Los
hospitales canarios padecen una endémica saturación, el espectáculo de las
urgencias es lamentable durante casi todos los días del año, las listas de espera siguen siendo abultadas y
los profesionales de atención primaria se quejan de que muchas veces han de
recibir a 50 o 60 pacientes en su horario de trabajo. En estos meses en que la
temperatura desciende y vienen oleadas de gripe, las urgencias de los centros
de todas las islas están desbordadas. Se estima que en 5 años faltarán en España,
9.000 médicos más y en la próxima década unos 20.000. Así lo asegura un estudio
encargado por el Ministerio. El déficit ya se notó con la pandemia y las cifras
siguen bajando. Las malas condiciones laborales uno de los pilares
fundamentales del problema y el motivo para que muchos cambien de comunidad o
emigren al extranjero. Sanidad admite la falta de médicos pero hay comunidades
que gestionan peor el problema. Preocupan también las jubilaciones pues unos 80.000
médicos colgarán la bata en los próximos años y no se cubren todas esas plazas.
A pesar de que han aumentado las facultades de medicina, los números siguen
siendo negativos. Porque las especialidades más demandadas no son precisamente
las preferidas. Pero sobre todo hacen muchas falta geriatras, anestesistas y
médicos de familia, alrededor de 10.000. el proceso del envejecimiento de la
población insular es más que evidente salvo en las islas orientales de
Lanzarote y Fuerteventura, por la inmigración.
En
anteriores gobiernos del PP se ha ido reduciendo gradualmente la inversión en
sanidad pública hasta el año 2020 con un porcentaje del PIB del 5.6%. Como
consecuencia lógica, el gasto sanitario privado se ha ido incrementando año por
año, transfiriendo los costes de la sanidad hacia las familias, y todo indica
que esta tendencia irá a más. Ante este panorama, es vital recordar el valor de
la sanidad pública y por qué hay razones de sobra para defenderla frente a
estos tiempos de crisis que se aprovechan como excusa para realizar decisiones
basadas en ideología y no en el beneficio de la sociedad española a largo
plazo.
En
Tenerife y Gran Canaria se da una constante en los hospitales públicos, y es la
huida de los mejores profesionales hacia los centros privados. Una tendencia
que es más visible de año en año, a la vez que también es muy visible el apogeo
de los nuevos hospitales privados en zonas estratégicas, por ejemplo en el sur
turístico de Maspalomas–Meloneras. El Estado no acomete inversiones en esas
zonas donde la población crece continuamente, y la medicina privada se
establece con mucha fuerza, esto se aprecia con la misma rotundidad en la isla
de Tenerife.
Es poco creíble que las facultades de Medicina establezcan dificultades para el acceso de nuevos alumnos mientras se abre la mano a la contratación de profesionales venidos de otros países. Todo esto tendrá que ser revisado, y lo que está muy claro por encima de todo es que el Estado del Bienestar tiene un cimiento fundamental en la sanidad pública, universal y gratuita. Por todo ello, conviene recordar que la tendencia a desmantelar un modelo sanitario en beneficio de otro nos puede hacer retroceder en el túnel del tiempo.
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