No acepto más las mentiras de un
poder mediático en manos de los especuladores y mentirosos profesionales,
mercenarios rentados del poder. La situación de estafa es tan larga y tan grave
que ya no funcionan las manipulaciones del miedo. Nuevas formas de
comunicación, además, han roto el dominio absoluto de los que crean opinión al
servicio de un sentido común, un miedo y una prudencia dibujada por las élites.
La experiencia de carne y hueso ha agrietado la realidad virtual de la
especulación. No compren estafas, sólo lo que ustedes experimenten, desde la
sensibilidad, el dolor y la alegría del instante.
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