domingo, 21 de marzo de 2021

Un poema de Rosario Valcárcel, en el Día Mundial de la Poesía



Cuando hacemos el amor de madrugada

el frío se consume y la habitación en llamas 

jadea como el bramido de un volcán 

que emana recuerdos amarillentos 

esculpe corazones. 

Aleja la muerte. 

Cuando nos abrazamos en la penumbra

tu aliento se pliega con el mío, el sabor 

de alisios libertinos agita el placer, 

se derriten las penas y los rencores. 

Se olvida todo. 

Cuando me estrechas y te estrechas 

los espíritus diabólicos se disfrazan, 

escucho mi zambullida, las corrientes 

dormitadas. Vuelve la calma. 

Se olvida todo.

(De  "Himno a la vida")

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