lunes, 25 de junio de 2018

Paisaje de las islas griegas


Volvemos al resplandor, las aguas transparentes de la orilla, el rastro de las ninfas y sirenas.  Hay cientos de islas a las que el mar no separa sino que une; son tantas que parecen sembradas a voleo, dice la mitología que son piezas del collar de Afrodita. Estos territorios saborean la pasión de vivir y el Mediterráneo es un puente de agua, las calas son tranquilas; el folklore generalmente es alegre. Me dieron la lengua griega, / la casa pobre en las playas de Homero, escribió Elytis. En Corfú cuenta La Odisea que naufragó Ulises y Sissi se hizo un palacio, en sus 592 kilómetros cuadrados hay cinco millones de olivos y cipreses. Por su verdor, Homero la llamó la isla esmeralda. Santorini es la más famosa, el pueblo de Oia aporta la típica tarjeta postal, las cúpulas azules en medio del caserío de un blanco resplandeciente que se asoma al acantilado. Hubo una gran explosión, la isla se fragmentó y en medio quedó una caldera, denominada con el vocablo español; algunos dicen que por aquí estuvo la Atlántida. Los escritores griegos exhiben un cierto panteísmo, recuerdan sus héroes, adoran la luz, el mar, el pasado mítico con los dioses paganos. Mikonos es casi tan seca como Fuerteventura, pero es un icono mundial, paraíso homosexual en sus playas del sur. Higueras, eucaliptos, tuneras, poca agua, el rocío de la noche aporta la humedad, también está presente el viento aunque apenas quedan cinco molinos para la foto. Los turistas se dan codazos para hacerse vídeos en las estrechas callejas repletas de tiendas, galerías de arte, artesanía.
Esa bandera añil y blanca de nueve franjas, omnipresente, representa las sílabas de la frase Libertad o muerte, símbolo de los esfuerzos que el país tuvo para recuperar su dignidad frente a tanta invasión, particularmente la de los turcos. En otro viaje comprendimos que Atenas no es hermosa pero sus barrios populares son una delicia para callejear. Queríamos adivinar la huella de tantos guerreros, y de los pensadores, poetas y dramaturgos que se movieron por el Ágora. Inolvidable estampa la de los restos de la Biblioteca de Adriano bajo la Acrópolis iluminada. ¿Y qué añadir sobre Olimpia, Delfos, Micenas, Meteora? Los habitantes son mediterráneos, y eso quiere decir que compartimos genes. El interior del país nos trae abundantes guiños del pasado: la música de Theodorakis con María Farantouri y el Canto General de Pablo Neruda, las rebeliones contra la dictadura militar, el claro sonido del bouzouki y los coros, el cine de Melina Mercuri, Zorba el griego buscando la libertad al amanecer, las venerables ruinas de los templos, la épica de tantas batallas, tantas derrotas en las abatidas columnas de mármol, y las esculturas, y los museos, el sonoro ritual de la iglesia ortodoxa, sus misas interminables. Y el vino griego, la mejor canción de José Vélez. Grecia ha sido prima hermana en el sufrimiento de la crisis económica, los bancos, la ruina, el abismo financiero, la gigantesca depresión, la lenta mejoría.
El poeta Pedro García Cabrera, un amigo que me abrió su casa, tenía un deseo ferviente antes de morir: visitar estas islas, el referente mítico por antonomasia de nuestra cultura occidental, los versos de Kavafis en la ruta hacia la Ítaca de nuestro ideal, la luz de Seferis y Yannis Ritsos. Su cielo y su mar intenso, la espuma que compartieron los visionarios. El poeta Lord Byron fue precisamente a morir en Grecia para apoyar la lucha por la independencia. Viñas, pistachos, adelfas, mucho sol. Ya lo dijo Lord Byron: la llamada de las islas es irresistible. Y las pequeñas islas cercanas a El Pireo: Hydra, con burros, sin coches, donde vivió Leonard Cohen su historia de amor con una sueca, Poros y Aegina, pinares que llegan hasta el mar, calles estrechas y deslumbrantes y gatos, muchos gatos.
Hay algo que te empuja a adentrarte en sus devastaciones a través de valles de olivos y naranjos. Ni Poseidón, ni Hera, ni Apolo, ni Zeus, el padre de todos los dioses de impoluta belleza de mármol, pudieron detener la ruina, la tragedia del desastre económico y el rescate, pero ahora la gente empieza a sonreír. Hemos olvidado que este país de blancura y mar añil es la madre de nuestra cultura, filósofos, dramaturgos y poetas, la tragedia y la comedia, la épica de Ulises, la heroicidad de Aquiles, las bellas diosas que tienen amores con humanos, la raptada Helena que desencadena la guerra de Troya. Irresistible la idea de echarse al agua, tratando de poseer sus casi dos mil islas y peñones, en su mayoría minúsculas e inhabitadas. El país de infinitas velas inflamadas de viento, la primera marina mercante. Lo proclamó Seferis: ¿Pero qué buscan nuestras almas viajando / sobre podridos maderos marinos / de puerto en puerto? Seguramente andan tras los horizontes de la Ítaca imposible, pretenden atrapar el Absoluto en medio de un mundo de vértigos, pragmático y mediocre, cada vez menos implicado en las metas que persiguieron los pensadores del pasado, cada vez menos soñador. Y aquí los escultores que impusieron cuerpos armoniosos a dioses tan humanos que eran borrachos, lujuriosos y adúlteros, sanguinarios o tiernos. Bajo las cúpulas de las iglesias bizantinas hay ahora mujeres encendiendo velas, santiguándose y rezando ante los iconos, estos templos suelen ser pequeñas y están muy decorados. En Plaka y Monastiraki, a los pies de la Acrópolis, los atenienses gozan la cena en las terrazas; son morenos, habladores y pícaros como andaluces, se buscan la vida. Grecia y sus islas conforman el viaje iniciático de algunos, los horizontes vaporosos, los territorios míticos de quienes exploran su memoria. Muchos padecemos aún el mal de los puertos, el deseo de saltar de una isla a otra tras Ítaca, la utopía imposible, y algo tiene esta nación que –a pesar de sus desolaciones- sigue atrayendo al visitante. Hincados en peñones minúsculos, los helenos tuvieron claro que su destino era echarse al mar, por eso fueron los mejores marinos del mundo.
Debe ser que estas islas, en su mayoría minúsculas, tienen gran poder de encantamiento, a babor y a estribor van desfilando sus siluetas en la calima. El resto fue un multitudinario crucero que nos llevó también a Dubrovnik, Trieste y Bari. En Venecia, donde el viaje coincidía precisamente con una manifestación contra la masificación que traen los cruceros, no nos dieron atraque. Pero somos de ida y vuelta, siempre intentamos volver porque el viaje nos perfecciona. Tenemos la enfermedad de las islas, es decir saltar de un destino a otro.

lunes, 18 de junio de 2018

La literatura canaria tiene más de cinco siglos


La literatura escrita en Canarias tiene más de cinco siglos. Desde las Endechas a la muerte de Guillén Peraza, 1447, hasta hoy se ha ido construyendo un cuerpo que sin duda posee especificidades, las que ya enumeró Valbuena Prat en los años veinte del siglo pasado y seguramente alguna más. Esta latitud y este aislamiento generan una actitud especial, una mirada distinta, y por tanto conforman un entorno psicológico particular. Probablemente aquí la vida sea percibida desde una cierta conciencia de desamparo, de soledad y del dramatismo que generó nuestra propia historia, aunque todo ello ha de ser matizado por ese sentimiento irónico y el ejercicio humorístico que el insular cultiva con especial predilección.
Así pues nos afectan tanto la insularidad como el eclecticismo, el hecho de surgir en un territorio de ida y vuelta en medio del Atlántico, el ensimismamiento pero también el cosmopolitismo y la constante vocación de conectar con las vanguardias. Desde Cairasco y Viana hasta la Ilustración, con el auge de la historiografía, el auge de la poesía, el surrealismo, el ensayo y la narrativa, la literatura hecha en estas islas tiene calidad comparable a la de otros territorios similares. 
Cairasco de Figueroa incorpora el paisaje, la añoranza de la selva de Doramas, y anuncia el barroco. Su sucesor, Viana, fue un prerromántico que glorificaba a los caudillos y princesas guanches con su conocido poema épico, dando pie a un uso y abuso de esta mitología. Pero es en el Setecientos cuando la literatura insular florece y se vuelve didáctica, moralizadora, “ilustrada” para la pública utilidad. Viera y Clavijo viene en el tiempo en que surge la primera universidad, las Sociedades Económicas de Amigos del País, las primeras bibliotecas, las mejoras agrícolas. Tomás de Iriarte, en sus Fábulas, recupera la inventiva del género. El tercer gran hombre del XVIII es el lanzaroteño Clavijo y Fajardo, cuya vida aventurera inspira el drama Clavijo, de Goethe. 
Con el Romanticismo se exalta el pasado prehispánico, la mitología del guanche como “buen salvaje” y nace el sentimiento de exaltación regional. A finales del XIX surge en Tenerife la Escuela Regionalista, fundamentalmente poética. Es el momento de ilustres trasterrados como Angel Guimerá y Pérez Galdós.
En el tránsito del XIX al XX llega la edad de la poesía; el Modernismo americano y la Generación del 98 prenden con fuerza. Domingo Rivero nos da su Oda a mi cuerpo. Tomás Morales, Alonso Quesada y Saulo Torón son figuras centrales. También hay cultivadores de la novela y el teatro desde perspectivas costumbristas (los Hermanos Millares, Angel Guerra, Leoncio Rodríguez, Benito Pérez Armas). Hacia 1920 se anuncia una nueva literatura con Gaceta de Arte, con Agustín Espinosa en novela y Pedro García Cabrera en poesía, además de Gutiérrez Albelo, Pérez Minik y Eduardo Westerdahl. Para Gaceta la insularidad es un gozo y las islas un territorio que permite la observación del mundo, un lugar para absorber y digerir, y devolver la mirada.
En 1947 la Antología Cercada da la voz a Lezcano, Agustín y José María Millares, Ventura Doreste, Angel Johan. La Generación del Medio Siglo ahonda en la tradición. Y así llegamos a la novela. Los fetasianos son frutos del silencio y el vacío, generan una literatura casi hermética, repleta de símbolos pues no retratan la realidad a la manera del realismo social sino que beben en Kafka, Beckett, el absurdo. El archipiélago ha cambiado: ya no es una sociedad rural sino una sociedad de servicios turísticos. Con los 70 aparecen nuevos escritores que intentan aproximarse a la realidad desde un tratamiento irónico, desde los procesos de la historia, desde la búsqueda del paisaje y del mito.
Las islas son un borbotón de creación en diversos campos –las artes plásticas, las nuevas tecnologías, la música, la poesía, la novela, incluso el cine- pero esta cultura es poco asumida y valorada. La burguesía insular aprecia insuficientemente sus propios valores culturales y patrimoniales, y la desvertebración se agrava con el intento de reinstaurar a diario el pleito insular.
Con la ACAE los escritores de las islas crecerán juntos. En Canarias casi nunca ha sido posible establecer proyectos aglutinadores y estables. Las humanidades están siendo abandonadas, ganar lectores y cómplices no es sencillo pero -precisamente por hallarnos en una época de crisis- los creadores necesitan idear estrategias de aproximación, potenciar mecanismos que catapulten su trabajo en la sociedad. Ya somos más de 100, estamos en todas las islas y en Madrid, Inglaterra, Chile, Cuba, Francia. Y ahora nuestra revista INSULARIA viene a darnos voz. Ojalá sea por mucho tiempo.
(Declaración de intenciones de la Asociación Canaria de Escritores, publicado en el número 1 de la revista Insularia, año 2008) 

Homo responsabilus

Por Eduardo Sanguinetti, Filósofo

Resultado de imagen de eduardo sanguinetti fotos grandesSentir, razonar y pensar libremente, interpelar lo real como lo imaginario, asumir las responsabilidades teóricas y prácticas de vivir entre los hombres, existir en un Estado de derecho, donde se cuide a la comunidad en educación, salud, medio ambiente equitativamente en los límites de lo necesario y verdadero, para hacer de esta vida algo digno de ser experimentado. Este planteo inicial, que representaba un horizonte de millones de destinos, hoy destruidos, fue aniquilado por prácticas de un sistema atroz, instalado en aquel pequeño mundo en el que aún era posible formular por y para la humanidad un destino de plenitud en ética y armonía. Pequeño mundo en el cual sus términos estaban basados en una realidad para todos en poesía. Más aún eran la base de esa realidad en poesía. Pequeño mundo, cuyos vestigios fueron archivados por un sistema genocida global, puesto en acto sin piedad para los que disienten, resisten y cometen el pecado de vivir acorde a sus ideas e ideales.
Hoy, todo cuanto afecta a los dueños del mundo el ‘homo consumus’ y sus riquezas es criminal. Tienen que conservarlas a toda costa, incluso creando crisis de activos incorpóreos y jamás poniendo en tela de juicio su legitimidad. Fingir que se olvida que siempre los beneficiados son las mismas corporaciones asesinas, cuyo poder se acrecienta con la sangre derramada de miles de hombres, mujeres y niños en guerras fabricadas, en hambrunas evitables y en desapariciones en serie de sujetos-objetos traficados para el turismo sexual, de ese reducido grupo de delincuentes. Garantes de la siniestra democracia procedimental. ¿Por qué sendero se arribó a tal estado de amnesia, a esta ausencia de memoria, a olvidar el presente? La resistencia no tiene espacio alguno, salvo la que reivindica todo el planeta, para la economía de mercado, hoy triunfante, y que por cierto posee una lógica propia a la cual no se enfrenta ninguna otra. Todos parecen participar de estas ceremonias fúnebres, considerar que el estado actual de las cosas es el único viable y posible, que el punto al que ha llegado la Historia es el que aparentemente la humanidad adormecida esperaba, deseaba y anhelaba.
El milenio nos ha enseñado que todo es fugaz, hasta el ‘nunca más’. El crimen contra el hombre siempre es un crimen perpetrado por el hombre. Todo es viable en el espacio de la aventura humana, en el orden de la bestialidad, que, como nunca se desencadenó y sin miras de cambiar su rumbo…a menos que todos, en un preciso instante, resistiendo, actuemos en sintonía, simultáneamente en todas partes, contra el mundo del libre mercado y de sus operadores, sintomáticos humanoides el ‘homo consumus’, los privilegiados de un sistema genocida y sin retorno. Ha llegado la hora de tener en cuenta que todo es pasado abolido, debemos dejar de ‘hacer el juego’ a las democracias fingidas, con tintes totalitarios, a los denominados políticos de los movimientos populares de pocos y para pocos, que mienten y engañan a diestra y siniestra en nombre del ¿pueblo? y sus derechos inexistentes, con pánico a reflexionar sobre la verdad.
Ha llegado la hora de reflexionar en verdad sobre la verdad, manifestando lo que los dueños de la tierra temen oír y ver. En consecuencia, estos delincuentes aceitan las máquinas de represión y la seguridad ‘para todos’ con su aparato policial y la tecnología de última generación, traducida en cámaras que visualizan nuestras vidas como medida de prevención del ‘delito’, que ellos consumaron en prólogo. Causa que dispara de inmediato el efecto no deseado de lo que a diario nos comentan los artículos de los medios denominados de ¿comunicación?, hasta el hartazgo, acerca de tal o cual noticia de un ilícito cometido por un desesperado, ya sin salida, pero sí con entrada a la prisión y de ese modo legitimando y amortizando un sistema penitenciario caduco y medieval.
Debemos correr el riesgo de ser muy precisos al verificar la realidad, a pesar de provocar cierto malestar inicial, en el camino de la resistencia y de modificar rumbos, sería hoy el único referente lúcido para preservar el futuro, nuestro futuro. Hoy se impone hablar francamente, sin dobleces, sentir, pensar y decir, son la consigna. Mantener la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad este tiempo de transición, con lucidez, sin dejarse llevar por la embestida del aparato represor del capitalismo que, repito, triunfó hoy sin dudas en esta aldea global, con su política de exterminio de todo lo maravilloso que tenía la vida en términos de naturalidad y principios éticos de relación.
Lo único que se le escapa a este tiempo sin tiempo, es una actitud plena de dignidad y ética, en temple y conocimiento. Esta es la coherencia, la fuerza de cohesión que nos sostiene. Un instante de verdad equivale a la eternidad es la eternidad en un instante, enfrentada al instante mercantil descartable, desechable y perentorio. Es la última oportunidad de nuestra especie, que tiene la posibilidad de cambiar su destino convirtiéndose en ‘homo responsabilus’, digno, solidario y respetuoso, capaz de cambiar el destino degradante de nuestra Tierra.
El ‘homo responsabilus’ vive de forma coherente con la civilización que se está gestando, con valores en los que prima el bienestar de la comunidad y la naturaleza y los hábitos de vida son ecológicos y equitativos. El tránsito hasta este modelo social que plantea el ‘homo responsabilus’ no es en absoluto traumático y está pleno de posibilidades de permanecer en esta tierra, sin ser esclavos de un sistema de aniquilación, como lo es el bestial aparato capitalista en acción criminal. Siendo ‘homo responsabilus’ nos asimilamos a la posibilidad de existir en austeridad y conocimiento, adquiriendo en el presente, ante el ataque sistemático del liberalismo y sus personeros una cualidad y condición que marquen un destino, la realización de un estilo, una conducta “heroica” que establezca un camino a seguir.
(Publicado en www.larepublica.com de Uruguay)

