martes, 5 de abril de 2016

Argentina: elogio del silencio


Por Eduardo Sanguinetti, filósofo   (Mar del Plata)

Repensar en Argentina, su cultura y circunstancia, significa entablar un diálogo con la “falsa modestia”, presentes en el diario La Nación: sin problemas espectaculares, sin causas apasionantes. Los diversos sectores que conforman este medio, en una agenda de ¿cultura envasada al vacío, con fecha de vencimiento? parecen definitivamente arreglados, sumergidos en una fase de indefinido y satisfecho estancamiento.

Es indispensable recordar, que siempre, la postura de Mitre, el fundador de La Nación, respecto a Suramérica fue de completa indiferencia. Un claro ejemplo deja a las claras su postura liberal europeizante cuando su gobierno fue invitado a participar del Congreso Panamericano de 1862, en Lima, para pronunciarse en contra de la invasión francesa de México y la anexión de Santo Domingo.

Mitre se negó rotundamente a nombrar un representante y la respuesta de su canciller Rufino de Elizalde a la invitación fue: “La América Independiente es una entidad política que no existe ni es posible constituir por combinaciones diplomáticas, no podrá nunca formar una sola entidad política (…) Por lo que hace a la República Argentina, jamás ha temido por ninguna amenaza de Europa en conjunto, ni de ninguna de las naciones que la forman (…) Puede decirse que la República está identificada con la Europa hasta lo más que es posible”.

Y en el presente, fiel a su postura colonialista y snob, las noticias acerca del arribo del presidente de Estados Unidos, nutridas en abundancia de halagos innecesarios, hacia Barack Obama, representante de una nación, responsable directa del plan Cóndor, en fecha que se conmemora el 40º aniversario del Golpe Militar en la República Argentina, son absolutamente prescindibles… notas, replicadas por este medio afín, desde su fundación, a los intereses de las multinacionales, la Iglesia Católica, las Fuerzas Armadas y la oligarquía agrícola ganadera de la Argentina. Y hoy, también afín a las neoburguesías asimiladas a las prácticas de la levedad y la exclusión… Me refiero a notas, que son una ofensa clara y abominable, a todos los desaparecidos, perseguidos, exiliados y torturados, en aquel tiempo: una generación traicionada y perdida, nutrida de ideas e ideales.

Noticias que tienden a “desactivar” o “neutralizar” el accionar libertario de un pueblo, el argentino, que levanta las banderas de una definitiva descolonización y de marcar puntualmente dónde está el enemigo de la autodeterminación de los pueblos, presentes en Argentina en las oligarquías, burguesías ridículas, farándula conformada por conductores/as de TV, modelos de pasarela y publicidades al servicio de productos lo menos durables posibles, empresarios corporacionistas “todo terreno”, que animan el festival de la noticia omitida… en fin, personeros de la banalidad, la frivolidad, la ausencia de compromiso y sobre todo, el negociar al mejor postor su degradado discurso de barricada, que exige el poder neoliberal, a cambio de poder pasar a otro estadio, en el afán de trepar la pirámide de la fama y el éxito simulado.

Este monopólico medio de comunicación, excluyente, que armó el relato imperial de la sangrienta dictadura militar de Videla, como así también aplaudiendo el 11 de setiembre de 1973 la caída y muerte del presidente Salvador Allende, presentes en sus portadas de aquellos días, donde el terrorismo de Estado, sentaba reales en nuestra Latinoamérica sojuzgada, marca pautas de tendencias claramente proimperialistas y neoliberales, de entrega de nuestra soberanía.

La enorme concentración de las principales fuentes de información conduce necesariamente a una equivalente homologación de los periódicos que se elaboran con ellas… en un tiempo donde debería la escasez informativa ser “asunto del pasado”, este diario, sin peso específico, toma envergadura para lectores anoréxicos, sin ánimos de arribar a la noticia sin atadura y solo con tendencia a cotizar en Bolsa de Valores… parece que este medio no se asimila a la idea, que un medio gráfico, es un objeto personal, íntimo, valioso, envolvente, amigable y efectivo en lograr instalarse en un estadio de conocimiento original y creativo… la primicia es la acción de conseguir lo que otros periodistas no sabían que querían.

Y si bien las grandes agencias tienen como función utilizar un estilo de redacción aséptico, sin valoraciones explícitas ni adjetivaciones, es evidente que la propia selección de lo que se considera beneficioso al sistema controlado por las transnacionales y sus intereses financieros conlleva a ciertas omisiones. Y me pregunto: ¿cómo sería publicado este editorial y “todo lo que debe ocultarse”, en el diario La Nación?

Información que debe ser oculta a los ojos de los ciudadanos del planeta por las corporaciones económico mediáticas, de opinión excluyente y monolítica, al servicio del pensamiento único, donde la libertad de expresión brilla por su ausencia en el universo virtual del simulacro. No olvidemos una “enseñanza” que ha dejado la dictadura militar y sus cómplices civiles, es, que el riesgo al silencio es infinitamente mayor que el riesgo a la palabra.

(Publicado en el diario La República, de Montevideo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario