A UN ANTIGUO COMPAÑERO DE ESTUDIOS
Amigo, es como si ahora mi corazón hubiese envejecido.
ha terminado mi vida en Atenas,
que pasó dulcemente entre alegrías
y a veces con la amargura del hambre.
ha terminado mi vida en Atenas,
que pasó dulcemente entre alegrías
y a veces con la amargura del hambre.
No volveré más al lugar que la patria
me dio para celebrar la juventud,
sino de paso, con mi esperanza desvanecida, viajero.
me dio para celebrar la juventud,
sino de paso, con mi esperanza desvanecida, viajero.
Como peregrino iré a tu casa
y me dirán que no saben qué ha sido de ti.
Junto a otro iré a ver a tu Afrodita
y de otros será la casa de Irene.
Iré a la taberna para pedir nuevamente
el vino de Samos que bebíamos.
No estarás, el vino sabrá diferente;
mas yo beberé y me embriagaré.
y me dirán que no saben qué ha sido de ti.
Junto a otro iré a ver a tu Afrodita
y de otros será la casa de Irene.
Iré a la taberna para pedir nuevamente
el vino de Samos que bebíamos.
No estarás, el vino sabrá diferente;
mas yo beberé y me embriagaré.
Subiré cantando y tambaleándome
al Zappio, adonde íbamos juntos.
Será hermoso el ancho horizonte alrededor,
y será mi canción como un llanto.
al Zappio, adonde íbamos juntos.
Será hermoso el ancho horizonte alrededor,
y será mi canción como un llanto.
PRIMAVERA
Así veo yo los jardines.
Así veo yo los jardines.
En el jardín esta noche me habla una nueva melancolía.
Sumerge un almendro su florida sonrisa
en las turbias aguas del fangal. Y el recuerdo de la juventud
sacude con gran tristeza la enferma acacia…
Sumerge un almendro su florida sonrisa
en las turbias aguas del fangal. Y el recuerdo de la juventud
sacude con gran tristeza la enferma acacia…
Despertó un frío soplo dentro del derruido invernadero,
donde las rosas son cadáveres y cada tiesto un ataúd.
El ciprés, interminable como un tormento, hacia los astros
levanta su negrura, sediento de aire.
donde las rosas son cadáveres y cada tiesto un ataúd.
El ciprés, interminable como un tormento, hacia los astros
levanta su negrura, sediento de aire.
Y se marchan, en cortejo fúnebre dirías, los pimientos
de la arboleda arrastrando sus verdes cabellos.
Las dos palmeras levantaron en su desesperanza
las manos. Y es nuestro jardín, jardín de melancolía.
de la arboleda arrastrando sus verdes cabellos.
Las dos palmeras levantaron en su desesperanza
las manos. Y es nuestro jardín, jardín de melancolía.
Prtenece a la generación de los años 20, fue coetáneo de Kavafis, de Pessoa y de Lorca. Se suicidó a los 32 años, y su poesía es del dolor y la melancolía, una gran intensidad.
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