El 23 de mayo de 1868 se le concedió el
título de Villa a Los Llanos, y el 10 de mayo de 1899 recibió el título de
ciudad por su importancia agrícola y comercial, así como por el creciente
desarrollo de su población. Tras la iniciativa del concejal Felipe Ramos, es
deseable que se conmemoren con excelencia los 150 años de la Villa y
los 120 años de la ciudad, con actos relevantes en 2018 y 2019.
El
Paso, Tazacorte y Los Llanos conformaban una unidad poblacional de fuerte
impregnación agrícola, con pésimas comunicaciones con el resto de la isla de La
Palma. En 1942, para diferenciar el municipio de otros con nombres similares,
recibió la denominación de Los Llanos de Aridane. La palabra Aridane es una de
las voces antiguas que suena bien y según el filólogo Alvarez Delgado significa
lugar llano. Con ocasión de uno de los dos pregones que en los años 80 hice de
las fiestas patronales, que fue transmitido en directo por Radio Nacional,
comenté que es un poco redundante decir Los Llanos de Aridane, pues es
equivalente a decir Los Llanos de los llanos. En los últimos tiempos va
abriéndose paso la tendencia a que el municipio se denomine Aridane, incluso la
web municipal es www.aridane.org y aridanense es el
término más usual para definir a los nacidos y vecinos de esta ciudad, el lugar
más poblado y más dinámico, capital económica de la isla. En efecto, jóvenes
deportistas y personas con actividad pública llevan ahora el nombre de Aridane,
no solo en Canarias. Recurriendo a similitudes, anotemos que Arida es un lugar
enclavado en el estado de Lagos, Nigeria, y Aridiana es una ciudad de la
república de Mali.Si bien a comienzos del siglo XX la población era conocida como “la ciudad del sueño” porque los proyectos de dinamización no solían salir adelante, pronto los eruditos y los poetas cambiaron el rumbo. Así en el programa de las fiestas patronales de la Virgen de los Remedios de 1964 María de las Casas Pérez, la primera bachiller de la isla, jefa de Telégrafos y maestra, rebatió la denominación de “ciudad del sueño” y afirmó la de “ciudad de ensueño”, tan glosada por los poetas palmeros desde Antonio Pino a Felipe Lorenzo, desde Félix Duarte al cronista Pedro Hernández y Hernández, en versos entrañables y sonoros en los que todavía resonaban el romanticismo y el modernismo.
Aridane es una voz que ha hecho fortuna pues es utilizada como nombre de personas de ambos sexos, se trata de una de las más bellas palabras aborígenes. Cierto que en La Palma abundan los vocablos de buena sonoridad, algunos de los cuales son nombres propios: Tanausú, Tedote, Idafe, Tenisca, Acerina, Mayantigo, etc.
Aridane es nombre que se utiliza para ambos sexos y se sitúa mayoritariamente en Canarias, pero también lo registramos en Madrid, el País Vasco, Cataluña y en lugares de Andalucía. En la versión masculina más del 70 por ciento de quienes llevan este nombre residen en la provincia de Las Palmas, particularmente en la isla de Gran Canaria. Además existe la versión Aridani; se trata de un nombre muy moderno ya que en la versión masculina lo portan jóvenes con un promedio de 20-30 años de edad y en la femenina lo llevan chicas entre los 10 y los 20 años. En promedio las personas cuyo apelativo es Aridane tienen unos 20-30 años. Entre quienes se llaman así hay estudiantes y padres o madres con niños pequeños. Después de las provincias canarias, donde más existe es en Madrid. A nivel estadístico, se sabe que en el ranking de nombres español el nombre ocupa la posición 3.856 de un total de 49.936 nombres registrados. Aridane tiene una tendencia creciente.
El crecimiento del municipio en los últimos años ha sido notable, consolidándose como el mayor de la isla y el que por su clima y paisaje presenta mayor atractivo para los extranjeros, con una importante colonia de alemanes residentes fijos o temporales. De siempre fue admirable el urbanismo de esta pequeña localidad, gracias a la visión del arquitecto Rubens Henríquez y del alcalde Enrique Mederos, que supo trazar la avenida que lleva su nombre. Varios amigos que han visitado mi lugar natal resaltan la belleza de las plazas y avenidas, el arbolado y el encanto de sus lugares. En los planes de ordenación, el municipio tiene un futuro prometedor en turismo, comercio y servicios. Se tiene la ventaja de que, dada la configuración del territorio, su expansión urbana es más fácil que en el resto de municipios de la isla. Hace un tiempo leí que los técnicos prevén un futuro crecimiento hasta los 40.000 habitantes, cifra quizá ilusoria dado que la isla registra una continua tendencia al despoblamiento, aunque esto pudiera cambiar si la economía se sigue recuperando y se incrementan los inmigrantes. En la costa de Puerto Naos se prevé la construcción de importantes instalaciones hoteleras, el turismo habrá de ser el complemento del plátano. Cuando se concluya el Parque Cultural Islas Canarias dispondremos de un espacio que elevará el ocio cultural en la comarca.
El topónimo Los Llanos es muy común y además en Canarias hay muchos lugares así denominados: Los Llanos de San Gregorio, en Telde; además Los Llanos en Agaete, Gáldar, Mogán, Santa Lucía de Tirajana, Teror, Puerto del Rosario, Valsequillo, Arona, Granadilla y El Tanque. Y existen localidades denominadas Los Llanos en Albacete, Almería, Asturias, Avila, Cádiz, Cantabria, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Granada, Guadalajara, Madrid y Málaga. En México, República Dominicana, Venezuela y Colombia también abunda este topónimo.
Aridane sería una hermosa denominación para la ciudad del siglo XXI. Creo que algunos concejales piensan en esta línea y también la cronista de la ciudad, María Victoria Hernández. Quizá en el futuro el municipio podría pasar a denominarse Aridane, reservando el topónimo Los Llanos para su casco urbano, de modo similar al municipio de Fuencaliente, cuyo casco recibe otra denominación.
Un último ruego a la señora alcaldesa y corporación: hay que enmendar el estropicio de La Glorieta, en Las Manchas de Abajo, disminuyendo el impacto que la cubierta de la cancha de baloncesto ejerce sobre la obra de Luis Morera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario