En fin, en fin, tras tanto andar muriendo, tras tanto varïar vida y destino, tras tanto de uno en otro desatino pensar todo apretar, nada cogiendo,
tras tanto acá y allá yendo y viniendo cual sin aliento inútil peregrino, ¡Rajoy!, tras tanto error del buen camino, tú mismo de ti mal ministro siendo,
hallo, en fin, que hay un muerto en la memoria y por eso está bien eso que esconde, pues es paga entrar en el olvido,
y en un rincón vivir con la victoria de sí, puesto el querer tan sólo adonde es premio el mismo Dios de lo servido.
La vanidad del mundo.
ResponderEliminarEn fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras tanto varïar vida y destino,
tras tanto de uno en otro desatino
pensar todo apretar, nada cogiendo,
tras tanto acá y allá yendo y viniendo
cual sin aliento inútil peregrino,
¡Rajoy!, tras tanto error del buen camino,
tú mismo de ti mal ministro siendo,
hallo, en fin, que hay un muerto en la memoria
y por eso está bien eso que esconde,
pues es paga entrar en el olvido,
y en un rincón vivir con la victoria
de sí, puesto el querer tan sólo adonde
es premio el mismo Dios de lo servido.
FRANCISCO DE ALDANA & I