viernes, 15 de junio de 2018

Robots para cuidarnos cuando viejos


Había una película con un título cruel, No es país para viejos, de los hermanos Coen, con Javier Bardem en papel estelar. Estamos dando pasos acelerados hacia la desmembración familiar y este es un fenómeno que nos va a afectar cada vez en mayor medida. Pasas por una calle céntrica y te das cuenta de que hay viviendas con las puertas y ventanas cerradas. En muchos pueblos del interior de las islas las casas vacías que se van cayendo de puro viejas llegan a ser la mayoría. Y hay personas mayores que viven solas. Dicen los números que al comienzo de la década de los 80 las mujeres mayores que vivían solas en este país no llegaban al medio millón pero desde entonces se han multiplicado por tres. Las mujeres viven más años que los hombres, actualmente en España son 1,4 millones de mujeres que viven solas por solo 0,6 millones de hombres. Que cada vez más personas mayores vivan solas es un fenómeno con varias causas, y la más importante es que el número de hijos ha ido disminuyendo de manera alarmante. La mayoría de los españoles considera que hoy se atiende peor a los padres mayores que en las generaciones anteriores. Se tiene poco contacto con los familiares de más edad, el envejecimiento de la población se dispara porque crece la expectativa de vida, y lo que más crece es el número de mayores de 80 años. Parece que las mujeres llegan mucho más a edades avanzadas, pero lo hacen en peores condiciones de salud que los varones. Es frecuente que las inmigrantes latinoamericanas consigan trabajo como cuidadoras de personas mayores, y se piensa que en el futuro habrá robots que podrán ayudar en este mismo sentido.
Canarias envejece: los mayores de 64 ya superan a los menores de 16, y este es un país cada vez más envejecido. Las islas eran hasta hace poco una de las regiones con más jóvenes, pero la natalidad ha caído. En tiempos de Franco había unos premios de natalidad que inevitablemente iban a provincias andaluzas y a Canarias, en el sur de Gran Canaria había familias con 18, 20 y 22 hijos. Debe ser que el dictador se había dado cuenta de que vivíamos en un país casi vacío, y hasta hace poco éramos una sociedad en plena expansión, con potencial para crecer. Ahora mismo las regiones más envejecidas son Asturias, Galicia y Castilla-León, mientras que Ceuta y Melilla, Murcia, Andalucía y Baleares son las que tienen más jóvenes. Y España es uno de los países que destina menos recursos al cuidado de las personas mayores, tenemos uno de los menores índices de plazas residenciales para mayores de toda Europa. La tasa queda por muy por detrás de la de naciones del entorno como Francia, Alemania, Suecia o Reino Unido. España también está a la cola en plazas de hospital para enfermos crónicos, según el mismo informe de Antares de 2014, que califica de inquietante la gestión del proceso de envejecimiento en España, donde los mayores suponen ya hasta el 70 por ciento del gasto sanitario. Se ha investigado poco sobre la soledad y su repercusión sobre la salud, pero sí se sabe que los hombres mayores que viven solos se suicidan con mayor frecuencia que las mujeres.
En Japón, país de la alta tecnología, ya están aplicando la robótica al cuidado de ancianos, lo que supone una revolución para una sociedad envejecida que, junto con España, Suiza y Australia, disfruta de la esperanza de vida más alta del mundo: 86 años para las mujeres y 80 para los hombres. De sus 127 millones de habitantes, casi la tercera parte tiene más de 65 años. Entre ellos hay 65.000 centenarios, la cifra más alta del mundo, y un serio reto que, al aumentar cada año, obliga a buscar soluciones. A los mayores de la residencia Shintomi, en Tokio, no los levanta cada mañana un despertador sino un pequeño robot azul y blanco de brillantes ojos negros, que preside sus mesillas de noche junto a sus pastillas. Además de darles los buenos días y recordarles las horas de su medicación, este «muñeco», de treinta centímetros, dispone de una cámara con rayos infrarrojos para detectar si los ancianos se caen de la cama, lo que haría saltar una alarma en los móviles de los cuidadores. Cuesta 300.000 yenes (2.300 euros) y es capaz de entablar una conversación sencilla con los mayores, para que no se sientan solos.
Por sus raíces latinas y católicas, España sigue siendo uno de los países más familiares. Esta tradición de ayuda ha hecho que el Estado se libere de responsabilidades, pero ahora sucede que somos uno de los países con menos recursos públicos destinados al envejecimiento. La red familiar ha ido desapareciendo y sin embargo, los recursos públicos no han crecido de forma acompasada. En España el Estado de Bienestar aún se mantiene gracias al cuidado de familiares o personas contratadas por las familias, muchas veces en condiciones económicas y laborales que dejan mucho que desear, diagnostica José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
La soledad es un problema que se acentúa en estos tiempos. En la globalización existen más telecontactos, hay más sectas, hay más foros, más clubes, más tribus urbanas. Perdemos la mirada del otro, olvidamos el pensamiento de los clásicos griegos. Aristóteles decía que el hombre es un animal social, a través de la palabra y del conocimiento fundamenta su progreso. En cambio el británico Hobbes pensaba que la sociabilidad es una carga, el hombre es un lobo para el hombre. Jean Paul Sartre, patrón del existencialismo, afirmaba que el infierno son los que nos rodean. Hoy, en pleno debate sobre la evolución, el ser humano tiene la tendencia de volver a la selva, subirse al árbol, comerse el fruto sin reconocerse en los demás. Una cosa es la soledad elegida y otra bien distinta la soledad impuesta. Ni el hacinamiento de abejas y hormigas, ni el gregarismo de las mayorías silenciosas. Existimos con los demás, interdependientes. Pues somos solitarios y comunitarios a un tiempo, contradictorios y febriles. Si tenemos la posibilidad de elegir, bienvenida sea la soledad y bienvenida la compañía. La pareja humana también anda en crisis, ya a nadie le sorprende que la mitad de los matrimonios se disuelvan más pronto que tarde. Psicólogos y psiquiatras se van a forrar, pero quienes peor lo van a pasar son los ancianos.

