Un original mosaico de representaciones inspiradas en la secuencia de memorias ciudadanas sobre la experiencia del lugar, donde la pintura reivindica la permanencia del aura, la creación de imágenes sobre la costa del Pacífico desde una bitácora configurada como “ Cuerpo de Agua”, realizando estudios de boceto, notas donde toman forma las ideas (incipientes o desarrolladas), volviéndose un medio para experimentar el mundo y reflexionar laimpronta del contexto, anotar instancias cotidianas, inesperadas y hasta posiblemente insignificantes, para así generar la construcción de nuevos mundos posibles y acercarse al proceso individual - colectivo , ya que se establecen mecanismos de expresión e interpretación de la realidad, generando un imaginariode la "imagen cotidiana" para la materialización del proyecto, cuya justificación plantea un registro pictórico de bocetos en lápiz, acrílico y óleo, desarrollando imágenes del día a día sobre la vida en el espacio del Puerto; día, tarde y noche, que acompaña al artista prácticamente en cada momento de su quehacer cotidiano,en él se incorporan la ciudadanía del lugar, objetos, animales, lugares, mapas, paracrear una serie de 35 lienzos en las diferentes técnicas; formatos de 100 por 70 cm21 por 29, 40 por 60, 25 por 35 cm cm. Constituyen cada uno de los atributos de la luz del Pacífico, la aventura, la cotidianidad, la belleza, la seducción del patrimonio y la riqueza de la biodiversidad conjugan un puzzle de momentos “imantados” en la paleta de colores para afrontar desde el arte una alternativa al predominio efímero. Muchos artistas han utilizado los cuadernos de bitácora como parte del proceso de la obra, por ejemplo los cuadernos de estudio de Paul Klee, en los que vemos que se recogen sus lecciones en la Bauhaus, el diario de Frida Kahlo, que surge de manera paralela a sus prácticas creativas o también "El Diario de un pintor" de Ramón Gaya, en cuyo libro vemos que se sitúa y relaciona con la practica pictórica como un modo vivencial íntimo y necesario, que le da la posibilidad de crear, desde sus propias vivencias, desvelando lo que hay atrás de la obra o lo que sucede en el espacio íntimo del taller. En estos referentes podemos ver que se articula el quehacer como una instancia de investigación constante, reflexiva y práctica. Las libretas de proceso se vuelven necesarias debido a que retiene tiempos y formas de hacer. Con este antecedente para mí queda de manifiesto la importancia de poder ejecutar este proceso intimo-pictórico del Pacífico ya que me posiciono como el sujeto de "fuera " que llega a vivir al "puerto", es así como se crea una sinergia de reflexiones constantes ante el descubrimiento y asombro de la "nueva mirada" en contraste a los procesos del turbo turismo entre lo local-cotidiano donde se pueden apreciar los procesos sociales ante el desarrollo de masas y para mi es importante crear un diálogo en torno a este fenómeno, una maduración de conceptos y vivencias que resultan ser un mapa de futuras revelaciones ante la crisis ecológica, de lo mediático, reflexionar y pintar sobre el umbral del “consumidor del paisaje” o también “la inocencia del espectador” a partir de una selección de imágenes que haga replantearse en el espectador su "estar" en el mundo.
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