viernes, 1 de noviembre de 2013

Székely, un escritor de Hungría

Aunque no tenga el prestigio ni el brillo de París, Londres o Viena, Budapest es una de las ciudades más hermosas de Europa. Asomada sobre el Danubio, con sus dos mitades –las antiguas ciudades de Buda y Pest- tiene un aire monumental. Su Parlamento neogótico, su basílica de San Esteban, sus cúpulas, sus balnearios, el Bastión de los Pescadores, el Puente de las Cadenas. Como en el resto de los países del Este, la historia de Hungría es dura y azarosa, repleta de calamidades, guerras. El imperio austrohúngaro, la primera guerra mundial, la segunda, el sometimiento al bloque comunista. Y la literatura a veces consigue expresar el dolor y la hecatombe de una colectividad a través de la radiografía exhaustiva de un tiempo y un espacio como sucede en la novela Tentación, escrita por János Székely.
El protagonista de la historia nace en una aldea y padece el hambre y la marginación por ser hijo sin padre. El sufrimiento de su batalla contra el frío, la ignorancia y la extrema pobreza, y por el contrario el afán de aprender, el afán de superación. En Budapest, empleado de botones en un gran hotel, vive todo tipo de marginaciones en la última etapa de una monarquía corrupta que da paso a la república socialista en 1944. Una novela corrosiva, una historia de perdedores, una novela picaresca sobre la difícil supervivencia, sobre la iniciación. El autor fue poeta, dramaturgo y guionista de Hollywood. A los 15 años le publican un poema en un periódico y en 1923, residiendo en Berlín, ganó su primer concurso. En 1926 comienza a colaborar en el cine y va a parar a Hollywood en 1934 para trabajar como guionista en Desire, una película con Marlene Dietrich y Gary Cooper. En 1940, como guionista, gana un Oscar. Firmó casi toda su obra con distintos seudónimos: pesaba el miedo.
Luego tuvo la desgracia de que la caza de brujas en EEUU lo persiguió de tal manera que necesitó volver a Europa, a Alemania, donde murió oscuramente a los 57. A través de 800 páginas el autor nos descubre parte de su propia biografía, el padecimiento ante las injusticias, su escepticismo ante las revoluciones, como si anticipara su propio desengaño del sueño americano.

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