lunes, 28 de junio de 2021

Terricidio sin metáfora



Por Eduardo Sanguinetti, Buenos Aires, especial para NOVA

La lucha ecológica choca con las leyes que rigen el sistema capitalista: ley de capitalización creciente, a cualquier costo, de creación de una plusvalía adecuada, de la ganancia, de la necesidad de perpetuar el trabajo alienado, de la explotación. La lógica de la ecología es la negación pura y simple de la lógica capitalista, no se puede salvar a la tierra en el marco del capitalismo, no se puede desarrollar el Tercer Mundo según el modelo capitalista.

El poder del capital, que tiene como deidad suprema el Mercado, invade la naturaleza en cuanto espacio de bienestar, desahogo y ocio, que ha sido desde hace siglos una dimensión de manifestación de belleza, pureza, tranquilidad, de un orden no represivo, como el que inocula el capitalismo en sus habituales prácticas de sojuzgamiento y represión, enfundadas en anodinas tendencias de consumo extremo de cualquier cosa, promocionadas en medios corporativistas de lanzar desinformación y manipular la realidad.

Es la tendencia totalitaria del capitalismo monopolista: preciso es que el individuo vuelva a hallar natural su espacio de pertenencia, su propia comunidad, a clausurar una vía peligrosa de escape y resistencia. Este es el tiempo de los profundos cambios en los que la humanidad toda debería centrarse, dejando de lado el adoctrinamiento al que está expuesta, ya no es necesario vivir como instrumentos de trabajo, pues no ignoran quienes sienten y piensan por sí mismos, que el bienestar no depende de un incremento perpetuo de la producción y del consumo; se nutren de valores asimilados a un medio ambiente natural, cuidado y sin prisas de sumar riquezas insustanciales.

En este contexto, muy político, mal que le pese a los gobernantes y sus patrones corporativistas, el movimiento ecológico auténtico, acomete el espacio vital del capitalismo depredador, que conoce sus flancos débiles por lo tanto lanza sus publicidades tramposas que exhortan a "salvar el medio ambiente", contra la contaminación que el mismo capitalismo produce... cinismo sádico el de esta ideología mortal.

A un nivel fundamental o radical, el problema ecológico nos obliga a encarar la reestructuración de la vida y la sociedad humana. En ese sentido, un ecologismo de "derecha", que es, antes que nada, tecnológico y se encuentra absolutamente en antípodas y divorciado de la ecología, se opone a un ecologismo de "izquierda", demasiado acotado en sus fines.

Las ideas del socialismo han sido mitos anunciadores de esa aspiración, en tiempos en que esta ideología tenía esencia y posibilidad de ser experimentada. La palabra revolución ha expresado la profundidad de la reestructuración necesaria, pero las fórmulas actualmente conocidas como socialistas o revolucionarias son, a mi parecer, caricaturas, desvíos o esquemas rudimentarios de la extraordinaria mutación necesaria.

Por lo tanto, mi convicción, es que la sociedad no existe aún, sólo un mero boceto desprolijo y aberrante de lo que jamás debe haber sido. Desde hace diez mil años, ella busca, a tientas, una fórmula sin haberla encontrado nunca.

A mi parecer, como suelo replicar, la historia de nuestra especie, la humana, a través del alarido, el ruido y de la ira, a través del ensayo y del error, es una historia presocial. Para llegar a la social, y ya no presocial, hace falta tanto el despliegue de movimientos profundos, casi inconscientes, como la toma de conciencia elemental de las primeras verdades y de los peligros mortales.

Tarea desatinada, además de especulativa, como todo lo relacionado con el mercantilismo, desarrollar un capitalismo ecológico legítimo, que fabricará y venderá lo no-contaminante, ¿lo sano?, lo regenerante, luego de degenerar y contaminar... esto ya ha comenzado hace décadas y no de modo mitológico, no se ignora que hay un capitalismo de diseño, alimentario, turístico, de vacaciones e inmuebles que vende naturaleza, sol, agua ¿pura?, playa, sexo mercantil, disfrazado de pasión simbiótica... sumemos los miles de vuelos a regiones lejanas, dejando las estelas contaminantes de estos pájaros que se elevan a diez mil metros sobre la tierra, haciendo de los agujeros de ozono lagunas celestiales de penetración de rayos mortíferos... y no olvidar la publicidad de toda este combo de felicidad outlet, para los que pretenden ser, sin nada que ofrecer, salvo el negocio del ¿cuidado del medio ambiente? bajo presión de tendencia mercantilista, los defensores del medio ambiente de un arco iris pintado a mano, devenidos en ecologistas pret a porter, con su agenda de nutrición vegana, sólo para fans de tendencias del instante, por demás excluyente.

