domingo, 10 de febrero de 2013

La culpa de Alemania en la crisis de España

Vicenç Navarro Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
El establishment alemán es responsable del malestar de las clases populares de España (y de Grecia, Portugal, Irlanda e Italia) y que tiene que ver con la excesiva influencia que tal establishment alemán, y muy en particular el financiero, ha tenido en la gobernanza del euro. Alemania es, sin lugar a dudas, el país que más se ha beneficiado del establecimiento del euro. Hoy el Estado alemán puede conseguir tanto dinero como quiera, sin prácticamente pagar intereses, y ello está íntimamente relacionado con las enormes dificultades que tienen los Estados de los países periféricos para conseguir crédito. Esta situación tan desigual ha hecho que una gran cantidad del capital de los países periféricos se haya desplazado a Alemania, beneficiándola enormemente. Estos estados periféricos están totalmente desarmados frente a los ataques especulativos de los mercados financieros, lo que no ocurre por casualidad. Esto se debe a la enorme influencia del Bundesbank, que ha conseguido durante muchos años frenar la compra de bonos públicos de los estados, forzando, en su lugar, a que el BCE preste dinero a los bancos alemanes y de otros países europeos (incluyendo España) a unos intereses bajísimos, con el que éstos compran la deuda pública de tales estados a unos intereses escandalosamente altos. La prensa delestablishment alemán tiene la osadía (para ponerlo de una manera amable) de decir que el hecho de que los intereses sean tan altos se debe a la indisciplina fiscal del pueblo español, cuyo subfinanciado Estado del Bienestar se está recortando más y más para pagar a los bancos alemanes. Pero el establishment alemán se beneficia incluso más de la situación pues, al no poder devaluar la moneda, tales países no pueden competir con los productos alemanes a través de la devaluación monetaria. Todos estos hechos no aparecen en la prensa alemana, ni en la “respetable” ni en la popular. En esta última, el mensaje es profundamente ofensivo y está encaminado a que el trabajador alemán vea al trabajador español, griego, portugués, irlandés o italiano como el beneficiario de sus impuestos, pagados para que, en el último término, continúen estos parásitos del sur de Europa beneficiándose de unos estándares de bienestar excesivamente generosos. En realidad, la Sra. Merkel ha utilizado expresiones muy parecidas. Una vez más, el establishment alemán utiliza el racismo para movilizar a sus clases populares, desviando la queja ante la situación en la que el trabajador alemán se encuentra (con bajos salarios y escasa protección social) hacia el trabajador extranjero en lugar de dirigir su justo enfado al establishment alemán. En realidad, una de las víctimas de las políticas delestablishment alemán ha sido la propia clase trabajadora alemana, pues sus salarios han sido mantenidos muy por debajo del nivel de su productividad. El famoso supuesto éxito exportador alemán se basa precisamente en este hecho.
Las regresivas reformas Schröder-Merkel crearon un enorme problema de demanda doméstica debido a la limitada capacidad adquisitiva de la clase trabajadora alemana. Ello facilitó que la economía alemana tuviera como motor las exportaciones en lugar de la demanda doméstica, situación que perjudica a su clase trabajadora y a todas las clases populares de los países de la Eurozona, pues la recesión no habría aparecido si hubiera crecido la demanda doméstica alemana, lo cual habría estimulado la economía europea. Lo mejor para el trabajador alemán hubiera sido también lo mejor para el trabajador español (y griego, portugués, irlandés e italiano). Es más, tal crecimiento de la demanda doméstica alemana, además de estimular el crecimiento económico europeo, habría debilitado algo al euro (pues el saldo de la balanza de pagos alemana no habría sido tan exagerado) facilitando la competitividad de todos los países europeos. Pueden ver los lectores alemanes que el establishment de poder en Alemania, centrado en el capital financiero y en el exportador tiene muchísima responsabilidad en lo que está ocurriendo en Europa. Ni que decir tiene que sus políticas cuentan con la complicidad de las elites gobernantes en los países periféricos de la eurozona que están llevando a  cabo tales políticas enormemente impopulares, destruyendo, en el proceso, la idea y concepto de Europa, con el fin de salvar su euro. Y lo están consiguiendo.
(Resumen de su artículo en el diario Público)

No hay comentarios:

Publicar un comentario