El crítico Daniel Bernal
Suárez dijo del primer libro citado que contiene interrogaciones sobre la
realidad circundante, la palabra que inquiere. Destacó el diálogo permanente
con la naturaleza y la celebración del ser, la autoindagación, con notable
condensación verbal.
Antonio Arroyo bebe en la
gran tradición de la poesía canaria contemporánea, donde nombres como Pedro
García Cabrera, Luis Feria o Andrés Sánchez Robayna son pilares esenciales.
DÉMOSLE A LA ARENA
el espesor del vidrio
que contenga los mares.
Los rastros, los naufragios
y el brillo de una isla.
Démosle embocadura
al polvo que pisamos,
miremos horizontes
al soplar las palabras
encendidas de aliento.
Tendrá forma de ortiga
pues al polvo se aviene
su fragilidad firme,
su compendio traslúcido.
El animal intrépido
que enciende la botella
y echa a la inmensidad
un mensaje infinito
tendrá la forma humana
que el polvo reivindica.
I
La calle se
transforma en río
sangrando soledad sus adoquines.
Este Támesis lento borracho
que se hunde pez
con el rictus
marcando risotadas de naranja sin esfera.
Nosotros que rodamos con la
sombra
del lenguaje
pisándonos los talones
por la calle Estigia
sin barquero
soltamos los peniques
a la entrada del metro sin destino.
Nosotros
con el cartón azul
de los calendarios
besamos esta lluvia hasta la metamorfosis.
II
La lluvia anuncia
la gran transformación.
Sutil escarabajo entonces
rompe la luna del armario
Dime por qué
nuestros ojos sin muerte olvidan
que el violín azul de Thomas
tañe poemas en la esquina del Hades.
Esos ojos tendían arcadias
en la liña violeta de los entrepatios.
Mordida vestimenta
cada cual silencioso hijo de Cibeles
recoja los añicos de sus sombra
y la luna en el suelo
suena ladrido verde
entre botellas
de yodo.
VI
Aquí en este árbol desfallece el aire
y la rama crepita son de incendio.
Transeúnte. Barquero azul—
el hombro
con sus hilos de luna sobre el árbol
pero tu sombra boga
a la isla dormida
sangrando lento mar de Prometeo
por todo el corazón del horizonte.
VII
Un río viajará desde la sombra
a la quietud del árbol—
lento río interior para
transeúntes
sin pez en los zapatos
de pisar transparencias.
Oráculo sin vientre
para las cero coma treinta y cinco
hora de Ítaca. Crujen los amarantos
y la ciudad olvida la ruta
en la aurora verde del volcán.
XI
Todo el pájaro pende
del otoño
el ala
desnuda
tu intención triste carne
invisible
vertida en el poema
por el trino
callado
de la isla.
XIV
Tú en las brumas de Londres
aguardas lento cuervo: su graznido
tiñe rubio sabor de amaranto.
Tú Amor enamoras la noche
la ventana con Támesis y yo aquí
contra el río invisible de mí mismo
destrozando la noche
anocheciendo
la flor antigua de este mar
en un azúcar tuyo sin lenguaje.
DUNA
Duna es azar,
añico del silencio.
Montaña, montaraz peldaño
de la brisa: la sombra
en el reverso de la luz,
la luz como vagando
por la sombra.
GUIRRE
Guirre en el pensamiento;
en el espacio, mente
de guirre que es mi mente.
No la sal ni la sed de las palabras:
eres tú, lejanía,
silencio que es dolor
para este pájaro infinito.
GARAJONAY
Garajonay del sueño: veo una
sombra
y, en la sombra, el espejo del espejo.
Ya no eres el azar sobre la luz:
es que la voz del árbol
se refleja en el agua.
DOSAGUAS
Una brizna de ti cae en el agua;
un eco inerme de sutil lenguaje
crea heridas de lluvia, dulce hierba.
El eco amamantado de neblina,
regresa al horizonte de la charca
como la honda y fugaz respiración.
CAÑADAS
La luz fue un estallido de
conciencia
y un fragmento quedó de mí indemne
en el espliego: luz que pace sombra
y escancia un archipiélago de sal.
YO QUERÍA ESCRIBIR UN POEMA
Yo quería
escribir el último poema,
el definitivo albor, la hondonada más honda.
Yo quería escribirlo, pero el poema a veces
caía en la cabeza como una maza o un cielo bárbaro.
Un castillo de arena siempre en la linde del olvido
y el recuerdo esfumándose.
Yo quería escribir un poema como
el definitivo albor, la hondonada más honda.
Yo quería escribirlo, pero el poema a veces
caía en la cabeza como una maza o un cielo bárbaro.
Un castillo de arena siempre en la linde del olvido
y el recuerdo esfumándose.
Yo quería escribir un poema como
quien pinta o despinta
un grillo. Escribir como si dejara
mi verso en la ventana abierta de la vida
un caracol, un fósil, algún cuervo amarillo
un grillo. Escribir como si dejara
mi verso en la ventana abierta de la vida
un caracol, un fósil, algún cuervo amarillo
sobre el hombro cuadrado y negro
de un león.
Quería liberar todos los sentidos. Todos
Quería liberar todos los sentidos. Todos
ponerlos con grilletes de nubes
en hilera.
Y el poema se fue más allá de la
tinta
y de mi voluntad de dar fin a esa
roca
que me hace empezar de nuevo
cada vez que quiero escribir un poema.
cada vez que quiero escribir un poema.
De la batalla casi no salgo bien
librado
pues el poema quiso ser la mantis
religiosa
que me haría expirar con la
sonrisa ingenua
de agradecimiento con que mueren
poetas e insectos mal parados.
poetas e insectos mal parados.
Y fumamos la pipa de la paz para
siempre
la poesía y yo: ella mi piedra,
yo
Sísifo.
Sísifo.
EL SILENCIO
Nada me lleva a sitio alguno,
salvo
una palabra menos en el silencio:
un silencio de más me transporta
a ese desconocido puerto
donde todo confluye y al unísono
la identidad dispersa
el brillo de no ser
(De Sísifo Sol)
Decía yo, en el prólogo de Simphonia quenuestro poeta logra con sutil simetría que la palabra transmita nuevas sensaciones, que evoque emociones. Y lo consigue, porque sabe realizar un dibujo armónico con los objetos de la naturaleza y la estética de los espacios, hasta tal punto que logra alcanzar una representación simbólica de lo universal.
ResponderEliminarblog-rosariovalcarcel.blogspot.com
Muito grato, Luis. Gracias por tu lectura atenta y a ti también, Rosario, mi amiga, compinche. Besos y abrazos para los dos.
ResponderEliminarAntonio.
Grande Antonio Arroyo. Como he tenido ocasión de decirle, la poesía lo ha escogido como uno de sus portavoces. Por eso leer sus poemas y oírlo cuando habla de poesía tiene un marchamo de autenticidad
ResponderEliminarindiscutible. Esta muestra que Luis expone es un claro ejemplo de lo dicho.