Samir Delgado /México
El joven poeta canadiense Peter Chiykowski escribió un poema desconocido sobre
Canarias que fue incluido en la antología de la mejor literatura canadiense en inglés
de 2011. Todavía sin traducción al español el poema titulado Notes from the Canary
Islands habla de amor y del deterioro ecológico a nivel planetario. Muchos han sido
los escritores de habla inglesa que han aportado su testimonio vital sobre el paisaje
insular y la órbita atlántica del archipiélago, buena parte de la creación literaria en
el idioma de Derek Walcott ha generado en cada momento histórico la existencia
de lugares privilegiados para el imaginario universal y Canarias ha sido uno de esos
enclaves evocativos por excelencia. Las islas de cualquier latitud constituyen un
referente para el ensueño y no han sido pocos los estudios sobre el papel de la
geografía insular en la obra literaria de muchos creadores extranjeros. Más allá de
la mirada interior que los poetas canarios han forjado durante siglos para fundar
un espacio propio de tradición lírica, hay escritores que visitan las islas a través de
los libros y logran eternizar la experiencia de habitar durante una temporada el
aislamiento que provoca el designio volcánico. Entre los poetas canadienses Peter
Chiykowski representa uno de los testimonios más recientes, el autor que reside en
estos momentos en Londres ha sido galardonado en varias ocasiones por su
creatividad en la novela gráfica y desarrolla su labor profesional en el ámbito del
dibujo y la ciencia ficción. Su poema desconocido sobre Canarias traslada la imagen
de la isla a una lejanía necesaria, el océano amenazado por el imperio del petróleo
se repite como símbolo de la fragilidad ecológica, con una tortuga enredada por los
cables de la civilización y la llamada telefónica que trasciende como detonante del
poema. El joven autor nunca ha visitado Canarias realmente pero la denominación
exótica de las islas vuelve a reiterar el valor de paradigma que ha protagonizado
para autores de diversidad de procedencias.
Entre los poetas canadienses de mayor renombre existen otras voces singulares que
han aterrizado de algún modo sobre suelo canario, el autor Charles Olson ya
conocido por la crítica especializada en los estudios literarios conectaba Gloucester
con las raíces guanches, una mirada mítica que hacía de ambas orillas un espacio
inédito. Al igual que la autora canadiense en lengua francesa Nicole Brossard,
quien visitó Tenerife y Gran Canaria en diciembre de 2002 para incluir la
atmósfera de las islas en su libro de viajes titulado Camino a Trieste, traducido y
publicado en México tres años después. Para unos y otros las islas atesoran un
ingrediente fundamental para la escritura, el lado genuino de un territorio sin más
frontera que el azul del cielo y el mar, una localización física que redunda en la
imagen del acantilado como límite abierto a todos los infinitos. Para el joven poeta
canadiense Peter Chiykowski el mundo podría estar contaminado un poco más
debido a un amor innecesario que atraviesa el frágil hilo de conversación consigo
mismo a través del poema. Y Canarias suma otro apellido a su catálogo de
escritores extranjeros que han visto, más cerca o más lejos, unas islas que también
se reinventan cada día a través de las palabras, de otras lenguas y otros confines
que las sueñan.
(De La Opinión de Tenerife)
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