Rosario Valcárcel
empezó a publicar sus libros tardíamente, pero desde entonces afronta
seriamente la escritura. Poeta y narradora, señala que se siente más cómoda en
el terreno de la narrativa, es el género que confiesa hacer con naturalidad ya
que en él puede contar, hacer ficción o narrar la realidad sobre la rutina y la
cotidianeidad, fabular o explayarse sobre el poder de la fantasía. Piensa que
el acto de la creación fluye con libertad y eso le permite adoptar figuras e
imágenes diferentes a la vez. Puede escribir con el mismo componente poético
novela o relatos, prólogos o comentarios sobre libros o exposiciones de arte.
En cambio, escribir poesía es algo más hondo, profundo, meditado, más potente y
silencioso, más nostálgico. Con la poesía siente como la palabra a veces
tiembla y sufre, acaricia o goza, y es entonces cuando la poesía la transporta
a un universo más humano, lo que le hace sentirse a gusto.
Se considera que su
obra es una reflexión sobre el tiempo y la condición humana, y con cierta
frecuencia utiliza un tono de denuncia social. Afirma que su literatura ha
tenido desde sus comienzos una carga sensual, en la que predomina el amor
físico, los afectos, el placer y el sufrimiento, la conciencia de la fugacidad
de la vida. Por eso sus trabajos aluden casi siempre a la felicidad que se
extingue y tras la que queda el sufrimiento, el vacío y la desolación por la
que pasan los humanos. Cree que los escritores deben aportar pensamiento,
reflexión, deleite y sobre todo coherencia y compromiso social. “Por eso
mientras las denuncias de víctimas, mujeres u hombres, asciendan, mientras haya
una sola mujer sin visibilizar, apuñalada, atropellada, quemada viva, descuartizada,
lanzada al vacío, violentada psíquicamente, y mientras siga existiendo la
ablación del clítoris, las bodas entre niñas y ancianos y los trabajos
infantiles, el acoso escolar, el tráfico de órganos, es necesario el hecho
poético y la rebeldía contra las injusticias, como denuncia social. Esto es
algo que caracteriza mi obra, así el poema titulado La Purificación, una
condena contra la ablación que, a pesar de estar prohibida en muchos países, se
sigue practicando con total impunidad sobre todo en África.”
-Otras veces utiliza
el erotismo para hablar de la condición humana. ¿Está de acuerdo?
-Estoy de acuerdo.
No olvidemos que el erotismo y el sexo han estado asociados a la sociedad, la
cultura, la literatura, la condición humana desde el inicio de los tiempos.
Desgraciadamente en España las sociedades patriarcales frenaron y negaron el
disfrute del sexo de la mujer, que ha estado marcado por la religión, la
culpabilidad y los tabúes. El deseo y el sexo eran entendidos como sombras
pecaminosas, vivíamos entre el cielo y el infierno impidiendo el influjo de
Eros en las artes. Existía una incapacidad para entrar en los dominios de
Afrodita, de alguna forma se sublimaba. Y por lo tanto no ha sido un tema que
se haya prodigado en tiempos pretéritos. Pero hoy hablar del amor, lujuria,
pasión, deseo, infidelidad, insatisfacción o juego placentero y todas las
exaltaciones sexuales es algo que está presente en todas las facetas de la
vida: en la política, en la moda, en los medios de comunicación. Se ha convertido
en un canto al mundo y a la condición humana.
-¿Cómo ve el papel
de la mujer en la literatura y en la sociedad?
-A través de la
historia, nunca ha sido fácil para ellas. Hemos tenido siglos enteros de
civilización, guerras, hambrunas y epidemias, el nacimiento de las ciudades o
la vida campesina pero las mujeres han estado atadas como un Prometeo. Su papel
ha sido marginal, aparentemente ausentes en muchos ámbitos de la ciencia y de
la cultura a lo largo de la historia. No tuvieron otra opción que acatar las
“dulzuras” del sometimiento y la resignación, y para poder publicar se
refugiaron bajo seudónimos masculinos.
También desarrolla
una labor como presentadora y divulgadora de exposiciones de arte: “Desde hace
más de una década el curador de arte Diego Casimiro me invitó a participar con
una crítica sobre la obra de la pintora Isabel Echevarría, que exponía en el
Casino de Las Palmas un trabajo titulado El Carnaval del mundo. Y, a pesar de
que me produjo miedo y respeto, acepté porque ¿acaso no comparte la obra
pictórica rasgos comunes con la literatura? Para mí fue un auténtico
descubrimiento, un nuevo comienzo que comparto con los trabajos literarios.
Ahora bien, desde el primer momento no pretendí hacer una crítica al uso, ni
formular juicios atrevidos. Mi desafío fue realizar un comentario poético sobre
la belleza y la verdad que habitan en todo arte, a la vez que contribuir a
divulgar la obra artística.
Nació en la capital
grancanaria, cerca de Las Canteras. Estudió Magisterio y ejerció como profesora
de Lengua e Inglés. A pesar de haber comenzado a publicar en 2006, cuenta con poemarios,
colecciones de cuentos y una novela, tanto en editoriales canarias como en
Alemania, Francia y Rumanía. Considerada pionera del erotismo entre las autoras
insulares, mantiene el blog titulado El
séptimo cielo, participa en periódicos digitales y programas de radio y
televisión. Forma parte del Colectivo Andersen, ha intervenido en centros de
enseñanza y participa en antologías. Como autora le preocupa rescatar la infancia,
el paso del tiempo y la memoria, la fugacidad de la vida y el anhelo de
permanecer. El erotismo y la denuncia social son ejes de su trabajo, así como
la situación de la mujer. Hasta ahora tiene ocho libros: La Peña de la Vieja y otros relatos, Anroart Ediciones, Las Palmas,
2006; Del amor y las pasiones,
relatos, Anroart, 2007; El séptimo cielo,
relatos, Anroart, 2007; Las máscaras de
Afrodita, poesía, Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2009; Sexo, corazón y vida, relatos, Anroart,
2010; Mobby Dick en Las Canteras Beach,
novela, Anroart, 2012; Himno a la vida,
poesía, Nace, 2015; Cuentos gozosos,
Anroart, 2017.
Respecto a sus
proyectos dice: “No me gusta afrontar el futuro sino vivir el presente y en él
poder seguir trabajando, seguir día a día y hacerlo lo mejor que pueda.” En
cuanto a sus traducciones citemos Las
máscaras de Afrodita/Die Masken Aprodites, versión bilingüe español-alemán,
traductor Karl Müller; Himno a la vida/Imnul vietii, 2015, publicado por
Orizon literar contemporan, bilingüe rumano-español, traductores; la novela Moby Dick aux Canaries, L’Harmattan,
París, traducida por Marie-Claire Durand y Jean-Marie Florès, 2015, y el
poemario Hymne an das leben/Himno a la
vida, traducción de Karl Müller, Words for World, 2016.
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