Si
a estos datos les añadimos que con el incremento de la esperanza de vida los
viejos viven cada vez más años, tenemos un problema casi explosivo en la
atención sanitaria. Si bien crece la demanda sanitaria, estamos exportando cada
año docenas, cientos de profesionales de la sanidad a países como Inglaterra,
Portugal y Marruecos. Jóvenes titulados en Enfermería han de abandonar las
islas en busca de un puesto de trabajo. Además, nuestras facultades de Medicina
tienen numerus clausus y, en cambio, están entrando médicos de otros países que
probablemente no han tenido que someterse a tales restricciones. Hoy en día es
muy frecuente comprobar que en los ambulatorios de la Seguridad Social hay un
porcentaje notable de médicos cubanos y de otros lugares de América Latina,
incluso los hay de Bulgaria y otros países del Este europeo. Únase a todo ello
el grave recorte de presupuestos que el gobierno de la nación está realizando
en este sector, con 33 millones de euros menos en los últimos tres años en
materia de dependencia. También podemos
analizar el informe elaborado por el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales
de Las Palmas sobre la situación de los servicios sociales en Canarias, que
advierte de que las prestaciones públicas lejos de aumentar, se han reducido. Por si
fuera poco, esta tierra soporta una de las tasas de paro más altas de Europa,
con todo lo que ello conlleva. Si la mejor protección social la proporciona
tener empleo, ya no solo porque se reduce el gasto, sino porque se contribuye a
la caja común, carecer de un puesto de trabajo, además de dejar a las personas
a la intemperie, activa una demanda de coberturas que es preciso financiar. Pero
no hay dinero.
Si preocupante es la
situación, más lo es que los responsables públicos no sean conscientes de lo
que está pasando. O si lo son, que no pongan remedio. ¿Se mojarán los partidos
políticos en las elecciones que hay previstas para este año 2015 con propuestas
concretas sobre la atención sanitaria y la protección a las familias?¿O todo se
seguirá aplazando a una etérea recuperación económica? El hecho de que el
Gobierno presidido por Rajoy recorte las aportaciones a Canarias en materia de
dependencia, teniendo en cuenta lo descrito anteriormente, no es de recibo.
Como tampoco lo es que el Ejecutivo regional mantenga un sistema de políticas
sociales lento e insuficiente. La crisis ha hecho crecer el número de hogares
sin ingresos, ha ensanchado las desigualdades sociales y ha duplicado el número
de personas pobres, la pobreza severa se acrecienta y la cifra del paro –pese a
pequeños retoques a la baja– en el archipiélago sigue siendo abrumadora,
impresentable.
Como ejemplo tenemos
la isla de El Hierro, que oficialmente tiene casi 11.000 habitantes pero la
realidad señala que los residentes se han reducido a solo 6.800, siete años de
continuo descenso poblacional según recoge el informe realizado hace muy poco por
la Administración General del Estado y la Guardia Civil. A pesar de todo, el
archipiélago continúa siendo uno de los
baluartes demográficos del país, y así lo refrendan periódicamente las cifras
que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este, en su avance
poblacional contabilizado sobre el primer semestre de 2014, sitúa al
Archipiélago como la segunda comunidad autónoma donde más creció la población,
con un total de 5.690 personas más entre el 1 de enero y el 1 de julio. Ello, a
pesar de que la misma estadística del INE destaca que 7.060 personas se
marcharon de Canarias por distintos motivos durante ese primer semestre de
2014. El saldo migratorio, no obstante, continúa siendo positivo, ya que 11.335
personas llegaron de otros países, la mayor parte suramericanos y comunitarios
(1.501 españoles). La merma de población ha sido más notable en la provincia de
Santa Cruz de Tenerife, con islas en regresión económica y acusada pérdida
poblacional: La Palma, El Hierro, La Gomera.
Además de estos
déficits demográficos y del envejecimiento de la población, tampoco es de recibo
el precio de los billetes de avión dentro de las islas y entre Canarias y la
Península, pues viajar a las Islas o salir de ellas se ha convertido en un verdadero
artículo de lujo. Binter y todas las
demás aprovechan para sacar sangre, ir de Gran Canaria a El Hierro o de
Lanzarote a La Palma es bastante más caro que desplazarse a Alemania o a
Holanda. Los carburantes bajan de precio en origen y las compañías aéreas nos
obsequian con alzas continuas. ¿Cómo se reflejará en los precios de los
billetes la reciente privatización parcial de AENA? Como se ha comprobado en el
soporífero debate de la nación, la política siempre al servicio de los
ciudadanos.
Publicado
en www.laprovincia.es, Opinión
De mucha actualidad, amigo. Este problema se está universalizando...mi percepción es de que irá en aumento. La crisis es sitémica y afecta a todo, y a todos. El flujo de personas aumenta dentro de los países, y de uno a otro; porque todos buscan un bienestar que se va esfumando.
ResponderEliminarAbrazo