Que por mayo era, por mayo
cuando los grandes calores,
cuando los enamorados
van servir a sus amores,
sino yo, triste mezquino,
que yago en estas prisiones,
que ni sé cuándo es de día,
ni menos cuándo es de noche
sino por una avecilla
que me cantaba al albor:
matómela un ballestero;
¡déle Dios mal galardón!
Anónimo
Mira, soy nuevo en el ámbito de los poemas y quería ver si podrías ver los míos y calificarlos para mejorar, todo esta en mi blog
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