Hay otra
interrogación mucho más complicada que estas cuatro, y es la que se siguen
haciendo nuestros líderes de segunda y tercera fila acerca de su importante
misión en esta vida en beneficio de ciudadanos que apenas agradecemos sus
desvelos, por ello pelean ya por las candidaturas para 2015. Estas eminencias
nuestras de andar por casa, con sus ambiciones y sus navajazos cotidianos, con
sus conspiraciones, sus conciliábulos y sus maniobras en la oscuridad, muestran
la grandeza espiritual y cultural de los genios locales, su predisposición al
servicio a la comunidad olvidando sus egoísmos particulares. Y ahora que a don Mariano Rajoy se le ha
ocurrido sacarse de la chistera la reforma de la ley electoral con objeto de
que gobierne el partido más votado en los respectivos ayuntamientos y
comunidades, habría que preguntarse dónde estaban Coalición Canaria y el
Partido Popular cuando no hace tanto tiempo Juan Fernando López Aguilar ganó
las elecciones con la mayor cifra de votos regionales que se recuerda y tanto
unos como otros formaron el consabido gobierno de perdedores. Ya vemos que la
política regional es una historia de líderes que se repiten y que aspiran a la
gloria eterna: a hacerse viejos en el poder. Figuras así tratarían de batir
records de personajes como Fidel Castro, Tito de la ex Yoguslavia, Franco, Hugo
Chávez, etc. Lo que estamos viendo por aquí es la política convertida en
guerras personales, alianzas infernales, frases salidas de tono, gestos que
rayan lo despectivo o van incluso más allá. Una práctica poco productiva para
los intereses de los ciudadanos. Y los propios partidos exhibiendo ante la
ciudadanía sus desventuras, sus carencias de liderazgo, sus cuitas internas,
sus divergencias y sus luchas de poder, las alianzas innombrables y las
traiciones. En fin: un espectáculo poco edificante, esto es lo que hay cuando
faltan diez meses para la próxima convocatoria electoral.
Pero, como en
política también abundan las reencarnaciones, recordemos el impacto que originó
la revelación de la presunta luz al final del túnel, no el túnel de la crisis
económica -que también se las trae- sino la del túnel que conduce a la muerte.
Y es que en su célebre libro de 1975 el psiquiatra y licenciado en filosofía
Raymond Moody recopiló las experiencias de 150 personas que estuvieron en
muerte clínica. Sus conclusiones afirmaban que el enfermo se siente flotar y
contempla el dormitorio, el quirófano o el lugar en que se encuentre, en una
experiencia extracorporal. Después cree que se eleva y atraviesa un túnel, en
cuyo final ve una luz blanca, a veces adquiere el aspecto de una figura. Familiares
y amigos van a su encuentro, y aparece una voz o una presencia. Se establece un
diálogo y se presenta una visión global de la vida de quien acaba de morir, quienes
lo han experimentado afirman haber perdido el miedo a la muerte, y se toman la
existencia con más serenidad. Ampliando sus experiencias, Moody ha hablado de
regresiones a vidas pasadas, él mismo confiesa haber tenido nueve vidas
anteriores.Recientemente, un catedrático de Neurobiología de la universidad de Amsterdam, Dick Swaab, ha sostenido que las experiencias cercanas a la muerte son fruto de una anomalía cerebral. Sobre la sensación de "flotar" fuera del propio cuerpo, lo atribuye a que una parte del cerebro, la zona del giro angular responsable de la sensación del equilibrio, no recibe suficiente oxígeno cuando sobreviene la muerte clínica. Para reforzar sus teorías, Dick Swaab, que dirige un equipo en el Instituto Holandés de Neurociencias, ha estimulado la misma zona cerebral en pacientes conscientes, que también han experimentado idéntica sensación de verse desde fuera, pero que vuelven a su lugar cuando acaba la estimulación. Considera que toda orientación sexual se determina en el útero materno, afirmación que ha generado polémicas por su determinismo y por considerar que ningún tratamiento posterior modificará nuestra carga genética sexual. "Es nuestro cerebro quien escoge la pareja adecuada. La relación de pareja se hace de manera inconsciente y eso se llama enamoramiento, pero es el cerebro quien está valorando todas las ventajas e inconvenientes a toda velocidad", argumenta. Ya ven que los científicos se empeñan en desterrar el romanticismo: el amor acaba siendo una descarga de reacciones químicas.
Para mantener en forma el cerebro conseja llevar una vida saludable, manteniendo a raya la obesidad para no debilitar los vasos sanguíneos, así como no abusar de fármacos. "Las personas del sur se medican mucho, en Madrid y Barcelona compruebo que hay una farmacia en cada esquina. Yo no tomo ningún medicamento. Mejor gastarte el dinero en un buen libro, para agilizar la mente", aconseja. Aquí en vez de libros tenemos bares, fútbol y farmacias, con todo ello recibimos vida y serenidad, de ahí que se haya disparado el consumo de ansiolíticos. En cuanto a los bares, ya se sabe que cualquier capital española tiene más que toda Alemania. Y en cuanto a las librerías, ya se sabe que cualquier capital alemana de medio fuste tiene más librerías que toda España. Pero no desesperemos: dado que España empieza a ir bien otra vez, dentro de poco seremos un pueblo con mejor economía, un pueblo culto, respetuoso, adorable. Con unos representantes públicos dignos, transparentes, empeñados siempre en el mejor servicio a los ciudadanos.
(Ilustraciones: Dante y Beatriz en el paraíso, de Gustav Doré. Paulino Rivero, político)
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