José Miguel Junco, poeta
Reencontrarse
tanto tiempo después con la saga de los Van der Walle jalonando la historia de
las islas, nuestra historia, desde los tiempos de la conquista hasta los de la
transición, a través de la prosa magistral de Luis León Barreto, no puede ser
motivo más que de celebración y deleite.
Con una envidiable riqueza léxica y un perfecto
dominio de la técnica narrativa, la prosa de León Barreto resulta admirable por
la cantidad de registros que manifiesta. Pura poesía en la descripción de
paisajes y ambientes, precisión y detallismo en la descripción de monumentos o
lugares concretos, magia en la descripción de rituales destinados a la
expulsión de los malos espíritus, agilidad y emoción durante el juicio,
intensidad en las vivencias de los personajes que conforman la trama.
El asesinato de Ariadna en 1930, víctima de prácticas
relacionadas con la superstición, la hechicería, los conjuros, para ahuyentar
de su cuerpo "los malos espíritus", permite al autor, revivir
aspectos sólidamente incardinados en nuestra cultura, elementos irracionales,
que se entrecruzan como resultado de distintas influencias traídas a las islas
por poblaciones que a lo largo de su historia las han ido conformando. Crisol
de razas, culturas, civilizaciones, que explican nuestro modo de ser, nuestra
concepción de la vida y del mundo y los modos en que se encara al último tabú:
el miedo a la enfermedad y a la muerte.
La llegada a la isla muchos años más tarde de un periodista
enviado por el director del periódico para indagar sobre el suceso de la muerte
de Ariadna y otros asuntos que estaban dirimiéndose en la etapa de la
transición, da una mayor perspectiva e interés a la trama. Realidad y ficción
se mezclan magistralmente para permitir una visión de conjunto de todos los
acontecimientos históricos que nos han ido conformando tal y como somos en la
actualidad.
"Un paseo por el amor y la muerte",
parafraseando el título de la extraordinaria película dirigida por John Huston,
basada en la novela de Hans Koning publicada en 1961. Es eso en gran medida lo
que experimentamos haber hecho al finalizar la lectura de "Las
espiritistas de Telde". Un paseo por nuestros orígenes, nuestros
encontrados e insospechables destinos, nuestra historia profunda, nuestra
idiosincrasia, nuestro modo de ser, actuar y expresarnos.
Animar a la lectura de "Las espiritistas de
Telde" no obedece sólo a nuestro entusiasmo lector, sino a la convicción
de que nos encontramos ante una de las novelas más sólidas de la narrativa
canaria contemporánea.
Gracias, amigo, por tu generoso comentario
ResponderEliminarUna buena novela, un clásico de las letras canarias
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