Todos los
días observo, ya sin asombro, abundancia de material fotográfico en revistas y
diarios, a las esclavas del tercer milenio, devenidas en pseudo modelos,
pseudoactrices, mostrando sus inmaculados culos o sus portentosos y siliconados
pechos, acompañados de alguna información banal y estúpida que intenta
argumentar acerca del talento de la ‘famosa’, exhibida y asimilada a lo que
pareciera ser la cultura del tercer milenio.
No puedo dejar de manifestar,
el paisaje pintado de esta cultura del porno y el crimen, al accionar del ‘club
de enfermeros psicóticos, asesinos’ y el lucro activo que deviene en
‘deshacerse’ de trabajadores cesantes. No se desconocen las corporaciones
mafiosas que manipulan a su antojo la salud de un pueblo, pues a no ignorarlo,
la salud es un negocio en medicamentos, obras sociales oportunistas y muertes
de los que ya no tengan salud para el trabajo esclavo.
Transitamos un milenio donde
“todo lo que deba ser hecho será hecho”, sin lugar para comprobación cierta de
nada, ley del sistema capitalista y sus mercenarios rentados. No por nada el
público acude por miles a ver el film “Los juegos del hambre”, cuyo argumento
se basa en la sobrevivencia en un tiempo no muy lejano, en un planeta caníbal.
Prostitución,
farándula, mujeres ‘ícono’ del mundo capitalista, actrices en estado de celo
permanente, con sus ‘amores de un día’, “Gran Hermano” y sus chicas con sexo en
TV al aire, en fin nada novedoso nos ofrecen los denominados medios de
comunicación…me detengo y meditando en paz, decido ratificar, lo que de manera
espontánea manifesté a este medio en mi visita a Montevideo, en diciembre
último, donde lancé mi proclama para los ‘Indignados contra el Capitalismo’,
donde entre otras cosas, decía esto : “…vi mucha porquería en la portada de
diarios y revistas en los kioscos. Vi imágenes donde los nuevos dioses del
Olimpo, eunucos que reptan hacia la cima de la pirámide de la ‘fama’ y que son
la cara visible de un sistema degradado, que se pudre, y que los exhibe como
ejemplo del deber ser”. Esos medios marcan hoy para las niñas y mujeres jóvenes
de esta región una consigna: “La tendencia es ser putas”. Vivimos en un sistema
necrótico, en caída vertical, donde niñas y mujeres ocupan gran parte de su
tiempo en preparar su cuerpo en gimnasios, institutos de belleza y demases,
para tener la “máquina”, es decir su cuerpo, en condiciones para lucrar con él
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