lunes, 28 de mayo de 2012

Eugenio Padorno, poeta de esencias

A estas alturas, qué duda cabe de que Eugenio Padorno es un poeta esencial. De esencias, de imágenes muy interiorizadas. No muy conocida del gran público, su poesía es honda, reflexiva. En el libro La echazón (Anroart, 2010) se evidenciaba de nuevo la potencia de sus imágenes, la fuerza de sus silencios, de sus ocultamientos. Quizá Eugenio sea un poco tributario del carácter expansivo y torrencial de su hermano, Manuel Padorno, el de los árboles de luz. Tal vez eso lo haya disminuido un poco, algo parecido le sucedió a José María Millares respecto a su hermano, el vigoroso Agustín Millares Sall, el de los versos sociales para levantar a las masas en los mítines. Pero la poesía de este Padorno es íntima, se matrimonia con el paisaje, con el mar, con la noche de estrellas.
En Palabras para la arqueología encontramos estos versos: Dioses perros bañistas / petrificados en la intersección única de los días / idos y por venir / arañan la fosca realidad / el hermetismo dórico del domingo / ejercitan el tacto avaricioso sobre cuerdas / de música. En Pisapapeles en la arena leemos esto otro: Con el pensado ardor que une / en el entresuelo de anticuario el / huidizo metal de un torno de / muchacha y los miembros atesados / de un fauno tras la urna / del ojo dos cuerpos bajo el viento / africano ocultos yacen tallados sobre / mutables lecturas de arenas soleadas. Enseñante en la ULPGC, luchador por la dignidad de la literatura canaria, Eugenio atesora un largo magisterio poético sobre jóvenes autores que valoran firmemente su obra.
Profesor titular de Teoría de la Literatura en la ULPGC, su actividad docente se centró en Teoría de la Literatura y Literatura Canaria, estudió la literatura regional y su especificidad dentro del marco de las literaturas hispánicas, línea en la que dirigió tesinas y tesis doctorales. Miembro de la Academia Canaria de la Lengua, fue decano de la Facultad de Filología, finalmente profesor emérito. Por su seriedad y coherencia su prestigio se acrecienta de día en día, su obra es tal vez algo escasa porque viene dictada por la depuración y el rigor, pero su poesía es clásica y eterna. En el purgatorio atlántico, repleto de soledades, se pone en pie y desgrana su deseo de vivir hacia dentro, su instinto panteísta de fundirse con volcanes, mares, pinos, arena.  

2 comentarios:

  1. Hola Luis buen post dando a conocer a un poeta nuevo y desconocido para mi ... El cual a partir de ahora ya conozco y entrare a leer algo de él, de su trabajo de letras en Internet...

    Mil gracias por compartir esta información sobre Eugenio....
    Sigo tu magnifico blog. Te invito a conocer El blog de MA y si te gusta mi casa de letras puedes quedarte en ella como yo en la tuya con tu permiso. Un abrazo de MA y feliz día.

    El blog de MA.

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  2. Gracias, María Angeles, por tu comentario. En efecto, Eugenio es un poeta hondo, no es de masas, pero su poesía es interesante.

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