ha tomado todo, en nombre del caos y el pensamiento “único”, presentes hasta el hartazgo en los medios corporativistas, con sus estúpidos twitters, selfies de las cirujeadas mujercitas mostrando a la ávida audiencia, sus encantos corporales, cual rutina de vida y noticia de un mundo sólo para mononeuronales. Creo que Orwell se ha quedado corto en sus admoniciones.
Mientras desde los poderes se proponen modelos suaves, dulces, débiles, tan complejos y sutiles como una caricia, la realidad dispone y se entrevé rotunda, agria y dura como una trompada. ¿Cómo definir un lugar donde todo lo que no está prohibido es obligatorio? ¿Cómo nombrar a un sistema que denuncia como reaccionaria cualquier crítica, cualquier acción?
Vivimos en un mundo en situación de riesgo, con las defensas bajas, un estado de cosas perfecto para que este sistema “ultratotalitario” se haya instalado, trayendo consigo todo tipo de signos de tiempos de dictaduras, asimilado a nostalgias de disciplina o de obsesión de diferencia: la puerta abierta a fundamentalismos, racismos, academicismos y mesianismos camuflados de progreso, de simulación de simulacro.
Y no nos engañemos, la desinformación se despliega en un mundo en el que ya no hay lugar para la comprobación cierta de nada.
(Foto: uno de los padres de los desaparecidos, ante el basurero donde supuestamente fueron asesinados. Artículo publicado en La República, diario de Montevideo. Foto: El País)
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Martha Asunción Alonso (28 años): nueva poesía española
Martha Asunción Alonso tiene 28
años (Madrid, 1986) y representa las últimas oleadas poéticas peninsulares. Es
licenciada en Filología Francesa y profesora de literatura en la secundaria
francesa. Ha enseñado en distintos institutos de la Francia metropolitana y de
ultramar. En 2012, recibe el Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández”
por su libro Detener la primavera (Hiperión, 2011, Premio de Poesía Joven
Antonio Caravajal) y el Premio Adonais por La soledad criolla (RIALP, 2013). Es
también autora de los poemarios publicados y premiados Crisálida (2010,
Editorial Alhulia, Premio Nuevos Creadores de la Academia de Buenas Letras de
Granada) y Cronología verde de un otoño (2008, Editorial UCM, Premio Blas de
Otero). En 2009 fue además premiada en el certamen La voz + Joven de la Obra
Social de Caja Madrid y obtuvo un accésit en el certamen Antonio Machado de la
Fundación de Ferrocarriles Españoles. Sus poemas han sido traducidos al griego
moderno por la editorial Vakxikon. En ella apreciamos una emotividad cotidiana,
irónica, urbana.
Plegaria para la estación de los ciclones
a las palmas broncíneas de su dolor les rezo,
porque toda oración es un complejo de poema,
porque todo poema es un cuerpo desnudo y un hechizo y la magia
es el nombre de pila del Señor.
No importa cuál de todos. Las cóleras de todos los dioses
se parecen.
Me dijeron: no importa que tu sudor sea invisible,
también para los celtas negros de corazón habrá un hueco en el arca de Noé.
Y me pasaré agosto rezándole a los cuellos mansos de las jirafas,
nubes como palmeras. Quisimos abrazarnos
igual que sus raíces, pero la luna salió de su volcán y nos jugó una mala fábula,
tenía un zorro dentro y no soltaba el cáncer
de la fruta con látigos.
Yo le rezo a los látigos, la sangre de los látigos
y la leche de coco en los látigos de amamantar panteras.
Yo le rezo a la lava.
Yo le rezo al café.
Yo les rezo a las aspas milagrosas de los ventiladores sin precio de los bazares árabes de Basse- Terre.
Yo les rezo a la lima y a los borrachos de los embarcaderos, una sola mirada
y adivinan cuántos besos con lengua
has dado en tu vida y cuántas veces cerraste
los ojos para darlos,
cuántas monedas te enferman todavía los bolsillos.
Yo le rezo a las olas con tiburón y a las cucarachas y a Vishnú.
Me dijeron: puedes tener miedo. Rézale al miedo.
Y eso hago. En la noche inundada, de rodillas,
voy rezando mi vida en Duracell, que es un santo y el nuevo criollo
de los blancos con padres superhéroes barbudos, padres que daban rabia
y están lejos y a quien pedir perdón
y conocer-
amar
antes de no morir.
Estoy llena de perros.
Tienen grandes cabezas y cabezas oscuras, todas llenas de dientes,
hambre todas. Estoy llena de perros,
preñada hasta las cejas de perros con cadenas,
pero no me dan miedo. Soy hectáreas y hectáreas de docilidad para la espuma
contagiosa. Y me retumban.
Un océano de perros mariachis de perfil ladrándole
a la luna aquí en mi útero.
Yo les grito: SIT !
Y ellos ladran peor, porque tal vez les va la muerte
en ello. Le ladran a la luna, pero la luna sana está escribiéndose
por el otro hemisferio del dolor. Luego les grito:
¡Lorca!
Pero no. Tampoco. Ladra que te ladra.
Y me miran con los ojos tapiados por la rabia,
como diciéndome: es la sangre. Como diciéndome:
quiérenos, o te muerdo.
Se nos cayeron luego los vencejos,
como guantes raídos, de las tardes azules,
tardes de manos llenas, cielo bajo.