domingo, 3 de junio de 2018

La Justicia en España suele ser injusta


Parece que los jueces ahora están muy activos dictando sentencias ejemplares contra políticos corruptos, ya era hora de actuar contra tanta porquería institucionalizada, mientras las mujeres se han movilizado para protestar contra la sentencia de La Manada, no es la primera vez que veredictos llamativos incendian al personal. Se dictan resoluciones que aparentemente están contra el sentido común, contra la lógica, contra la apreciación de la sociedad, pero también hay que decir que hay profesionales que razonan que en La Manada no hubo violación, y lo argumentan con sus superiores criterios basados en una legislación dudosa, la nuestra. En apariencia, hay jueces que llevan a las sentencias sus prejuicios, que están en conflicto con la evolución de los valores, falta perspectiva de género, las reglas del juego son ancestrales y perpetúan la tradición, el viejo patriarcado. Todo lo referido a la regulación de la sexualidad está fuera de onda, se ignora el papel actual de la mujer, su pelea por la igualdad, su lucha por afirmarse en un entorno hostil. Por tantas razones, los hombres tendríamos que pedir disculpas a las mujeres que nos rodean. Además frente al aparato judicial la gente tiene la impresión de que los políticos, los banqueros y en general los deshonestos y los poderosos tienen una coraza de protección que les da inmunidad. También hay jueces que quieren ser estrellas mediáticas, otros que se meten en escándalos, como el juez Alba, investigado entre otras cosas por conspirar contra la jueza Rosell.
La transición no logró poner a la Justicia en los nuevos tiempos por falta de medios técnicos, por escasez de personal, por una legislación anquilosada, por el machismo subyacente en parte del aparato y la organización. Ahora tenemos una vez más la percepción de que la Justicia en España es muy lenta y mala, no hay trato igualitario, no existe la imparcialidad. Tenemos, además, un sistema penitenciario que permite poner en la calle a los culpables cuando han cumplido una pequeña parte de la pena, los culpables tienen múltiples beneficios y hay poca consideración a las víctimas. En Canarias conocemos la volatilidad de los jueces, y esta circunstancia hace que los procedimientos se alarguen hasta límites tercermundistas.
La crisis ha deteriorado la ya de por sí mala calidad de servicios básicos como la sanidad, la educación y el aparato judicial. En estos tres apartados estamos por debajo de la media, y ya de por sí la media nacional se halla por debajo de la europea, en la sanidad los mejores especialistas de los centros públicos están huyendo hacia las clínicas privadas, en educación seguimos con un profesorado envejecido y poco motivado, sometido a tareas burocráticas que le restan ánimos para enseñar, es evidente el bajo rendimiento y el alto fracaso escolar. En la Justicia el colapso que sufre el sector y la falta de continuidad de los profesionales, que son aves de paso, ha agravado la situación. Los profesionales hablan de la sobrecarga de trabajo y las malas condiciones a las que se enfrentan, y solo una pequeña parte de los jueces son titulares. 
