Su primer oficio fue
un taller de tallado de cristales, y la marginalidad y pobreza del barrio le
impulsaron a descubrir un camino para acercarse al arte desde el sentimiento y
las vivencias personales. La esquina de Montevideo y Olavarría, en Villa Madero,
el sitio que le enseñó códigos que lo forjaron como persona y artista. Ha
editado un CD titulado Esencia, con poemas que pertenecen a sus libros
Identidad, Umbral de la palabra, Júbilo terrestre, Llorar de plenitud, Con aire
de gorrión, Canto poema en flor y Hasta la poesía siempre. Son palabras que se
intercalan con composiciones que interpreta el Trío Cuba, combinadas con temas
célebres de la música contemporánea: Bésame mucho, Yesterday, Dos gardenias, Yolanda,
Hasta siempre, etcétera. Y entre los títulos de los versos figuran Orilla,
Carta a la nostalgia, Altaluz, Insurgente, La barca, y otros. Tiene 13 libros
publicados en Argentina, Cuba e Italia, ha participado en grabaciones y en
espectáculos poético-musicales. Junto
a Norma, con la que vivió siete años en La Habana, Celano incentivó sus
presentaciones que llevaron por Uruguay, Chile, Suiza, Francia, Bélgica,
Alemania y España. En definitiva es un nómada, un trashumante que transmite la
oralidad siguiendo al poeta, recitador y letrista Héctor Gagliardi, el
inspirador del gran Astor Piazzolla, buscando una vía para transmitir
emociones, aspiraciones colectivas, luchas.
Por otra parte, la
revista National Geographic ha premiado una foto de Jorge Gamboa que se ha
convertido en bandera reivindicativa para los ecologistas. En esta magistral
instantánea se ve una bolsa de plástico cuya punta se eleva sobre el mar como
un iceberg, y en la parte inferior de la imagen se aprecia que es una simple
bolsa de las que nos dan en los supermercados. El plástico que mata los
océanos, que contamina el plancton, que es ingerido por los peces creando un
grave problema pues los mares estarán tan contaminados por nuestros desechos
que en las próximas décadas hemos de irnos olvidando de consumir peces que
vivían en libertad, y el consumo de pescado ha de provenir casi exclusivamente de
las piscifactorías. Uno de los retos que tenemos delante en las próximas
décadas es la supervivencia del planeta, cercado por el plástico, ya que es un
material difícilmente reciclable. La Tierra se degrada, dentro de pocas décadas
la población mundial dará un salto vertiginoso en África y en muchas zonas de
Asia, con el incremento de la población el consumo de agua y de energía
requerirá mucho esfuerzo y tendría que imponerse el cambio de modelo
productivo, con la sustitución del plástico por elementos biodegradables.
La mancha de basura
en los océanos se sigue extendiendo y para evitarlo urge un cambio de
mentalidad. En 2030 el 90 por ciento de las aves marinas habrían ingerido
plástico alguna vez en su vida, datos que escalarían hasta el 99% para 2050.
Gran parte de los plásticos producidos por el hombre terminan en los océanos
por el mal tratamiento de las basuras y las nulas labores de limpieza que
realizamos en nuestros mares. El plástico es una plaga que envenena los mares y
crea ingentes vertederos en tierra, hay verdaderas islas flotantes de plástico
en medio de los océanos. Existe
un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que
estima que el impacto medioambiental de este material no puede ser ignorado,
con el incremento de la suciedad se acarrea el daño a la vida marina y se
disparan los gases de efecto invernadero producto de la elaboración de esos
plásticos. Se recomienda reducir su uso y debería hacerse a través del mayor
reciclaje y del rediseño de materiales.
Como contrapunto
habría que añadir que el informe de la ONU se refiere también al plástico como
uno de los materiales más útiles e importantes en la historia moderna. Habría
que recoger los desechos antes de que entren en el océano y elaborar más
plástico con electricidad obtenida de fuentes bajas en emisiones de carbono,
como la energía eólica, solar e hidráulica, fuentes de energías limpias que
deberían ser más potenciadas en territorios con viento y sol como es este
archipiélago. La última portada de la revista, correspondiente al número de
junio en Estados Unidos, es de las que permanecen en la retina durante mucho
tiempo. Con el sencillo titular Planet or plastic (¿Planeta o plástico?), la
publicación muestra la creación del mejicano Gamboa que fusiona un iceberg con
una bolsa de plástico. La imagen ya había ganado un premio en la Bienal del
Póster de Bolivia, 1917. Ocho millones de toneladas de plástico acaban en el
océano cada año, y es solo la punta del iceberg, se lee en la portada del citado
último número de National Geographic. Algo habrá que hacer entre todos.
Estuve en su recital del Gabinete Literario. Supongo que sea lo más parecido a los antiguos juglares. Un abrazo, Luis.
ResponderEliminarAdolfo García.