lunes, 9 de septiembre de 2013

Michel Houellebecq y su obsesión con Lanzarote

Michel Houellebecq, el novelista europeo más vivo en estos años, es un provocador nato. Tiene una extraña fascinación por Lanzarote, no en vano su novela del mismo título fue uno de sus primeros libros, que apareció hace más de una década. El argumento de Lanzarote, una novela corta más bien decepcionante (aunque contiene fotografías de la isla hechas por el propio autor y la crónica del cura de Yaiza sobre las erupciones volcánicas de Timanfaya) ya contenía las preocupaciones primordiales del francés: el sexo, la muerte, las sectas, la devastación de la humanidad. Un paisaje desolado, un paisaje ausente, en el que pasar una semana de vacaciones y en el que un par de alemanas lesbianas permiten sugerentes aproximaciones. Allí aparecía la secta de los azaraelianos, que preparaban la regeneración de la humanidad por los extraterrestres.
En La posibilidad de una isla (Punto de Lectura, 439 páginas) el paisaje más significativo es el de Almería/Lanzarote. El autor toca multitud de temas: la destrucción del planeta mediante sucesivas guerras nucleares, la aparición de “neohumanos” tan evolucionados que constituyen una especie diferente y también de “salvajes” que recuerdan al hombre primitivo, el papel de una secta que está destinada a ser la religión mayoritaria y cuya sede principal radica en Lanzarote, la manipulación genética, el amor y los celos,  la inmortalidad a través de la clonación. La novela tiene un tratamiento de ciencia ficción, de ensayo filosófico y hasta profético, algunas de sus páginas son primorosas y otras resultan reiterativas. Pero así es Houellebecq, el autor de moda en Europa que tiene una escritura fluida y atrapadora. No es este su mejor libro pero en él repite sus temas: el futuro apocalíptico, la destrucción del planeta, la juventud y la vejez, los experimentos científicos.
En realidad, en sus otras novelas (Las partículas elementales, Plataforma, El mapa y el territorio) ya plantea numerosas cuestiones: las descripciones sexuales que lindan con el porno, la búsqueda del amor y la felicidad, la construcción de una nueva espiritualidad, la idea del fracaso y la muerte, la soledad de la vejez que conduce al suicidio, la decadencia de las religiones (su ataque casi constante al islam ya le originó polémicas en su país).
Lo que lantea el autor es que el lector haga sus propios análisis. En síntesis: asume el papel de poner patas arriba las ideas sobre las que se construye nuestro mundo, generar desasosiego es su proyecto: “No hay que temerle a la felicidad, pues no existe.” He aquí algunos fragmentos:

                “El vuelo hacía escala en Gran Canaria, y mientras dábamos vueltas por el aire en espera de tener pista libre para aterrizar, observé con curiosidad las dunas de Maspalomas. Las gigantescas formaciones arenosas se zambullían en el océano, de un azul resplandeciente; volábamos a baja altura y distinguía las figuras que se formaban en la arena a causa de los movimientos del viento, que a veces recordaban letras y, en otras ocasiones, formas de animales o rostros humanos; no podías evitar verlas como señales, darles una interpretación adivinatoria, y empecé a sentirme agobiado, a pesar o a causa de la uniformidad del cielo…”

                “También a ella le parecía casi seguro que una comunidad de primates evolucionados se habían instalado en la ubicación que había sido Lanzarote; esa zona del Atlántico Norte, me contó, había sufrido un destino geológico atormentado: tras desaparecer completamente en el momento de la Primera Reducción, la isla había resurgido por efecto de nuevas erupciones volcánicas; también se había convertido en península en el momento de la Gran Desecación, y, según los últimos planos, seguía unida a la costa africana por una estrecha franja de tierra…”

                “Según la Hermana Suprema, los celos, el deseo y el apetito de procreación tienen un mismo origen, que es el sufrimiento de ser. Es el sufrimiento de ser el que nos hace buscar al otro, como un paliativo; tenemos que superar esa fase para alcanzar el estado en que el mero hecho de ser constituye en sí una ocasión permanente de júbilo; en el que la intermediación pasa a no ser más que un juego, emprendido libremente, no constitutivo del ser. En una palabra, debemos alcanzar la libertad de la indiferencia, condición que hace posible la perfecta serenidad.”

4 comentarios:

  1. Gracias don Luis por informarnos sobre la literatura e ideas de este "autor de moda" que, por lo que nos resume, escribe sobre cuerdas locuras, reales o potenciales, no se si con la intención de advertirnos sanamente o enloquecernos definitivamente a todos...

    "Váigase a saber"...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gustó mucho "Plataforma" y "las partículas elementales" me gusta su humor corrosivo y su vocación de dandy de las letras, . A mi también me decepcionó la novelita " Lanzarote" .Encuentro interesante esa mezcla de ficción y sociología que hace en sus novelas, pero este tema futurista no sé si me apetece por el momento, aunque quizás se base en datos verídicos con respecto al tema de las sectas en Canarias... digno de investigar.. un saludo...

      Eliminar
  2. Gracias a tan estupendos amigos por estos comentarios tan puntuales. Gracias al profesor lagunero don Pedro Luis y gracias a Ico, animadora incansable de la cultura en su bar literario de Telde.

    ResponderEliminar
  3. Fantástico escritor Michel Houellebecq...los alejandrinos le vienen más naturalmente. El francés, su lengua, es una lengua sin ritmo, con una estructura compacta y firme quizás dan razón de ser a desatar su vida interior. Y no olvidemos que le gusta mucho la repetición, se repite enormemente. En su última novela “El mapa y el territorio”, lo he encontrado más domesticado. Muchas gracias Luis por acercarnos al poeta de los desvalidos del siglo XXI: los feos, los raros, los parados, los que no ligan...

    ResponderEliminar