jueves, 1 de febrero de 2018

Luz Sosa y Dolores Campos-Herrero, una pintora, una escritora

 
Es el momento de las mujeres, las que maduran su arte y el homenaje a las que ya se fueron. Luz Sosa es pintora con la exposición Emociones abierta en el Club La Provincia y Dolores Campos-Herrero, escritora tempranamente fallecida, a la que han editado Historias de Arcadia y otros cuentos. Una antología recién publicada, en Ediciones La Palma, que dirige Nicolás Melini. Todavía recuerdo el domingo en que nos llamó Santiago Gil a primera hora, para que acudiéramos al cementerio del Puerto.
Luz Sosa, pintora grancanaria con antecedentes familiares en La Palma, presenta Emociones en el Club La Provincia, hasta el viernes 16. Estudió Ingeniería, trabajó en publicidad y diseño y poco a poco empezó a pintar. La sala repleta en esta, su tercera individual, aunque ha participado en numerosas colectivas. La muestra consta de 16 cuadros y cuatro acuarelas, la serie central se compone de desnudos femeninos y además hay varios rostros femeninos, simples imágenes. Luz, mujer de hoy, incorpora en su trabajo la idea de redención de las mujeres actuales. La escritora Rosario Valcárcel hizo un análisis de la obra y del recorrido de la artista, que descubrió la pintura en 2003, en un momento de crisis emocional y profesional, y lo hizo por consejo de su madre, también pintora. El trabajo artístico le permitió sentirse libre, aprender el camino de las emociones. Señala Valcárcel que Luz supera su crisis a través de su labor, el ansia de libertad, con pinceladas rápidas, sueltas, inquietantes y lúcidas; aporta imágenes simbólicas sobre la psicología de la mujer, una composición moderna con perspectiva de género y mirada feminista, la mujer activa, deportista e independiente, con criterios propios, que se reivindica por su propia presencia en la sociedad, decidida y activa, desafiante, luchadora. Es visible el camino de afirmación frente a los muchos tabúes de la sociedad antigua.

Hay retratos y autorretratos, rostros y desnudos al óleo sobre fondos acrílicos y acuarelas. Señalemos los cuerpos en el mar, diáfanos y certeros, con una dinámica de las aguas, transparencias sugerentes, y el desnudo de la propia Valcárcel, en el que la mirada y los rojos transmiten sensualidad, seguridad y alegría de vivir. La exposición señala una superación respecto a anteriores aportaciones, ahora se ve una línea de investigación y compromiso, como decíamos los fondos del cuadro son dinámicos y novedosos, confirman deseos de ir más allá de la pintura repetitiva, el atrevimiento de quien pretende construir su camino propio. La artista ya no desea ser una simple copista de imágenes ajenas, ya no desarrolla un simple afán imitador, se aparta de lo decorativo e intenta investigar y crear. Procura presentar su propia voz, se despega de la fácil tarea del repetidor de modelos ajenos e inicia su crecimiento personal, su determinación de mostrarse tal cual es. Así contemplamos a la persona que se afirma más allá del conflicto del tiempo pasado. Este verano llevará su obra a una ciudad de Polonia, en compañía de otros artistas residentes en Gran Canaria, y en meses sucesivos tiene previsto mostrarla en el lugar de sus ancestros, Aridane, La Palma. Si mantiene motivación y trabajo, estamos ante una mujer a tener en cuenta en próximos años.

A Dolores (Tenerife 1954-Las Palmas, 2007) la homenajeamos en aquellas veladas literarias de la Sala Cuasquías, cuando cada cual leía sus relatos, sus poemas. Publicó cuentos tocados por la ironía insular, los homenajes a Carver, la defensa de la condición femenina, la construcción de mundos sutiles, a veces algo siniestros. Sorprendía la velocidad con la que publicaba; su cáncer de mama avanzaba imparable. Construyó su mundo alrededor de los desapegos, los éxodos y las contradicciones, un río turbulento que te arrastra, una ola salvaje. Desamor y energía, desasosiego y sorpresa, el vértigo. Con quince títulos, cultivó la poesía, la literatura infantil y el relato breve, su diálogo con los clásicos logró una obra innovadora y abierta a nuevos caminos, siendo una de las más reconocidas autoras canarias contemporáneas. Con vocación cosmopolita y un humor entre lo naïf y lo irónico, realizó nuevas lecturas de temas tradicionales, y la capacidad de recrear atmósferas siniestras, fantásticas, evocadoras y surrealistas. Periodista, activista cultural e impulsora de talleres literarios, fue una de las primeras firmas que apostó por la mini ficción con títulos como Santos y pecadores; Eva, el Paraíso y otros territorios; Ficciones mínimas y Finales felices. Buceaba en la naturaleza humana, compleja y contradictoria, con humor y trasgresión. El cuento exige tensión, exactitud, un desarrollo minucioso y concentrado; una bengala que sube y derrama sorpresa. Escribía con certera diafanidad, un minimalismo efectivo y contundente; párrafo corto y dicción correcta. Pero la aparente facilidad de lo sencillo escondía un afán de superación, una capacidad de reelaboración constante. La memoria, el foque fantástico que cambia la realidad, la luminosa, la infancia, diálogos punzantes, fogonazos impresionistas. Intuición femenina que despeja el camino, pasión.
En esta recopilación hay historias brevísimas y otras de más cuerpo en distintas localizaciones, desde las cotidianas hasta las exóticas gracias a los viajes. Narradas con agilidad, suelen traer un guiño en su tramo final. Claroscuros, iluminaciones, sombras, tensiones diversas que nos muestran la agria y turbulenta existencia. Cruza un aire ligeramente tenebroso pero también aparece una sonrisa que redime. Las mujeres han estado casi ausentes de la literatura escrita en Canarias, hasta que en los años ochenta del pasado siglo irrumpieron con fuerza. Entonces apareció un grupo de creadoras universitarias, profesionales de la enseñanza y los medios de comunicación, quienes exhibieron capacidad y rica imaginería. Entre ellas figuraba Dolores, tinerfeña criada en Lanzarote y residente en Gran Canaria. En su prosa había capacidad de lirismo y sutileza, desamor y energía, desasosiego y sorpresa. Intuición femenina que despeja el camino, pasión. Como decía Sabas Martín “su universo literario aparece regido por la ironía, la reflexión sobre la condición femenina y las complejas relaciones entre seres dominados por la monotonía y la costumbre de los sentimientos.”

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