
El valedor de la nueva presidenta, Dilma Roussef, llamó a encontrar soluciones contra la crisis. “Se han invertido 9 trillones de dólares para salvar un sistema financiero irresponsable y sin control”. Y se preguntó acto seguido: “¿Cuántos trillones de dólares se han invertido en el mundo para salvaguardar puestos de trabajo y crear empleo?”
Lula tuvo el gran mérito de crear en el empobrecido Brasil unas clases medias que antes no existían. En sus ocho años de mandato subió el salario mínimo el 20 por ciento y redujo el gasto público el 16 por ciento, lo que le ha granjeado el respeto internacional.
Entre nosotros, los gobernantes que tenemos lo único que están haciendo -con toda prisa- es desmontar la sanidad, la educación, los servicios públicos, todo el Estado del Bienestar, para imponer sus negocietes privatizadores: ellos y sus amigos son los corruptos.
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