viernes, 14 de abril de 2017

Endechas a la muerte de Guillén Peraza: nace la literatura canaria




Llorad las damas, si Dios os vala,
Guillén Peraza quedó en la Palma,
la flor marchita de la su cara.

No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.

Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.

Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo?, ¿dó está tu lanza?
Todo lo acaba la malandanza.


En el año 1447 Guillén Peraza intenta, desde su fortín de La Gomera, la conquista de La Palma, isla áspera, de altas cumbres y profundos barrancos. Desembarca por Puerto Naos, en el valle de Aridane, y en el combate con los guanches, en el cantón de Tajuya o Tihuya recibe una pedrada y cae muerto. En estas endechas ya se fija el paisaje insular:  no eres palma, eres retama; tristes volcanes; los arenales. El primer paso de las letras canarias.


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