El
francés Houellebecq sigue actuando de provocador. Así en su nueva novela, “Serotonina”,
dice que Franco fue el inventor del turismo. Un hombre que sabe venderse como
producto de la sociedad del espectáculo, pese a que siempre va mal vestido y
parece que no usa mucho la ducha. Sin embargo, su vida amorosa es intensa,
acaba de casarse por tercera vez con una china treintañera. La crítica dice que
su prosa es plana y funcional, y con su nihilismo a cuestas se le compara con
Camus porque refleja la crisis de ideales. Sus
obras tienen mucho de ensayo filosófico y social y sus temas son: el individuo
frente al consumismo, la crisis de los valores republicanos, el erotismo
concebido como producto. Escandalizó a los franceses
cuando predijo que su país sería gobernado por un musulmán e incluso difinió al islam como una religión “idiota”. Francia vive los disturbios de
los “chalecos amarillos” que desafían cada fin de semana al gobierno, y ahora describe un levantamiento de los campesinos frente a la policía.
Houellebecq fue abandonado por su madre de niño y sus personajes son depresivos y adictos al porno. Sus alusiones a Hitler, a Franco (en ‘Serotonina’ le divierte
imaginarlo como impulsor del turismo en España) en la ficción han acabado en
una encendida defensa de Donald Trump: "Es el mejor presidente que he conocido". ¿Publicita la extrema derecha de Le Pen, Vox y compañía?
(Foto tomada de www.elperiodico.com)
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