DAVID YAGÜE 11.07.2014 -
"La evolución humana podría convertirse, en cuestión de años, en una cuestión tecnológica en vez de biológica". Quién lo afirma es Craig Russell, escritor escocés, padre del policía Jan Fabel y el detective privado Lennox, que, curiosamente, aprovechó la Semana Negra de Gijón para presentarse como un autor diferente, conocido como Christopher Galt, seudónimo con el que firma una de sus últimas novelas publicadas en España, El tercer testamento (Roca Editorial, 2014). Un thriller de ciencia ficción en el que se abren multitud de interrogantes sobre el futuro de la ciencia y de la humanidad, el posthumanismo, la realidad... "No es ciencia ficción, sino ficción sobre ciencia", aclara Russell / Galt. Este escocés de trato cálido recibió a 20minutos, antes de presentar sus dos últimos hijos literarios en Gijón, el último caso del inspector Fabel Miedo a las aguas oscuras y la mencionada El tercer testamento. Dos obras, que desde perspectivas diferentes, "exploran temas de futuro" y sus implicaciones. Un futuro que este escritor ve con "grandes posibilidades", pero también "oscuro" y "aterrador". "Cuando crecí, filosofía y religión y ciencia y tecnología caminaban separados, pero los avances tecnológicos se están acelerando como nunca", explica, "ahora estas últimas están teniendo unas implicaciones profundamente filosóficas e incluso religiosas". Russell, que tuvo esta historia en su cabeza durante siete años, tituló originalmente esta historia con el significativo título de 'Biblical' (bíblico, en español). El desarrollo tecnológico no se va a detener, pero tendremos que legislar en qué áreas de la vida no va usarse"Los beneficios de los avances tecnológicos son claros, pero están siendo tan veloces que es difícil imaginar dónde estaremos dentro de pocas décadas. La tecnología nos está convirtiendo en dioses y es algo que puede resultar aterrador", afirma sobre esos interrogantes. Russell, un apasionado de la ciencia y en concreto de la genética, se refiere varias veces al movimiento posthumanista (o también transhumanista), que defiende que el siguiente paso de la evolución humana debe ser integrar la tecnología para superar las limitaciones humanas. "En los próximos años van a crecer las posiciones de este tipo y de los grupos que estarán en contra, que incluso podrían ser violentos, como los luditas de la Inglaterra del siglo XIX". En la novela grupos fundamentalistas religosos de distinto signo atentan contra científicos e instalaciones de investigación. Las redes sociales e Internet también tiene su eco en esta lucha que hace plantearse qué es real y qué virtual. Russell, que confiesa que sólo utiliza las redes sociales de un modo "profesional" y no personal, investigó para esta novela "la tendencia de jóvenes japoneses que viven con sus padres, duermen de día y se levantan de noche para vivir casi exclusivamente en Internet" y el trastorno discociativo que hace que quienes lo sufran no sepan distinguir "cuándo están en la vida real o en la virtual". Ante ese conflicto, este escocés de aspecto tranquilo asegura que "el desarrollo no se podrá detener, pero tendremos que legislar cómo vamos a usar esos desarrollos tecnológicos y en qué áreas de nuestras vidas no van a poder usarse
(De www.20minutos.com)
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