sábado, 6 de junio de 2020

María Teresa León, mujer que fue de Alberti, reposa en Majadahonda



JORGE RUBIO. “María Teresa descansa en el cementerio de Majadahonda, tras su duro combate contra el Alzheimer, sin que pudiera concluir su “Memoria de la Melancolía”. Las cenizas de Rafael, marinero en tierra, navegan por fin en la bahía de Cádiz”. El columnista Javier López ha puesto de nuevo de actualidad la figura de la esposa del poeta Rafael Alberti con su artículo  “Rafael, María Teresa y el exilio”, donde hace la siguiente reflexión: “Hay quien dice que las redes sociales están sustituyendo a los medios de comunicación como fuente de información habitual. Sin embargo, la mayoría de esas informaciones en las redes nos remiten a medios de comunicación convencionales, con los cuales nos enlazan para leer la noticia detenidamente”. Javier López a través del diario Estrella Digital rememora la figura de la poetisa María Teresa León poniendo en valor su obra. Y es que María Teresa León es una artista de la poesía prácticamente desconocida, eclipsada oculta bajo la sombra de su marido. “En otros casos, sin embargo, a través de esas redes nos enteramos de cosas que no merecen tratamiento, o como mucho un tratamiento muy escueto en las páginas de los periódicos, las radios, o los informativos televisivos. Así me ha ocurrido cuando un amigo cuelga, en una de esas redes, un fragmento de poema de Rafael Alberti y recuerda que nació en el Puerto de Santa María en 1902, hace 115 años“, prosigue el periodista.“Me encanta que alguien conocido, o no, amigo o enemigo, me saque de la rutinaria sucesión de acontecimientos a los que me veo obligado a prestar atención a lo largo del día. Y éste es un acontecimiento de los que caen en mitad de la laguna de la memoria y crea ondas superficiales y hacia el interior. Basta escuchar a la mujer que le acompañó durante todos estos años de exilio, María Teresa León. “Nosotros hemos ido perdiendo siempre nuestras eternidades, dejándolas atrás a lo largo de nuestra vida, siempre con los zapatos puestos para echarnos a andar”, escribió la poetisa, que descansa por siempre en Majadahonda. “Desde la lejanía de sus eternidades perdidas y la dentellada de sus soledades, a orillas del Paraná o, ya más cerca de España, en su casa del Trastévere, cerca del Tíber, María Teresa, (cuya obra sigue siendo la gran desconocida de la Generación del 27, sin que casi nadie haga gran cosa por recuperarla), vuelve a decirnos que memoria del exilio es la de quien dejó atrás la destrucción de la guerra como la única patria, el último paraíso desolador tras la muerte de las ilusiones y las esperanzas”, detalla.

Y concluye: “¿No comprendéis? Nosotros somos aquellos que miraron sus pensamientos uno por uno durante treinta años. Durante treinta años suspiramos por nuestro paraíso perdido, un paraíso nuestro, único, especial. Un paraíso de casas rotas y techos desplomados. Un paraíso de calles desiertas, de muertos sin enterrar. Un paraíso de muros derruidos, de torres caídas y campos devastados. Podéis quedaros con todo lo que pusisteis encima. Nosotros somos los desterrados de España. Dejadnos las ruinas. Debemos comenzar desde las ruinas. Llegaremos”.



(De www.majadahondamagazin.es)

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