Delirios de un milenio que ha eliminado la analogía prebiótica, pues no se trata y lo saben muy bien los poderes ocultos, culpables de terminar con la vida en naturaleza, cometiendo un "terricidio" (Sanguinetti, 1980), poderes que intentan con éxito eliminar la existencia de la especie y no de integrarla. Incluyo al ecologismo, que, aislado e hipostasiado en promociones especulativas, se transformaría en una palabra 'fetiche', en un mito jamás aplicado empíricamente.

En plena pandemia, originada por obra y gracia de una ley jamás escrita de eutanasia, ¿caben dudas?, por la Sociedad Global de Genocidas del Planeta (poder real y oculto), hay que construir una metateoría y una nueva práctica. Pero para esto hace falta aún lo esencial: una ciencia del hombre que sepa integrar a este, en su realidad biológica, al mismo tiempo que determine sus caracteres originales.

Sin el desarrollo de esa ciencia, seremos impotentes, así como la burguesía hubiera sido impotente sin el desarrollo de las ciencias físicas que han permitido el desarrollo de las tecnologías, nefastas en realidad para lo que significa la vida en naturaleza-arte y vida... y del mismo modo como el socialismo como movimiento ascendente, décadas atrás, hubiera sido impotente sin las teorías sociológicas de Fourier, Proudhon, Bakounine y Marx.

Tengo conciencia de que nos hace falta una teoría de los sistemas auto organizadores y de los ecosistemas, mientras estemos a tiempo, pues el planeta se derrumba y malogra, es decir, es necesario desarrollar una bioantropología, una sociología básica y una ecología generalizada.

En ese sentido, la ecología puede darle al capitalismo un nuevo golpe, como a menudo lo han hecho las crisis económicas, pandémicas, mortales en sus inicios, sin estimulación en sus fines concretos, de modificar el estado de las cosas: mutación de la organización social entera, incluida la política, donde se cocinan los procesos de convertir a los funcionales gobernantes, en los Atila de los suburbios solares, depredadores seriales de la existencia de la humanidad hambreada y con patologías inocultables de haberse convertido en parias y exiliados de la vida. Ya no hay espacio para un juego de alusiones, ya no.

(*) Filósofo y poeta

miércoles, 23 de junio de 2021

El día de San Juan: tradiciones y magia

 

La noche del 23 de junio tenía una significación especial en la cultura rural de las islas. En Tenerife, en La Gomera, en la isla de La Palma, en la playa de Puerto Naos, en Puntallana y en otros lugares del norte rural, se efectuaban ritos en las playas, era una jornada mágica en la que los ganados eran llevados a la orilla del mar con fines de limpieza y curación. Se encendían hogueras en muchas lomas, había celebraciones en muchos caseríos pero la pandemia nos ha privado de celebrar estas ceremonias del mundo antiguo, que cada vez tienen menos encaje en nuestra acelerada sociedad.

En las llamadas islas menores todavía existe un fondo de arcanos vinculados con la Naturaleza, en definitiva, con el paganismo precristiano. Un amigo, Ramón Araújo, dice que en el bosque de Los Tilos existen duendes, hadas y cuantas criaturas sobrenaturales podamos idear, son las mismas creencias vinculadas con otros lugares especiales de nuestra orografía, como la finca de Ossorio en Gran Canaria. Existen innumerables rituales de adivinación relacionados con esta fecha del día de San Juan, en la célebre canción Sanjuanito del grupo Los Sabandeños ya estaban formulados esos usos para entrever el futuro, encontrar pareja, enderezar la vida. Todos los 23 de junio, a las 12 de la noche, se celebra una Noche muy especial del año, una fiesta típicamente mediterránea de llamas purificadoras para celebrar el solsticio que da comienzo al verano. Las hogueras queman los malos recuerdos, muebles viejos, cosas inservibles y formulan mejores presagios para los meses venideros. Siempre ha sido así, aunque el Covid nos lo impide.

