martes, 10 de diciembre de 2013

"Invictus", poema preferido de Mandela, que da título a la película

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley (1849-1903)

Autor inglés, de Gloucester, segunda mitad del XIX (época victoriana), que padeció tuberculosis. R.L. Stevenson lo tomó como modelo para crear su John Long Silver, el pirata bueno de "La isla del Tesoro". Su trabajo como editor le valió para promocionar autores, como H.G. Wells. Pero no siempre la proclamación de libertad del texto ha agradado. Timothy McVeigh, autor de la masacre de Ocklahoma, como última voluntad antes de ser ejecutado escribió el poema como justificación a sus actos. Muchos lo calificaron entonces de abominable, provocador, desafiante al orden y a la religión. Y el grupo de heavy metal Virgin Steele compuso una canción titulada Invictus, que guarda relación.
El poema da título a la gran película INVICTUS de Clint Eastwood dedicada a la vida de Mandela y que recoge la épica victoria de Suráfrica en la Copa del Mundo de Rugby de 1995. Es el poema que  repetía un día y otro en la cárcel de Robben Island. Le dió fuerzas y esperanza; estuvo en prisión durante 27 años. Fue el preso 46664.

Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

2 comentarios:

  1. Un precioso poema que acompañó muchos años a Mandela y a nosotros nos acompañará siempre desde esa tarde noche de su muerte. Luis, casualmente estaba hablando con unos amigos senegaleses y me dieron la triste noticia ese día 5 a las 20.30 horas más o menos cuando les llegó la noticia reciente, Un abrazo.

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