En un país verdaderamente serio, y no tan frívolo y
de pandereta como el nuestro, todos los ministros, políticos, diputados,
alcaldes, administradores, etc. de la
cosa pública, habrían dimitido de sus cargos cuando en su día se les detectaron casos de corrupción o de
actuaciones poco claras.
En España el “estado de corrupción” parece que se ha
generalizado a las instituciones y
poderes públicos, lo cual no quiere decir que todos los que ahí laboran sean
corruptos. Sabemos que existen políticos y funcionarios que son ejemplo de
honestidad e integridad.
La corrupción es una enfermedad de la sociedad y,
por tanto, hay que combatirla con todos los medios al alcance, y si no los
hubiere, tendrían que buscarse o
inventarse.
Se ha empezado a tirar de la manta en lugares que
parecían inaccesibles y con fachada aparentemente limpia, ¡vaya si sale polvo
polilla y toda clase de basura! Por eso, muchos de nuestros encorbatados y a
veces intocables políticos deberían sentase en el banquillo y ser juzgados, sin
que les pueda librar ningún argumento esgrimido por sus prestigiosos abogados.
Pero hablamos de España, y al llegar a este punto,
llegamos a un vivero de corrupción y corruptores. A veces me pregunto quién
está libre de culpa, en esta nación que presume de soberana pero que, en
realidad, es un títere que se bambolea
al ritmo que le marcan circunstancias exógenas.
Se puede ser corrupto de muchas maneras: no
trabajando adecuadamente y con seriedad; no pagando el salario justo; acosando
al trabajador o al sexo opuesto; aprovechándose de una situación de privilegio
para medrar; llevándose las ganancias (legales o no) a paraísos fiscales;
difundiendo infamias, calumnias o mentiras sobre otras personas; dando
licencias de construcción , o de lo que sea, bajo cuerda, recibiendo
comisiones, o intentando hacer una trampa a la ley. O se puede ser corrupto
evadiendo impuestos; no pagando multas, contaminando el medio ambiente;
explotando a seres humanos; practicando el nepotismo,etc. Etc. Cada cual que
añada su lista que procede del entorno en el que vive.
¿Cuántos son los que van a la cárcel,como se hace en
Estados Unidos u otros países, por haber defraudado a Hacienda? Pues en este
país es un divertido juego para muchos, y además, desde las altas instancias
parece que se les estimula para que lo hagan.
Sabemos que la corrupción siempre ha estado unida al
poder, y a la historia de este país. Si ahondamos en el pasado, en las
genealogías de lo que llamamos “nobleza”,
veremos que, en la mayoría de los casos, no ha habido tal nobleza, sino que han
sido distinguidos por matar, por conquistar, por invadir, por humillar, por
torturar, y por apoderarse de posesiones, tierras, castillos o pueblos, que
tenían sus dueños.
Había corrupción incluso, en la dictadura de Franco,
pese a las bendiciones del nacionalcatolicismo, de la beatería reinante, de la
austeridad aparente y la rigidez de este Breogan ferrolano. Fueron muchos los
que se enriquecieron a la sombra de su sombrilla y no trabajando honradamente,
precisamente. Si escarbamos un poco en las grandes fortunas surgidas después de
la “guerra incivil”, veremos que debajo encontramos toda clase de basura:
especulación, estraperlo, concesiones interesadas, amiguismo, abusos de poder,
privilegios, nepotismo, etc.
El propio “Caudillo” vendió su patria a los
norteamericanos, para fortalecer su régimen,
concediéndoles bases navales, militares y aéreas como Torrejón de Ardoz,
Zaragoza, Morón y Rota, algunas de las cuales, continúan, vergonzosamente para
España, sirviendo los intereses bélicos
y económicos de los yanquis hoy en día, como la de Rota. La gente ignora la
cantidad de material bélico y peligroso que vuela por encima del territorio
español casi a diario. Y menos mal que
Canarias ha escapado a la instalación de bases norteamericanas, aunque algunos
de nuestros políticos y empresarios están coqueteando con el poderoso imperio
para que se queden por aquí.
Pero claro, en el régimen dictatorial teníamos una
férrea censura y todos los trapos sucios y escándalos quedaban ocultos . No se quería que se
supiera que todos estos corruptos eran adictos “a los principios fundamentales
del Movimiento” y que estaban con el Caudillo, por la gracia de Dios.
Corrupciones y
prebendas hubo en la historia de este país. Y proliferaron en la llamada
conquista y colonización de América, dedicándose buena parte de los mandatarios
que España envió allá a la rapiña, al abuso de poder, al despojo y al desprecio
por las culturas aborígenes. Todavía hay personajes que viven, tanto en los
paises latinoamericanos como en España, de las rentas de lo que pudieron robar
sus antepasados en tierras americanas..
Tenemos cierta prensa, radio y televisión incluida,
que pretenden hacernos creer que todo esto de la corrupción es un invento que
ellos han descubierto ahora. ¡Pobre ilusos! Lo que sucede es que nuestra
democracia tiene escasos mecanismos para combatir la que tenemos actualmente y
por eso tanto corrupto se ha hecho “demócrata”. En nuestra sociedad, desde las
clases más bajas a las de alta alcurnia, la corrupción y la hipocresía son más
normales de lo que se piensa.
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