jueves, 10 de mayo de 2018

Mahmud Darwish, poeta de Palestina

Mahmud Darwish nació en una aldea de Galilea en 1942. Su pueblo fue destruido por los israelíes cuando tenía seis años, y vivió buena parte de su vida en el exilio. Después se estableció en Ramala, donde dirige la revista literaria Al Karmel. Ha obtenido el premio literario Príncipe Klaus de Holanda, en 2004. Militante del Partido Comunista, es una de las voces más destacadas de la poesía árabe.








LA TIERRA SE ESTRECHA PARA NOSOTROS

La tierra se estrecha para nosotros. Nos hacina en el último pasaje y nos
despojamos de nuestros miembros para pasar.

La tierra nos exprime. ¡Ah, si fuéramos su trigo para morir y renacer! ¡Ah, si
fuera nuestra madre

para apiadarse de nosotros! ¡Ah, si fuéramos imágenes de rocas que nuestro sueño portara

cual espejos! Hemos visto los rostros de los que matará el último de
nosotros en la última defensa del alma.

Hemos llorado el cumpleaños de sus hijos. Y hemos visto los rostros de los
que arrojarán a nuestros hijos
por las ventanas de este último espacio. Espejos que pulirá nuestra estrella.

¿Adónde iremos después de las últimas fronteras? ¿Adónde volarán
los pájaros después del último

cielo? ¿Dónde dormirán las plantas después del último aire? Escribiremos
nuestros nombres con vapor

teñido de carmesí, cortaremos la mano al canto para que lo complete nuestra carne

Aquí moriremos. Aquí, en el último pasaje. Aquí o ahí... nuestra sangre plantará sus olivos.

SOY YUSUF, PADRE

Soy Yusuf, padre.
Mis hermanos no me quieren,
no me desean entre ellos, padre.
Me agreden, me lanzan piedras e insultos.
Quieren que muera para hacerme un panegírico.
Me han cerrado la puerta de tu casa,
me han echado del campo,
han envenenado mis uvas
y han destrozado mis juguetes.
Cuando la brisa ha acariciado mi pelo al pasar,
me han envidiado y se han revuelto contra mí y contra ti.
¿Qué les he hecho yo, padre?
Las mariposas se han posado sobre mis hombros.
Las espigas se han inclinado hacia mí
y los pájaros han volado sobre mis manos
¿Qué he hecho yo, padre,
y por qué yo?
Tú me has llamado Yusuf
y ellos me han arrojado al pozo y han acusado al lobo.
Y el lobo es más clemente que mis hermanos,
padre. ¿Acaso he ofendido a alguien cuando he dicho que
he visto once astros, el sol y la luna, y que los he visto
postergados ante mí?

LOS VIOLINES

Los violines lloran con los gitanos que marchan a Andalucía.
Los violines lloran por los árabes que salen de Andalucía.
Los violines lloran por un tiempo perdido que no volverá.
Los violines lloran por una patria perdida que tal vez volver´`a.
Los violines prenden los bosques de esta oscuridad lejana, lejana.
Los violines ensangrientan los cuchillos y huelen mi sangre en la yugular.
Los violines lloran con los gitanos que marchan a Andalucía.
Los violines lloran por los árabes que salen de Andalucía.
Los violines son caballos sobre una cuerda de espejismo y un agua que gime.
Los violines son un campo de lilas salvajes que se aleja y acerca.
Los violines son una fiera que tortura la uña de una mujer, la roza y se aleja.
Los violines son un ejército que construye un cementerio de mármol y de nahawand.
Los violines son la anarquía de los corazones que enloquece el viento en los pies de la bailarina.
Los violines son bandadas de pájaros que se escapan de la bandera incompleta.
Los violines son el quejido de la seda arrugada en la noche del amante.
Los violines son la voz del vino lejano sobre un deseo vencedor.
Los violines me siguen, aquí y allí, para vengarse de mí.
Los violines me buscan para matarme allá donde me encuentren.
Los violines lloran por los árabes que salen de Andalucía.
Los violines lloran con los gitanos que marchan a Andalucía.

(Extraído de Biblioteca Digital de Aquiles Julián, República Dominicana)

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