Está claro que el
cambio climático se acelera de año en año, en pleno febrero hemos tenido
temperaturas de otras épocas. En Inglaterra han llegado a los 20 grados, algo inimaginable
en pleno invierno y aquí, con la calima, triplicamos el límite de la
contaminación fijado por la Unión Europea y recomendado por la OMS. La calima
es cada vez más frecuente, y prueba de ello es la saturación de las urgencias
de los hospitales debido a las alergias, los enfermos cardíacos, los que
padecen asma o cualquier otra enfermedad respiratoria. El invierno es cruel con
los enfermos y los ancianos, hemos perdido un chorro de amigos. La primavera
astronómica no llegará hasta finales de marzo, pero las temperaturas son tan
cálidas que dan a entender que todo está patas arriba. La calima en pleno
invierno tanto puede venir con frío como con vaharadas de calor, lo cual no ha
de ser bueno para las plantas, para los cultivos, para los animales y mucho
menos para los humanos. Los termómetros sobrepasan los 25 grados, en las islas
casi llegamos a los 30 y la situación tiende a ser cada vez más marcada. Ha
habido incendios forestales en Garafía y 50 en Cantabria, los del norte
nacieron de la mano del propio jefe de los voluntarios contraincendios.
Ahora las invasiones
del polvo sahariano son más frecuentes que nunca, y las lluvias se reducen año
tras año, así las islas pueden perder el verde que todavía atesoran. El anticiclón está
disparando los problemas, en al menos 26 municipios españoles se han superado
durante varios días los límites legales. Así se desprende de los datos
recopilados por Ecologistas en Acción de la red de estaciones urbanas de
control de la calidad del aire repartidas por el país. El tráfico ha
contribuido a que en municipios de 13 de las 17 comunidades autónomas se hayan
superado esos límites. La meteorología o ayuda a dispersar la contaminación o
contribuye a que se acumule. La ausencia de lluvias y viento por el anticiclón impide
que se dispersen las partículas. A esto también se suman la intrusión de las
masas de polvo africano, polvo que ya sube hasta Francia y Alemania como si tal
cosa. Los ecologistas también critican la falta de medidas eficaces para
reducir el tráfico rodado en las urbes. Se estima que la contaminación
ambiental causa unas 10.000 muertes anuales en el país.
Pues bien: entre las
pocas cosas buenas de la gala de la 91 edición de los Oscar destaquemos las
intervenciones de algunos de los participantes en español, el español es una
segunda lengua norteamericana que ya no puede ser soslayada oficialmente. Particularmente
emotivo fue el parlamento de Javier Bardem cuando se refirió, con subtítulos en
inglés, a la necesidad de que no haya muros entre los pueblos y las culturas.
Los Ángeles tiene una importante colonia de inmigrantes latinos, y el español
es una segunda lengua que gana terreno. La gala de los mayores premios del cine
resultó tediosa y repetitiva porque en la industria cultural descafeinada de
nuestros tiempos todo funciona según la tendencia oficial al uso; por ejemplo
este año los Oscar fueron una concesión al pueblo afroamericano tras su gran
sufrimiento. Desde hace años la negritud se queja por la discriminación
habitual, y desde entonces la industria lava sus culpas y concede premios aquí
y allá, ante todo olvidar los años del KKK, los disturbios en los estados del
sur, los abusos de policías blancos sobre negros indefensos. La declarada mejor
película, Green book, es un ejemplo
de la mala conciencia porque parecía demasiado atrevido premiar en el apartado
principal Roma, un alegato de México
contra tantas barreras, la marginalidad de la pobreza, el malditismo del sur. Las
barreras de los muchos Donald Trump.
No todo ha de ser
negatividad en este artículo, hemos de valorar el gran progreso que la mujer
realiza en nuestra sociedad. En los diversos epígrafes de la creatividad, la
llegada de la democracia ha supuesto una verdadera explosión de talento
femenino en todas las facetas de la vida pero particularmente en literatura,
pintura, docencia e investigación. Nada ha quedado al margen de la aportación
femenina, y ellas son las que más leen, las que más llegan a la universidad,
las que más triunfan a pesar de las limitaciones que la sociedad patriarcal les
impone todavía. La educación es el factor fundamental que ha dado protagonismo
a seres que eran manifiestamente ignorados por sus contemporáneos.
Hay que mencionar el
esfuerzo de los colectivos de mujeres por llamar la atención sobre tantas creadoras
silenciadas porque los tiempos que vivieron fueron malos para la mujer. En el
apartado de los déficits culturales hay que reseñar una vez más la marginalidad
femenina en nuestro entorno. Precisamente un libro de la entusiasta Chicha
Reina, es decir María del Carmen Reina Jiménez, titulado Mujer y cultura en Canarias,
Mercurio Editorial, 2018, se ha ocupado bien del asunto. Un tema sobre el que
ha escrito un sinnúmero de mujeres notables: desde Alicia Llarena a Isabel
Suárez Manrique de Lara, Blanca Hernández Quintana, Cristina Molina Petit y
muchas más. También nosotros hemos escrito más de una vez sobre la
invisibilidad de la mujer en las letras y las artes canarias, en el libro de
ensayos La literatura y la vida. Chicha
ha sido profesora de Inglés, ponente del primer congreso nacional Mujer y
Familia y concejala en Santa Brígida que ocupó áreas tan diversas como Cultura,
Deportes, Juventud, Festejos, Servicios Sociales, Agencia de Desarrollo y
Empleo e Igualdad. Fue asimismo secretaria de la organización Mujeres
Empresarias y miembro de la Asociación Atlante, presidenta del Casino de Santa
Brígida, y autora de numerosos trabajos periodísticos. Pues bien: el texto de
esta mujer es un amplio recopilatorio de nombres, de vidas, de actitudes, con
una amplísima bibliografía. Aquí hay una enormidad de valores en pintura,
escultura y cerámica, en literatura y en música, que la autora recopila hasta
1975, porque desde entonces, con la democracia, es más fácil establecer la
relación. Un legado que no hemos sabido reconocer porque han abundado las
mujeres-sombra, las pioneras en tiempos de silencio, las que tenían que firmar
con seudónimo o con el nombre del marido. Un libro más que útil, escrito por
una mujer caracterizada por su espíritu luchador y respaldado por el Colectivo
de Mujeres Canarias. En nuestro mundo occidental las mujeres ya están aquí, por
desgracia en otros mundos que también viven en este planeta las mujeres siguen
estando marginadas. En definitiva: un libro incontestable.
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