El gran protagonista de la Noche de San Juan es el fuego, cuyo fin no sólo es rendir tributo al sol, sino también purificar los pecados del hombre. Una famosa costumbre relacionada con la Noche de San Juan es la caminata sobre el fuego. Los devotos preparan caminos de brasas y caminan descalzos sobre ellos y otros saltan por encima del fuego. La celebración es acompañada con bailes, comidas y bebidas. Son muchas son las creencias que se relacionan con esta mágica noche pero te vamos a contar algunas de las más populares: era la noche del 23 de junio la más propicia para ritos brujeriles, recogida de plantas curativas, meterse desnudo en el mar, buscar pareja de acuerdo con ciertas predicciones, entrever el futuro. Arcaicas supersticiones de la cultura rural que todavía andan por ahí.

Tuve la suerte de ser pregonero dos veces de las fiestas de San Juan en Telde, y las dos veces fueron en el interior de la iglesia más antigua de la ciudad, esa que tiene tanta significación en mi obra literaria. En mi obra he tratado de buscar el espacio fundacional, el lugar del mestizaje, la conjunción de elementos europeos, africanos y americanos en la sociedad canaria. El arquetipo de lo que son las islas. Paseo por las calles estrechas, silenciosas, bajo la llovizna del alisio y me salen al paso multitud de personajes a los que sin duda he de mostrar mis respetos. ¿Quiénes son? Hacendados y labradores, gente poderosa y gente humilde, peones, desheredados, colonos de muchos lugares, con fuerza para desbrozar tierras que no habían sido cultivadas sino de manera primitiva. Me veo en los tiempos de la fundación, el lugar lleno de cuevas y modestas casas aborígenes, campesinos, sirvientes de los señores, artesanos y comerciantes, el guirigay de gentes venidas de Berbería, esclavos moriscos y negros del Golfo de Guinea que trabajaban en la industria del azúcar, familias judías expulsadas de la península, portugueses, flamencos, agentes comerciales europeos y sobre todo agricultores, propietarios ricos y modestos jornaleros que les servían en sus posesiones de Argual y Tazacorte, de La Orotava, de Telde, de tantos lugares de las islas. Como soñador entreveía pequeñas ciudades de blasones y arriba barrio de casas bajas, un entramado de calles empedradas, casi enmarañadas como en Andalucía.

De cualquier modo: aunque no hayamos podido vivirla, hay que recordar la noche de San Juan.


miércoles, 16 de junio de 2021

Los palmeros ante el mundo: "la palmerada"


En los años 60 los jóvenes palmeros que pudimos llegar a la universidad, en mi caso a base de becas, pronto tuvimos la impresión de que nuestra futura vida profesional iba a estar lejos de la isla natal. Con 15-16 años fui colaborador adolescente del Diario de Avisos, aquel modesto periódico cuya tirada alcanzaba los mil ejemplares cuando jugaban entre sí el Tenisca y el Mensajero, luego mi vida se desarrolló entre Tenerife, Gran Canaria y Madrid. Mientras las islas turísticas despegaban, La Palma era un espacio  venido a menos: conservaba su paisaje y su singularidad pero había pocas ofertas más allá del trabajo en la platanera. Una isla añorante de su pasado cultural y portuario, pero una isla rural casi cerrada al mundo.

         En su artículo “La palmerada” Jordi Pérez Camacho ha escrito sobre la psicología del nativo: “Y mientras ahí fuera el mundo gira y la gente avanza, esta isla sigue absorta en sí misma, embriagada en su propia realidad social y política, sorda al caminar que le rodea… Nosotros, los palmeros y palmeras, seguiremos procurando desahogarnos en bares, terrazas y tertulias de buen mentidero con el afán de desquitar nuestra propia falta de iniciativa: el capital humano que se fuga por el puerto y el aeropuerto y que desde fuera nos remite cartas de buenas noticias. Sigamos manteniendo la palmerada.”

También Ramón Araújo nos retrata con gracia porque este galaicopalmero practica nuestro humor y se convierte en un filósofo de lo cotidiano, para la isla es una suerte tener dentro una persona con tanta chispa. Tanto Ramón como Jordi son testigos de usos y costumbres peculiares, siempre se dijo que los lugares pequeños son pequeños purgatorios que hay que tomar con benevolencia.

