El
ser humano puede ser considerado como tal, cuando puede aprender del pasado
para aplicarlo en el presente y conducirlo al futuro, alentándolo a perseverar
en la vida con esperanzas en la justicia por venir, en igualdad, solidaridad,
libertad y verdad. El ser humano debería interrogar el pasado sin
remordimientos, juzgarlo y condenarlo, en la medida en que la injusticia de
acciones llevadas a cabo por quien detentó el poder en Argentina, me refiero a
Mauricio Macri, ha humillado, reprimido, excluido, discriminado y hambreado al
pueblo argentino… Este pueblo debe tener la fuerza y el coraje preciso para
romper con ese pasado y aplicar las enseñanzas que quedaron, fruto del dolor y
el sufrimiento, de la dignidad mansillada, para vivir una vida que merezca
experimentarse.
Y
queda por preguntarme cuál es el anhelo del pueblo argentino para el futuro,
sobre todo hoy, en que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández se
encuentra en función. Mi escritura gira en torno a la reflexión necesaria,
sobre los cuatro años del gobierno de Macri, donde se ha soportado lo
insoportable, en nombre de la democracia, «ficcional», para que engañarnos,
pues la euforia de las mayorías pueden borrar este pasado reciente, tan
tenebroso y sombrío.
He
permanecido en una Argentina, gobernada por Macri, excluido, silenciado y
amenazado… ya sea de manera directa por los agentes de la ignominia de la
inteligencia vernácula oficial, los medios y sus informantes, que desde su
odio, resentimiento e ignorancia inocultable, operaron de manera sistemática
para sembrar mentiras y desinformación sistemática, en favor de la estafa de un
gobierno depredador.
Hoy,
frente a la pretendida imposición del olvido, que plantean quienes desean
acomodamiento político, en este nuevo ciclo, para ubicarse en un escenario
aparentemente propicio para la diversidad, con la apertura de juego que ofrece
el gobierno de Alberto Fernández, un hombre inteligente, inclusivo, capacitado
en las lides del armado político y sobre todo un «puro», en el sentido original
de esta palabra, a grandes rasgos, estos oportunistas, siempre presentes en la
historia política y cultural argentina, plantean otras prioridades, epidérmicas
e insustanciales, ante el panorama de «tierra arrasada» en que se encuentra
Argentina y que Alberto Fernández no ha ocultado en su discurso de asunción a
la presidencia.
Discurso
formidable en que este presidente plantea tomar decisiones por y para el bien
común del pueblo en igualdad y libertad… creo preciso dejar algunas frases
tomadas al azar de lo manifestado por Fernández en su discurso: «15 millones de
personas sufren inseguridad alimentaria», «la discriminación es imperdonable»,
«sin pan no hay presente ni futuro», «queremos una prensa independiente del
poder», «hay que superar el muro del rencor y el odio», «quiero ser el primero
en convivir con quién piensa distinto», «cerraron 20 mil empresas en 4 años»,
«nadie de afuera nos tiene que dictar nada», «paso el tiempo de los
colonialismos», «vuelve el Ministerio de Salud», «las Malvinas y las islas del
Atlántico sur son nuestras», «los fondos reservados para servicios secretos van
para paliar el hambre», «hay que empezar por los últimos», «esto es una
catástrofe social», «abracemos a todos los que fueron discriminados», «debemos
escapar a la lógica del gatillos fácil», «nunca más a una justicia
contaminada», «nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos
políticos del poder de turno», «Nunca más al Estado secreto», «Nunca más a la
oscuridad que quiebra la confianza», «Nunca más a los sótanos de la democracia»,
Nunca más es nunca más».
El
discurso de Alberto Fernández nos hace reflexionar sobre el horror del gobierno
de Macri y sus cómplices, algunos de los cuales, los fraudulentos personajes de
la «timba financiera», aplaudían a rabiar las palabras lanzadas por el
presidente, ubicados en palcos de preferencia en el Congreso del Palacio
Legislativo… los mismos que difamaron, mintieron escupieron en el rostro de la
libertad de expresión, blindando a Macri offshore… banqueros , empresarios y
otros prescindibles… habría que reflexionar sobre qué rol juegan estas lacras
en Argentina hoy, pues lo planteado por Alberto Fernández, no es menor,
respecto por tiro indirecto a los intereses de estos parásitos y su corte de
escorts que conforman el stablishment grosero, tilingo e ignorante, sin
sensibilidad alguna para con la comunidad, de la que a pesar de ellos forman
parte.
Un
tanto penoso decir que muchas veces es necesario salir del país para poder
pensar sobre el mismo… en Argentina, en estos años se experimentaron
situaciones límites en quienes viven y sobreviven su sus magros salarios,
quienes se nutren de valores éticos, quienes son jubilados, quienes saben que
son los últimos en las prioridades en el orden impuesto por inquisidores y
discriminadores como el pasado gobierno y sus seguidores bestiales, amantes de
las botas y de la represión, de la tortura y la desaparición, de la censura y
la frivolidad de sus medios excluyentes, pasquines de ocasión. Los buitres
neoliberales fascistas acechan, o piensan que se fueron por siempre, es miope
pensar de esa manera… soy un obsesionado de la memoria y de elaborar
conocimientos a partir de lo que ha ocurrido… ¿cómo semejante espécimen ha sido
presidente de Argentina? No obstante, cual heterodoxo eiconoclasta que soy,
espero que se persista en el sendero que han inaugurado Alberto Fernández y
Cristina Fernández, líder indiscutida. Espero que sepan persistir en sus
convicciones, que asisten a todos los hombres y mujeres que pretenden
experimentar una vida en igualdad y libertad.
Eduardo Sanguinetti, filósofo, poeta (Diario República, Montevideo)
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