A lo largo de su vida
se refirió a las dos obras que lo marcaron: “El Cantar de los Cantares”,
atribuido al rey Salomón, libro integrante de la Biblia , y la obra del
peruano César Vallejo. Su reconocimiento a este poeta lo llevaría a
recorrer distintos lugares con la conferencia: “Vallejo, inventor de
realidades”. Una vez en Lanzarote, desarrolla amistad con Félix Hormiga
y Gorgonio Martín Muñoz, con quienes fundó la editorial Cíclope. La dedicatoria
de su último poemario, “Esto que la luz me dicta ahora” refleja su tristeza
ante la muerte de Gorgonio.
En 2009, con apoyo del Ayuntamiento de San Bartolomé, publica su “Guía Turística no
Oficial”, crítica al desarrollismo turístico.
En su poema “Se nos acaba de morir un hombre” (1966) se
expresaba así:
Se
nos acaba de morir un hombre.
es
necesario recordar su infancia;
volver
a los umbrales de la risa
donde
es la muerte tan lejana.
su
vida fue sencilla,
como
el brotar del trigo la mañana.
(La
tristeza afloraba entre sus ojos
presagiando
el final de la mirada)
Su honradez, su entrega y su sentido de la amistad se reflejan en este fragmento de su Testimonio Vital:
Quiero a
los míos, verdaderamente míos,
mis hijos, mis nietos, mi familia,
Carmen de nuevo, siempre.
Quiero a los amigos
como un oloroso pan caliente
en las tahonas del amanecer,
Juan, María, Félix, Pedro, Daniel, Miguel,
Gorgonio, Gorgonio,
¿por qué te fuiste despacio sin avisarme?
¿Por qué te apropiaste del silencio
y nos dejaste sin palabras, mudos?
mis hijos, mis nietos, mi familia,
Carmen de nuevo, siempre.
Quiero a los amigos
como un oloroso pan caliente
en las tahonas del amanecer,
Juan, María, Félix, Pedro, Daniel, Miguel,
Gorgonio, Gorgonio,
¿por qué te fuiste despacio sin avisarme?
¿Por qué te apropiaste del silencio
y nos dejaste sin palabras, mudos?
Ilustración tomada de www.acasajosesaramago.com
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