Por Xavier Sardá
Felicito al ganador, pero ya no soy del Barça. No pasa nada y no creo que a nadie le importe lo más mínimo, pero ya no soy del Barça. Al ver las imágenes de los cuatro aspirantes a presidente mostrando la camiseta soberanista junto a los candidatos y representantes de una opción política determinada, ya no soy del Barça. No lo soy racionalmente. Cuatro candidatos del Barça fiscalizados por las cámaras y la societat civil. Todos con la camiseta por si les faltaba algún voto pero, sobre todo, paraquedar bien. Todos en la declinación de la lista de Mas hacia la independencia súbita. ¿Qué debe pensar un culé votante de la CUP? ¿Y un culé votante socialista o de Ciutadans? ¿Qué debe pensar un culé de Podemos o de Iniciativa? Nos parece normal lo que es sencillamente inaceptable.
La señora Muriel Casals es una muy respetable candidata de una opción política concreta y también el señor Jordi Sánchez de unaANC legítimamente independentista, pero la pregunta subsiste: ¿A qué viene su imagen con los cuatro candidatos? ¿A qué viene elCompromís de país y sus especificidades partidistas.
Aquí hay muy poca gente que tenga el valor de decir lo que realmente piensa. Suena casi petulante, ¿verdad? Pues sí, en Catalunya se contemporiza hasta lo inenarrable. Naturalmente no hablo de los que son independentistas, que viven felices en una especie de intensivo Mobile Congress soberanista. Hablo de los pusilánimes que no se atreven a decir que no lo son. Hablo del canguelo con el que mucha gente dice en voz baja que Mas se ha subido a la parra y que esto será un desastre. Hablo de los amilanados y sus miedos.
El discurso orgánico
Me refiero a los que casi tapándose la boca aseguran que esto de la independencia es inviable y esperan que no prospere. Hablo del acobardamiento de los que sintiéndose amenazados por el discurso orgánico deciden callar. Hablo de los quejicas del AVE y del Puente Aéreo que anuncian la égida de las empresas catalanas pero solo en lenguaje gestual. Hablo del silencio público y del murmullo privado.
Y así, entre lo que no se dice y lo que se calla, ahora le toca al Barça. Era cuestión de tiempo. Es bastante más fácil denunciar la indignidad de llevar Catar en la camiseta, que poder librar al Barça de la manipulación política catalana. El Barça ha dejado de ser más que un club para ser vuestro club: una pura estructura d'Estat.
Entre los cuatro candidatos a la presidencia del Barça, ¿ninguno tuvo las luces su ficientes para evitar las imágenes con los representantes de una opción política concreta? ¿Habrían hecho lo propio con gente del PSC, Ciutadans, PP, Unió o Podemos? ¿O es que no es lo mismo? Quizá no. Quizá tienen razon y aquí solo hay una lista seria y lo demás son despojos apátridas.
(De www.elperiodico.com)
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