Julio Cortázar murió
un 12 de febrero de 1984 en París, Francia, su ciudad de exilio y
residencia. A 36 años de su muerte, recuerdo al visionario autor de Bestiario,
Final de Juego, Rayuela, exiliado de Argentina en gobierno de Perón a inicios
de los años 50. Excluido siempre por los poderes menesterosos de Argentina, por
su adhesión a la revolución cubana libertadora, su amistad con Fidel Castro y
el "Che" Guevara (lo crucificaron y estigmatizaron en Argentina los
politicastros todos, como así también la tilinguería burguesa y careta, que
todo lo degrada y los intelectualoides), su austeridad y humildad en relación
con la otredad, siempre dispuesto a dialogar. Sobre todo deseo remarcar a los
escribas, léase escritores, del fascismo reinante ayer, hoy y siempre en
Argentina, temerosos a la libertad, que lo han expulsado, envidiado, ¡vaya si
lo envidiaron!, por ser una competencia demasiado alta (en físico y capacidad
creativa), por su calidad de fundador de una escritura que se propagaría por
toda Latinoamérica, referente indiscutible de nuestra tierra.
Poderes de turno de este país que eleva como símbolo a
mercenarios, mandarines y mandaderos de corporaciones faranduleras, que
pretenden construir cultura "chatarra", sólo para arrastrados con
contactos de todo tipo, los alcahuetes excluyentes del talento, los que jamás
cumplirán con la función de propagadores de la libertad y la verdad, los
artistas del verbo devenido en escritura, que apuntalan el tránsito de una vida
que valga la pena ser experimentada. Julio Cortázar, artista del verbo elevado
a escritura milagrosa, donde la magia tiene sitial de honor, leído por
generaciones de las más diversas regiones del mundo, ayer, hoy y pareciera por
siempre, nos dejó un inigualable legado, hoy alabado hasta por los pasquines de
la dictadura.
Su obra vigente siempre llevada al cine entre otros
directores por Joseph Losey en su film "Ceremonia Secreta", con
elenco excepcional Elizabeth Taylor y Mia Farrow. Cortázar nunca ha dejado de
escribir sobre Buenos Aires, sus sitios (Galería Güemes) donde transcurre uno
de sus relatos en "El Mismo cielo" incluido en su obra "Todos
los fuegos el fuego", a la que vinculó con la Galería Vivianne de París,
su casa de Agronomía en los años 30, que lo inspiró para escribir esa obra
maestra, cuento breve "Casa tomada", El "London Bar" de
Avenida de Mayo y Perú, donde se inspiró para escribir su novela "Los
premios". Tuve un encuentro casual, junto a otras personas, con Julio
Cortázar en Corrientes y Florida el 10 de diciembre de 1983, cuando llegó a
Buenos Aires, luego de muchos años de ausencia, a ofrecer sus servicios al
gobierno de Raúl Alfonsín, quien tenía como intelectual emblema a Ernesto
Sábato (ideólogo de la teoría de los "dos demonios", que demonizaba a
la izquierda, como si fuera la contra parte necesaria del terrorismo de
estado).
Jamás fue recibido. Sería fundamental que este hecho tenga
espacio en los medios mercenarios corporativistas, pues marca pautas del
comportamiento de Argentina con seres plenos de talento, ideales e ideas, a
pesar de todos los contratiempos que se les presentan, seres libres y amantes
de la verdad y la igualdad. En Argentina, como he dicho en una entrevista
concedida a un medio extranjero: "Nadie es profeta en su tierra, sólo bajo
tierra", que persista la memoria, para que el “eterno retorno”, frase
acuñada por los estoicos y tomada por Nietzsche, no siga repitiéndose. Pero soy
un escéptico, nada modificará el ADN de los argentinos, tan proclives a
polemizar en asuntos vanos y vacuos y no prestarse a un diálogo veraz sobre
nuestra historia, plagada de encuentros desencuentros, enfrentamientos y sobre
todo traiciones... escrita por los cipayos y empleados de instituciones
oficiales. Nuestra historia es una muestra clara en proyección de lo que jamás
debe ser.
La democracia retornaba, parecía a cicatrizar heridas de un
período de sangre y asesinatos, desapariciones y apropiaciones, censura que aún
continúa y mercenarios con futuro calculado por las corporaciones eliminadoras
de la cultura. Jamás recibió respuesta del gobierno de Alfonsín, el bautizado
"padre de la democracia", por fanáticos que precisan del líder para
seguir sobreviviendo, la democracia tiene adeptos y padres… me parece una
desmesura propia de adulones... Julio Cortázar, ignorado por las autoridades,
no así por el ciudadano, tal mi caso y el de muchos otros/as que lo recibimos
con admiración y calidez, con respeto y alegría. Parecía que el “hijo pródigo”
de nuestras letras volvía a radicarse, pero fue excluido, nada fuera de las
costumbres de politicastros y mercaderes de la cultura, que todo lo malogran. Después
de visitar a varios amigos, vuelve a París, donde muere el 12 de febrero de
1984, apenas dos meses después. De este modo los gobiernos argentinos, de todo
tipo y color, excluyen a los talentos. Julio Cortázar, un grande de verdad, sin
publicidad mercenaria ni apuntalamiento de lacras serviles a la eliminación de
la literatura y la poesía, sólo su talento lo ha elevado al Olimpo de los
eternos creadores, los que jamás mueren. Que persista la memoria, pues estos
actos de invisibilizar a los creadores se repiten día a día.
A modo de epílogo intentado, les dejo un poema peregrino
escrito por Julio Cortázar al "Che" Guevara:
"Yo tuve un hermano. No nos vimos nunca
Pero no importaba. Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía”.
Eduardo Sanguinetti
es escritor, reside en Buenos Aires
Me ha encantado conocer más de su historia
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