Miro cómo mi abuela,
los ojos muy abiertos, fervorosa,
está exprimiendo un zumo en la cocina;
miro temblar sus manos, debajo de esas manos
miro girar el sol, aroma antiguo,
sangre pura del tiempo más redondo,
corazón de naranja que aún nos ciega.
No queremos morirnos, no queremos…
La miro y habla sola en la cocina,
mientras exprime un zumo como quien reza un salmo,
apura la inocencia y el candor, bebe memoria.
Miro temblar sus manos. Y el almendruco estéril,
la tapia; blanco sucio para trepar de sed,
amarga adolescencia, fruta viva.
Son cosas que brillaron antes de que te fueras.
Los neumáticos de aquel Seat Ibiza que tuve,
ya sabes: tus pupilas y las aceitunas
y aquella tarde en Ávila con Santa Teresa.
Cuando volví a encontrarte,
llevabas un anillo en el dedo meñique.
Me dejaste probármelo. Yo estaba mareada.
Gilipollas. Todo lo que hemos sido,
la forma en que estuvimos una junto a la otra,
nuestro amor, todo y nada, es circular.
Todo lo que te quise.
La línea seis del metro. Estas ganas de hablarte.
La espera: circular.
Plegaria para la estación de los ciclones
Me dijeron: de alguna forma Dios
sangra en todas las tormentas.
Y a su carne le rezo,a las palmas broncíneas de su dolor les rezo,
porque toda oración es un complejo de poema,
porque todo poema es un cuerpo desnudo y un hechizo y la magia
es el nombre de pila del Señor.
No importa cuál de todos. Las cóleras de todos los dioses
se parecen.
Me dijeron: no importa que tu sudor sea invisible,
también para los celtas negros de corazón habrá un hueco en el arca de Noé.
Y me pasaré agosto rezándole a los cuellos mansos de las jirafas,
nubes como palmeras. Quisimos abrazarnos
igual que sus raíces, pero la luna salió de su volcán y nos jugó una mala fábula,
tenía un zorro dentro y no soltaba el cáncer
de la fruta con látigos.
Yo le rezo a los látigos, la sangre de los látigos
y la leche de coco en los látigos de amamantar panteras.
Yo le rezo a la lava.
Yo le rezo al café.
Yo les rezo a las aspas milagrosas de los ventiladores sin precio de los bazares árabes de Basse- Terre.
Yo les rezo a la lima y a los borrachos de los embarcaderos, una sola mirada
y adivinan cuántos besos con lengua
has dado en tu vida y cuántas veces cerraste
los ojos para darlos,
cuántas monedas te enferman todavía los bolsillos.
Yo le rezo a las olas con tiburón y a las cucarachas y a Vishnú.
Me dijeron: puedes tener miedo. Rézale al miedo.
Y eso hago. En la noche inundada, de rodillas,
voy rezando mi vida en Duracell, que es un santo y el nuevo criollo
de los blancos con padres superhéroes barbudos, padres que daban rabia
y están lejos y a quien pedir perdón
y conocer-
amar
antes de no morir.
Los perros
Estoy llena de perros.
Tienen grandes cabezas y cabezas oscuras, todas llenas de dientes,
hambre todas. Estoy llena de perros,
preñada hasta las cejas de perros con cadenas,
pero no me dan miedo. Soy hectáreas y hectáreas de docilidad para la espuma
contagiosa. Y me retumban.
Un océano de perros mariachis de perfil ladrándole
a la luna aquí en mi útero.
Yo les grito: SIT !
Y ellos ladran peor, porque tal vez les va la muerte
en ello. Le ladran a la luna, pero la luna sana está escribiéndose
por el otro hemisferio del dolor. Luego les grito:
¡Lorca!
Pero no. Tampoco. Ladra que te ladra.
Y me miran con los ojos tapiados por la rabia,
como diciéndome: es la sangre. Como diciéndome:
quiérenos, o te muerdo.
Corazón de naranja
Al pastor alemán que tú
recuerdas, trotando por tu infancia,
lo atropelló un tractor cuando
creciste.Se nos cayeron luego los vencejos,
como guantes raídos, de las tardes azules,
tardes de manos llenas, cielo bajo.
Miro cómo mi abuela,
los ojos muy abiertos, fervorosa,
está exprimiendo un zumo en la cocina;
miro temblar sus manos, debajo de esas manos
miro girar el sol, aroma antiguo,
sangre pura del tiempo más redondo,
corazón de naranja que aún nos ciega.
No queremos morirnos, no queremos…
La miro y habla sola en la cocina,
mientras exprime un zumo como quien reza un salmo,
apura la inocencia y el candor, bebe memoria.
Miro temblar sus manos. Y el almendruco estéril,
la tapia; blanco sucio para trepar de sed,
amarga adolescencia, fruta viva.
Son cosas que brillaron antes de que te fueras.
Línea 6
Todo lo que merece algo la pena
es circular. Tus pupilas.Los neumáticos de aquel Seat Ibiza que tuve,
ya sabes: tus pupilas y las aceitunas
y aquella tarde en Ávila con Santa Teresa.
Cuando volví a encontrarte,
llevabas un anillo en el dedo meñique.
Me dejaste probármelo. Yo estaba mareada.
Gilipollas. Todo lo que hemos sido,
la forma en que estuvimos una junto a la otra,
nuestro amor, todo y nada, es circular.
El recuerdo. La samba. Carteles
de Se Alquila por la glorieta de
Bilbao.Todo lo que te quise.
La línea seis del metro. Estas ganas de hablarte.
La espera: circular.
(Textos tomados de circulodepoesia.com)
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