Hermano del pianista Pedro
Espinosa, que fue nombrado Hijo Predilecto de Gáldar, Baltasar también fue pianista
y poeta, y vivió la mayor parte de su vida en Madrid, donde participó en
eventos poéticos junto a autores como Félix Grande, Francisco Brines, José
Hierro, Antonio Gala, Fernando Quiñones y otros. En 1962 formó parte de la
antología Versos para Antonio Machado, donde compartió espacio con Rafael
Alberti, Blas de Otero, Gloria Fuertes o Gabriel Celaya. La poesía de Espinosa
tiene una fuerza expresiva particular, pero fue una obra breve y tampoco ayuda
el hecho de que no haya poemas suyos en internet, espacio donde sus referencias
son inexistentes. Por eso, Espinosa es hoy en día un autor desconocido, no solo
para las nuevas generaciones sino también para la crítica literaria. Su obra es
de breve dimensión pero intensa, recuerda a Alonso Quesada en cuanto a un cierto
sentimiento agónico de la vida y el paisaje. Es también una poesía de pequeños
hechos cotidianos, como el poema Ayer salió, en recuerdo de su madre. Esa voz
doméstica que describe la isla en Marino: Toda tu infancia, / salitre que ahora
/ duele.
Tras la inauguración de su Cueva
Pintada, Gáldar se ha puesto de moda, no en vano fue la primera capital de la
Gran Canaria prehispánica, y son abundantes las huellas de nuestros antepasados.
En cuanto a sus aportaciones culturales no podemos olvidar a personas como Antonio
Padrón, Celso Martín de Guzmán, César Ubierna o Ángel Sánchez, figuras
representativas de una dedicación especial a la pintura, a la arqueología, a la
museística, a las letras. El Museo Antonio Padrón es también una referencia
identitaria, aquel pintor de un paisaje reseco, de mujeres medio brujas, de
cabras y jareas. Y ahora llega el turno a la recuperación de Baltasar Espinosa,
autor de estos versos sencillos pero hondos: Tengo la palabra / desnuda. /
Puedo morir. / Vivo. / Tengo abierto / el camino. Una poesía concentrada,
intensa, expresiva, también melancólica y trágica, como cuando dice Quedan
poemas / que no escribirás / nunca / aun cuando a solas cien veces los repitas.
El noroeste se ha activado, la
mejora de las comunicaciones lo ha acercado. En Guía la escritora Isa Guerra convoca
sus ferias del libro y en Gáldar Josefa Molina, remueve el panorama. En su
centro histórico la ciudad tiene una valiosa iglesia, el Museo de Arte Sacro, plazas
dignas de mención, el Teatro Consistorial, el Museo Antonio Padrón, la Casa del
Capitán Quesada, ahora transformada en el Museo Agáldar y, por supuesto, la
Cueva Pintada, que yacía bajo unas huertas de plataneras y a la que el Cabildo
de Gran Canaria consiguió rescatar. Las esculturas de personajes míticos del
pasado adornan sus calles. También en sus playas hay restos arqueológicos de
notable importancia.
Ahora Gáldar tiene a su poeta, recuperado y enaltecido. Para el año que viene se anuncia la convocatoria de un premio internacional de poesía, en colaboración con la editorial Mercurio, de Jorge Liria, un hombre que no cesa de extender su oficio.
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