Hace casi veinte años que empezó a trabajar Alfredo Herrera Piqué en la propuesta de Triana-Vegueta como patrimonio de la Humanidad según la Unesco, idea bien vista por el ministerio de Cultura pero que, de manera incomprensible, no siguió adelante. Fue Herrera Piqué el autor de aquel pormenorizado informe que no tuvo continuidad. El propio autor publicó una amplia monografía histórica sobre la ciudad, titulada precisamente Las Palmas de Gran Canaria, que tuvo tanto éxito que hubo de ser reeditada. Y ahora un grupo de plataformas ciudadanas, instituciones y activistas, quieren volver a la batalla porque estiman que la idea es justa y necesaria.
Siempre recuerdo las palabas de don Jesús Hernández Perera, catedrático de Historia del Arte y antiguo rector de la universidad de La Laguna, cuando nos dijo que el eje Plaza de Santa Ana-Obispo Codina-Gabinete Literario le parecía un entorno digno de la ciudad de Florencia, tal es su calidad estética, a mi modo lo más bello de la parte antigua si añadimos la Casa de Colón, la calle de los Balcones, la Plaza del Pilar Nuevo y la calle Espíritu Santo con su fuente cubierta. Pues bien: ojalá en esta segunda oportunidad las cosas se gestionen mejor, ojalá se toquen todos apoyos y llegue el éxito. Un proceso que, en todo caso, sin duda va a ser lento por los muchos requisitos y comprobaciones que se exigen.
El portavoz de la plataforma, Antonio Aguado, y el vicerrector de Cultura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Miguel Álamo, han presentado el contenido de la moción, que entienden que debe ser la misma en todos los 21 ayuntamientos de la isla con el fin de evitar disparidad de criterios, confusión y desmotivación.
Se nos dice que el texto de la propuesta se ha redactado ahora de la «forma más amplia y constructiva posible» para lograr una plena identificación y consenso entre todos los ayuntamientos, ha recalcado Aguado, quien ha subrayado que la plataforma considera muy importante recabar este apoyo desde la unidad porque el centro histórico forma parte del conjunto de la isla y, en consecuencia, pertenece a todos y cada uno de los grancanarios.
El núcleo histórico de Vegueta-Triana reúne unos valores excepcionales, exclusivos y trascendentes que le permiten optar al reconocimiento de la Unesco y su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial cultural, como recoge el proyecto que redactó y documentó su mejor conocedor, Herrera Piqué, que fue remitido en 2006 al Ministerio de Cultura, que lo acogió favorablemente. Un proyecto que se fundamenta en siete volúmenes y que ahora parte con un mayor respaldo ciudadano e institucional. Triana-Vegueta es un conjunto urbano digno de la mayor protección, pues sienta el modelo constructivo que se asienta en América Latina, y, a pesar de lo mucho que se ha destruido, todavía quedan en pie suficientes edificios, plazas, pasajes y rincones dignos de contemplación. Lo importante es emprender una campaña semejante a la que otorgó la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una campaña para que podamos exportar la idea de nuestros ancestros sevillanos, portugueses, centroamericanos, nuestra arquitectura colonial de ida y vuelta con América. Cómo nos parecemos al barrio de Santa Cruz de Sevillla, a Trinidad en Cuba, cómo hemos adoptado el gusto por los balcones que trajeron los lusitanos. No en vanos consolidamos el mestizaje a muchos niveles.
Con sus arcos ojivales, sus patios interiores, sus zaguanes, sus iglesias, con los edificios de la época fundacional y sus plazas, con las decoraciones modernistas de las fachadas de la Calle Mayor, con sus ejemplos de arquitectura colonial estos dos sectores conservan señas de identidad suficientes como para merecer la aprobación del expediente iniciado, y que ahora esta segunda vez sea la buena.
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