He recibido anónimos procedentes de la propia isla en el que alguien me echa en cara algún reconocimiento que La Palma me ha brindado, como si no hubiese estado pendiente de mi tierra natal en mis trabajos literarios y periodísticos, como si hubiese sido un ausente, como si no hubiese dedicado artículos y libros a reflejar nuestra singularidad. Cuando fue posible, compramos un piso y llevamos a varios amigos a conocer la isla, y siempre que me invitaron volví para participar en actos en los que fui requerido. Es la primera vez que lo comento, a fin de cuentas, tampoco es importante. Tan solo añado que han sido las palabras de Jordi Pérez Camacho las que me han dado motivo para estas reflexiones.

A fin de cuentas, a los palmeros de dentro y de fuera nos corresponde un ejercicio de responsabilidad con la tierra. Y cada cual lo expresa a su manera, en mi caso intento practicar un compromiso crítico con la realidad, ya que es la mejor forma de transformarla.  

martes, 8 de junio de 2021

Vótese a sí mismo

 


Por Eduardo Sanguinetti(*), Buenos Aires, Especial para NOVA

Si no tienes tu candidato, si ya no confías en ningún político, pues te parecen todos/as incapaces, corruptos, mentirosos, psicópatas: vota por ti.

Sentenciada la calle por el prostíbulo político, que promueve a sus "héroes con pies de barro" degradables por TV y en las redes manipuladas por trolls de la web, a la legítima inteligencia no le interesa el tema, fue excluida del juego político... el sarcasmo absurdo y el anacronismo, configuran la alegoría de la historia Argentina, de este tiempo, donde los peores ocupan funciones de relevancia, y pareciera que el espectáculo de los falaces estafadores de la vida, continuarán en sus sitiales de honor, impidiendo la construcción de una República, hoy, en franca desaparición, con la identidad del ciudadano con su identidad subestimada, eliminada.

Nuestra libertad nos obliga a cada instante a comprometerla con dignidad y valentía, contra las fuerzas del resentimiento, el odio, la mentira, la cobardía, la traición y la mezquindad de gobiernos descartables, conformados por traumados personajes sin capacidad ni experiencia de haber experimentado el vivir con la sensibilidad del instante, con identidad y rebeldía, siempre a favor de una existencia cultural y personal.

Me ha permitido permanecer en sobrevivencia, conocer a seres que se acuestan sin comer y se levantan sin saber si comerán en el día que deben enfrentar, sin nada. Siento, veo y experimento las necesidades de hombres y mujeres que luchan y mueren en el intento de permanecer en mi tierra: Argentina... sólo me interesa saber que la vida debe experimentarse como un milagro, no como un castigo.

Por lo tanto, nada se compara con el encanto de un hombre que no esconde ninguna de sus ideas y puede expresarlas con naturalidad, asimilado siempre en libertad de ser, en un acto de ética en estado puro, cuidando de uno mismo votar por uno mismo... deviene en reivindicar nuestro rol de "ser" ciudadano de una República, hoy en estado de caída libre. Votar por uno mismo, un valiente acto de hacer valer los derechos inalienables que hoy, nos son negados significa dejar muy en claro el descontento y el descreimiento fundados legítimamente, ante el "circo electoral", donde los ganadores son los de siempre: mononeuronales, sin ideas ni ideales, "fantoches" jamás dispuestos a asimilarse a fundar un tiempo donde la democracia en todo su esplendor tenga sitial de honor, una democracia participativa, donde cada ciudadano tenga asegurado su porvenir pleno de armonía y libertad en la relación.

Votar por uno mismo es negarse a ser un número dentro de las estadísticas oficiales, tan degradantes y falaces.

Vota por ti mismo, coloca una foto de tuya, con tu nombre en el sobre y deposítalo en la urna... si el voto no fuera obligatorio, todo sería tan distinto.

Se trata entonces, de preparar nuestras mentes para el combate vital por la lucidez, sin los inútiles candidatos de siempre y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el propio acto de conocer, haciendo de lado privilegios que reciben legisladores incapaces, bien rentados, que ya no se representan ni a sí mismos, en nombre de la democracia y el orden vetusto, que ya no tiene espacio para quienes somos herederos legítimos de una tradición, donde el conocimiento implica responsabilidad y el pensamiento tenga un sitio de honor en la vida de nuestra comunidad.

(Filósofo y poeta)