He aquí un tema tan viejo como el ser humano, y que sigue
proporcionando mucha controversia. En la historia de la humanidad las
religiones han sido necesarias para conceder la esperanza de otra vida tras la
muerte, para muchos la vida terrenal es dura e injusta, por ello ante la
injusticia de este mundo se ha predicado la resignación y la confianza en la
gloria eterna. Pero lo cierto es que la intolerancia y el fanatismo religioso
han provocado muchos millones de muertos, torturas, guerras y persecuciones. El
saberse adscritos a la única “religión verdadera” hace que los seguidores de
cada creencia se sientan belicosos con quienes practican las otras religiones,
los “paganos”.
El día de San Valentín del año 1989 un escritor recibió una
llamada que le anunció que había sido condenado a muerte por el ayatolá Jomeini
en Irán. El “delito” de Salman Rushdie era haber escrito una novela titulada Los versos satánicos, que por sí misma
era un texto ampuloso y más bien aburrido en cuyas páginas el autor hablaba con
muchas metáforas de Mahoma, el islam, los imanes y Satán. La sentencia de
muerte contra el escritor hindú nacionalizado británico sigue en pie, e incluso
ha sido incrementado el valor de la recompensa económica para quien la ejecute.
“No tiene sentido que las religiones exijan que no se las
critique. Cuando oigo a la gente decir que hay que respetar las religiones, lo
que quieren decir es que tenemos miedo a la violencia, porque ese respeto lo
que realmente esconde es el miedo a la violencia. Estoy cansado de que las
religiones exijan un trato especial. No hay ninguna razón por las que se les
deba dar ese trato especial. Tenemos que poder hablar de las cosas en serio, pero
también con sátira”, acaba de manifestar Rushdie en referencia a las
caricaturas publicadas en las que se ridiculiza al profeta Mahoma.
Añade que las acusaciones de blasfemia y herejía que recayeron en
su momento sobre él parecían más pertenecer a “la inquisición española que al
siglo XX”. Y añade que este comportamiento era solo el inicio de un tipo de
política extremista por parte del mundo musulmán y subraya cómo esa violencia
se ha ido propagando por el mundo, y cita el caso del periodista asesinado en
Turquía y el de otros escritores perseguidos. “Esos ataques se han ido
propagando porque los atentados del 11 de septiembre en Nueva York son solo el
eslabón de una cadena”, ha dicho en la presentación de su nuevo libro, Joseph
Anton (Mondadori) en Madrid.
“El vídeo hecho en EEUU sobre Mahoma es malísimo y no hace falta
organizar quemas ni ataques a embajadas. En Youtube hay tantas cosas que cualquiera
puede sentirse ofendido”, concluye.
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