jueves, 14 de septiembre de 2017

Charles Olsen, un neozelandés en Tenerife


Samir Delgado / México DF

 

El creador neozelandés Charles Olsen visitó Tenerife con motivo de la Semana Cultural de Oceanía, una oportunidad para conocer de cerca la trayectoria de un autor polifacético que combina la escritura con todas las disciplinas artísticas. Residente en Madrid, visitó las islas por primera vez como invitado del Festival 3 Orillas y este año recibió la XIII distinción Poetas de Otros Mundos concedida por el Fondo Poético Internacional en reconocimiento a la alta calidad de su obra poética.

 ¿Cuáles son los perfiles culturales actuales de Nueva Zelanda en la literatura y el arte?

Para un país de menos de cinco millones de habitantes Nueva Zelanda tiene una fuerte vida cultural con muchas galerías de arte y festivales de literatura en las principales ciudades. A través de Creative New Zealand el estado invierte en muchos proyectos creativos y cuerpos como New Zealand Book Council fomentan la literatura en escuelas. Acaban de celebrar el Día Nacional de la Poesía con eventos y concursos de poesía por todo el país, donde tuve la oportunidad de poner en macha el concurso ‘Given Words’ basado en mi proyecto Palabras Prestadas, y este mes saldrán anunciados los poemas ganadores. Hay muchos reconocidos escritores indígenas –maoríes y de las Islas Pacíficas– como Albert Wendt, Keri Hulme (quien recibió el premio Booker en 1985 por su libro The Bone People), Hone Tuwhare, Hinemoana Baker y la nueva poeta laureada de Nueva Zelanda, Selina Tusitala Marsh. Uno de los libros que me impactó es Tangi de Witi Ihimaera que dibuja las costumbres maoríes en relación con la muerte.

¿Qué opinas sobre la escena literaria en España desde la experiencia de residencia en Madrid como creador polifacético en los últimos años?

Digamos que me he incorporado al mundo literario en Madrid y tengo mucho por aprender y leer, ya que antes de llegar no sabía castellano. Hay bastante movimiento en la ciudad, con recitales, jams poéticos, slam poetry, y una gran  cantidad de editoriales publicando nuevas voces, pero la literatura carece de apoyo a la creatividad por parte del estado. No obstante cuando presenté mi primer libro, Sr Citizen, en Oxford el librero estuvo sorprendido por la calidad de la edición. Me invitaron a escribir sobre creadores de videopoesía en España y Portugal para el libro The Poetics of Poetry Film (Intellect Books, Bristol, editado por Z. Banks and S. Tremlett) que saldrá dentro de poco y he encontrado bastante movimiento y exploración por parte de los realizadores y los propios poetas, quienes han participado en festivales internacionales de videopoesía.

Háblenos de Antena Blue y su trabajo compartido junto a la autora colombiana Lilian Pallares. 

Nuestro primer trabajo juntos fue a pocas semanas de conocernos y nos pusimos el reto de grabar una animación con cámara de fotos utilizando solo los elementos que se encuentran en la cocina. El resultado fue ‘Llanto Congelado al que le puso música Odette Beris de Inglaterra. Nos encanta trabajar los conceptos, buscar la palabra y la poética en la imagen y estar abiertos a la sorpresa en las grabaciones. Nuestro primer cortometraje ‘La danza de los pinceles’ ganó el segundo premio en el I Festival Flamenco de Cortometrajes y ha sido presentado en Brasil, Francia, Venezuela y Finlandia, además de festivales de flamenco como los de Sevilla y Jerez. Nuestros videopoemas también están recorriendo varios festivales, próximamente participaremos en el Festival Silêncio en Lisboa. En este momento hemos lanzado ‘Poem on the Terrace – poetas neozelandeses'. Una serie para dar a conocer la poesía de las antípodas de España. Cada semana los neozelandeses, Anna Borrie y yo, recitamos y comentamos un poema en una agradable terraza de Madrid. Les invito a verlos en antenablue.com

 ¿Qué opina de islas Canarias tras su pasada experiencia en el Festival 3 Orillas?

Fue mi primera visita a Tenerife junto a Lilián y los poetas Miguel Anxo Fernán Vello, Coriolano González y Pilar González España. Me quedé con ganas de conocer las otras islas. Busqué la altura del Teide y no le gana a la montaña más alta de Nueva Zelanda, Mount Cook, por solamente seis metros. Me recordaba mucho a mi país donde viví cerca del mar con las montañas siempre presentes. De lo poco que conocí me dejó la sensación de un lugar muy artístico con una historia interesante y un sitio donde refugiarse del ajetreo cotidiano.

El Perseguidor-Diario de Avisos

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