lunes, 8 de octubre de 2012

El libro que Galdós nunca escribió


En la edición facsímil del célebre homenaje que el 9 de diciembre de 1900 le ofreció a Pérez Galdós una nutrida representación de los canarios en Madrid, con motivo de la publicación de Las bodas reales, que completaba la tercera serie de los Episodios Nacionales, observamos que enorme y distinguida fue la asistencia a la velada. Así figuraban Nicolás Estévanez, el Marqués de Villasegura, los generales Luis de Cubas y Federico Verdugo, el conde de Belascoaín, José Wangüemert y Poggio, Luis Doreste Silva. También hubo una carta de adhesión del general Valeriano Weyler, estaban directores de periódicos y en la comisión organizadora figuraba José Betancor Cabrera, más conocido con su seudónimo literario de Angel Guerra.
La reedición, de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, con introducción de Antonio Cabrera Perera, transcribe los discursos que fueron pronunciados. Galdós tenía 56 años y el periodista tinerfeño Manuel Delgado Barreto, recién llegado a Madrid, 20. Ni corto ni perezoso, este instó al ilustre autor a escribir un libro relacionado con Canarias. Dijo esto: “Nuestro pueblo necesita una obra, trasunto fiel de sus costumbres, de su vida, de su sentir, pensar y querer, y por suerte y para honra suya cuenta un hijo ilustre que puede ofrecérsela magnífica, soberbia… ¡tan soberbia como el Teide y tan magnífica como los mismos panoramas de los valles canarios! Es una aspiración unánime que en grito suplicante llega a la cima gloriosa que ha tiempo alcanzó el autor insigne de los Episodios Nacionales. Él no lo desoirá, porque sabe que atendiéndolo proporciona júbilo sin medida a su país querido, a la vez que enriquece con una nueva joya el tesoro de nuestra literatura nacional…”
La pregunta es sencilla. ¿Por qué no escribió un Episodio Nacional sobre la derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife? ¿Por qué dejó el hueco de Canarias en su larga obra novelística y teatral? Hubo que esperar a la década de los 70 en el siglo pasado para que surgiera una narrativa ambientada en las islas, en el ser insular, considerando al archipiélago como un territorio mestizo, cosmopolita, abierto al mundo. Está claro que, a pesar de todo, quien padeció el escarnio del obispo Pildain y toda la leyenda negra posterior, seguirá siendo el más importante escritor canario. Pero ahí quedó esa ausencia: el libro que nunca escribió, el libro que no quiso o no pudo escribir.

1 comentario:

  1. Es algo que siempre me pregunte también...La insularidad marca el carácter de un modo especial...Casi todos los músicos, poetas, escritores insulares (ya sean de Canarias, de Cuba o de cualquier otra isla) que conozco cantan, recitan , escriben desde esa insularidad y evocan su tierra y costumbres...Perez Galdos no lo hizo...Lo que no le resta genialidad a su obra...pero nos deja un poco huérfanos de su visión de Canarias...

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