domingo, 27 de mayo de 2018

Héctor Celano, un juglar, y la amenaza del plástico

   Héctor Celano (1950) es un juglar y un rapsoda que entiende la poesía como arma política y de denuncia social. Viene de Argentina y está entre nosotros para intervenir en diversos recitales, en los que –sin leer texto alguno­– va desgranando sus composiciones con voz rotunda. Ha intervenido en la Casa de Cantabria y el Círculo Mercantil, el viernes 8 de junio lo hará a las 20 horas en el Gabinete Literario. Lo acompaña con su obra la poeta Mariló Álvarez, y también ha participado Rosario Valcárcel. Uno de sus libros más conocidos es Caramelo de limón, que recoge anécdotas, pasajes y poemas escritos y recitados de viva voz, texto muy difundido en Cuba, su segunda patria. Según la activista Graciela Ramírez, la obra de Celano desvela los acontecimientos políticos de América Latina y utiliza la poesía como arma de combate para defender las causas justas. Poesía del barrio, poesía de la comunidad que lucha frente a la pobreza y la injusticia. Tiene un poema dedicado a Villa Madero que, como todo lo suyo, es sonoro: …Y el corazón abierto a puro cielo / es más rojo y más joven por tus calles Madero. Es la voz inquieta y revolucionaria, que practica la transmisión oral de la lírica como los antiguos juglares y los recitadores. Muy apreciado en Cuba, donde ha residido largas temporadas, valora la cultura comunitaria de la isla. Su obra es social, habla de los dramas de América Latina, de los 30.000 desaparecidos en las dictaduras argentinas, de sus vivencias en el barrio de la niñez y la adolescencia, y, como Gabriel Celaya, cree que la poesía es un arma cargada de futuro. Las composiciones dedicadas a sus padres y a su hija tienen un tono entrañable, ganadas por el intimismo.
   Su primer oficio fue un taller de tallado de cristales, y la marginalidad y pobreza del barrio le impulsaron a descubrir un camino para acercarse al arte desde el sentimiento y las vivencias personales. La esquina de Montevideo y Olavarría, en Villa Madero, el sitio que le enseñó códigos que lo forjaron como persona y artista. Ha editado un CD titulado Esencia, con poemas que pertenecen a sus libros Identidad, Umbral de la palabra, Júbilo terrestre, Llorar de plenitud, Con aire de gorrión, Canto poema en flor y Hasta la poesía siempre. Son palabras que se intercalan con composiciones que interpreta el Trío Cuba, combinadas con temas célebres de la música contemporánea: Bésame mucho, Yesterday, Dos gardenias, Yolanda, Hasta siempre, etcétera. Y entre los títulos de los versos figuran Orilla, Carta a la nostalgia, Altaluz, Insurgente, La barca, y otros. Tiene 13 libros publicados en Argentina, Cuba e Italia, ha participado en grabaciones y en espectáculos poético-musicales. Junto a Norma, con la que vivió siete años en La Habana, Celano incentivó sus presentaciones que llevaron por Uruguay, Chile, Suiza, Francia, Bélgica, Alemania y España. En definitiva es un nómada, un trashumante que transmite la oralidad siguiendo al poeta, recitador y letrista Héctor Gagliardi, el inspirador del gran Astor Piazzolla, buscando una vía para transmitir emociones, aspiraciones colectivas, luchas.
 Por otra parte, la revista National Geographic ha premiado una foto de Jorge Gamboa que se ha convertido en bandera reivindicativa para los ecologistas. En esta magistral instantánea se ve una bolsa de plástico cuya punta se eleva sobre el mar como un iceberg, y en la parte inferior de la imagen se aprecia que es una simple bolsa de las que nos dan en los supermercados. El plástico que mata los océanos, que contamina el plancton, que es ingerido por los peces creando un grave problema pues los mares estarán tan contaminados por nuestros desechos que en las próximas décadas hemos de irnos olvidando de consumir peces que vivían en libertad, y el consumo de pescado ha de provenir casi exclusivamente de las piscifactorías. Uno de los retos que tenemos delante en las próximas décadas es la supervivencia del planeta, cercado por el plástico, ya que es un material difícilmente reciclable. La Tierra se degrada, dentro de pocas décadas la población mundial dará un salto vertiginoso en África y en muchas zonas de Asia, con el incremento de la población el consumo de agua y de energía requerirá mucho esfuerzo y tendría que imponerse el cambio de modelo productivo, con la sustitución del plástico por elementos biodegradables.
   La mancha de basura en los océanos se sigue extendiendo y para evitarlo urge un cambio de mentalidad. En 2030 el 90 por ciento de las aves marinas habrían ingerido plástico alguna vez en su vida, datos que escalarían hasta el 99% para 2050. Gran parte de los plásticos producidos por el hombre terminan en los océanos por el mal tratamiento de las basuras y las nulas labores de limpieza que realizamos en nuestros mares. El plástico es una plaga que envenena los mares y crea ingentes vertederos en tierra, hay verdaderas islas flotantes de plástico en medio de los océanos. Existe un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que estima que el impacto medioambiental de este material no puede ser ignorado, con el incremento de la suciedad se acarrea el daño a la vida marina y se disparan los gases de efecto invernadero producto de la elaboración de esos plásticos. Se recomienda reducir su uso y debería hacerse a través del mayor reciclaje y del rediseño de materiales.
   Como contrapunto habría que añadir que el informe de la ONU se refiere también al plástico como uno de los materiales más útiles e importantes en la historia moderna. Habría que recoger los desechos antes de que entren en el océano y elaborar más plástico con electricidad obtenida de fuentes bajas en emisiones de carbono, como la energía eólica, solar e hidráulica, fuentes de energías limpias que deberían ser más potenciadas en territorios con viento y sol como es este archipiélago. La última portada de la revista, correspondiente al número de junio en Estados Unidos, es de las que permanecen en la retina durante mucho tiempo. Con el sencillo titular Planet or plastic (¿Planeta o plástico?), la publicación muestra la creación del mejicano Gamboa que fusiona un iceberg con una bolsa de plástico. La imagen ya había ganado un premio en la Bienal del Póster de Bolivia, 1917. Ocho millones de toneladas de plástico acaban en el océano cada año, y es solo la punta del iceberg, se lee en la portada del citado último número de National Geographic. Algo habrá que hacer entre todos. 

1 comentario:

  1. Estuve en su recital del Gabinete Literario. Supongo que sea lo más parecido a los antiguos juglares. Un abrazo, Luis.
    Adolfo García.

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