sábado, 16 de noviembre de 2013

En España los fiscales Anticorrupción defienden a los presuntos corruptos

Como somos diferentes, no es extraño que en España los fiscales anticorrupción, en vez de acusar se dediquen a defender a los presuntos defraudadores y corruptos. Ya lo hemos visto más de una vez: los fiscales se apresuran a declarar inocentes a altos nombres de las finanzas y de la monarquía. Por ejemplo: don Pedro Horrach se ha dado mucha prisa en decir que la infanta Cristina no debe ser inculpada, en modo alguno, por todas las trapisondas recientes del Instituto Nóos y la utilización de sus fondos en asuntos privados tales como compras de cochecitos de bebés, cenas en restaurantes de lujo, vacaciones de alto copete, adquisición de perfumes, etc. Ni siquiera ha esperado a los informes de la Agencia Tributaria, ni a las diligencias del juez que investiga el asunto. ¿No puede conceptuarse de prevaricación una conducta semejante?

Y se quedó tan pancho. Resulta que los fiscales están para acusar. Pero en este país de nuestros pecados ahora están dedicados a defender, con mayor celo que los más celosos abogados defensores. De este modo, es más que probable que el caso Urdangarín y otros similares puedan ser archivados sin que a los presuntos les haya caído ni un pequeño arañazo por parte de la Justicia.

Qué seriedad, señores.

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