La situación aquí, común en todas sus jurisdicciones, se define con una palabra: colapso. Por supuesto que hay muchos funcionarios que tienen ética y ganas de hacer las cosas bien, pero es común la queja por la escasez de coordinación de los distintos elementos jurídicos para la solución de los problemas, así como la interinidad. A esto se suma la situación económica, pero los problemas no han surgido a raíz de la crisis sino que vienen de atrás. Se dice y se repite que invertir en este sector no es rentable, el interés en la Justicia solo lo tiene quien padece un pleito, el resto de la sociedad le da la espalda. Juicios tengas y los ganes: esta es una maldición gitana, muchas veces es mejor no meterte en un procedimiento judicial. Los políticos, que son quienes manejan el dinero, han dejado de poner recursos, y el poco dinero que llega lo hace a cuentagotas. A esta situación se suma que los profesionales peninsulares que antes venían y decidían quedarse, se vuelven a su tierra, porque ya no es tan favorable como antes permanecer aquí. Ni siquiera la creciente informatización de los servicios funciona bien, hay expertos que recomiendan no eliminar del todo el trabajo en papel, los fallos informáticos son frecuentes, se extravían procedimientos, se pierden pruebas fundamentales, etc.
Confiamos en que algún día se constituya un gobierno que asuma y comprenda la especialidad local para compensar a toda la administración de Justicia y haga un esfuerzo para mejorar esta actividad tan prioritaria en una democracia. Los hijos de muchos funcionarios que fueron destinados aquí son canarios, y ahora dicen que se van a sus lugares de origen, con lo cual la interinidad, y la llegada de sustitutos que también son provisionales, genera grandes retrasos en los procedimientos, con tanto cambio las causas se eternizan. Si a esa falta de beneficios se añade que los profesionales no se encuentran cómodos en su trabajo por la situación de déficit, la decisión está tomada de antemano, y es que muchos vienen al archipiélago con la idea de la transitoriedad y no quieren darle una oportunidad a la posibilidad de arraigar.
Tenemos la impresión de que Justicia es poco operativa, está politizada, es cara y es vieja, y está ahogada en la burocracia. España tiene la mitad de jueces que la Unión Europea, la organización es decimonónica. Como decíamos, en definitiva hay cuestiones capitales como la educación y la Justicia que exigirían un Pacto de Estado, imposible de darse dado el egoísmo de los partidos políticos. Hay jueces que están sobresaturados, los hay que se llevan el trabajo a casa; la carga de trabajo está al doble de lo que se considera aceptable. Hay juzgados señalando juicios para dentro de dos y tres años, y la mayoría de los ciudadanos estima que, además, todo este mundo judicial favorece a los poderosos y está muy politizado. El 56% de los españoles, según el informe sobre los indicadores de la justicia en la UE publicado el pasado abril por la Comisión Europea, tiene una opinión mala o muy mala sobre la independencia de los magistrados, desconfianza que argumentan por las presiones políticas y económicas. La ineficacia y la apariencia de favoritismo de la justicia son dos grandes problemas en torno a los cuales gravitan los demás. Pero ningún Gobierno democrático los ha abordado de forma radical. Igual que la corrupción, sobre la que se están poniendo parches sin abordar las situaciones de fondo que la posibilitan.    
(Imagen: toma de posesión de una promoción de jueces)