"La calma y una vida modesta trae más felicidad que la
persecución del éxito combinado con agitación constante", fue una
recomendación vital del genio poco después de recibir el Nobel, y que dejó escrita en un papel que ahora vale miles de dólares, pues será subastado. No tenía dinero para dar una propina a quien le atendía en su hotel de Tokio, noviembre de 1922, y le dijo: guárdelo, que dentro de unos años valdrá mucho. Así ha sucedido.
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