Cada
vez hay más gente sin trabajo, víctima de los recortes. Y tú quieres demostrar
que falta personal, que haría falta contratar mucha más gente. Además, y esto
lo sabes bien: los incendios son casi siempre por la tarde, al atardecer,
cuando se extienden las sombras. ¿Y por qué? Porque entonces ya han terminado
los turnos de la mañana de los servicios y el movilizar gente para apagar el
fuego supone muchas horas extras a las instituciones. Lo tienes claro: sabes
que no van a ahorrar ni un céntimo.
Sabes
bien que tienes que recorrer kilómetros, de poco vale prender solo un foco.
Tienes que prender en varios sitios, para que el efecto sea más determinante.
Además, actúas por contagio. Puede que el primer fuego del verano sea en el
Pirineo, el segundo en Valencia, el tercero en Tenerife, el cuarto en La Palma , el quinto y más
devastador en La Gomera. Sin
olvidarnos de que tú o tal vez otros amigos tuyos en pocos días volverán a
pegar fuego en los montes de León, otra vez en Tenerife, otra vez en La Palma , otra vez en La Gomera. Dicen los expertos que
la piromanía es un trastorno psicológico raro, pero tan raro no debe ser cuando
tú sabes muy bien lo que debes hacer. ¡Cómo explicar el gozo que sientes al
sembrar las llamas, relajación, placer, intensidad emocional, casi un orgasmo
al presenciar cómo crecen, incluso al extinguirlas participando en las brigadas
como si tú no hubieses tenido nada que ver con ellas! Nadie te descubre, nadie
te delata. Tienes la suerte de vivir en un país donde destruir lo público no
importa mucho, penas irrisorias y beneficios penitenciarios. La piromanía es un
desorden mental muy raro, dice internet, y los pirómanos nunca van a hospitales
psiquiátricos. Así nos va.
Interesante reflexión sobre la mente de los pirómanos.
ResponderEliminarUna realidad que se produce todos los veranos y nos hunde en el pánico y en la miseria.
blog-rosariovalcarcel.blogspot.com